|05/03/24 06:14 PM

Hablar del suicidio es el primer paso para prevenirlo

La falta de habilidades para resolver conflictos o la baja tolerancia a la frustración pueden dificultar la superación de las dificultades que nos afectan

Por Redacción

06 de marzo, 2024 - 07:16

El suicidio es una realidad dolorosa que afecta a muchas personas en nuestra sociedad. La psicóloga Antonella Bassi para abordar este tema crucial y explorar cómo podemos prevenirlo dialogó con El Interactivo (lunes a viernes, de 12 a 14, por Facebook y YouTube de Ciudadano.News): “Es fundamental abrir el diálogo sobre el suicidio. Debemos enfrentar el estigma que lo rodea y superar el miedo y la connotación negativa asociada a esta problemática. Hablar es el primer paso”.

Una problemática multicausal

El suicidio no tiene una única causa. Es multicausal y multifactorial. Las personas que intentan quitarse la vida o llegan al suicidio consumado han atravesado una serie de dificultades a lo largo de su vida. La adolescencia y la adultez son momentos críticos. La capacidad de afrontar crisis y conflictos internos es crucial. La falta de habilidades para resolver conflictos o la baja tolerancia a la frustración pueden dificultar la superación de las dificultades que nos afectan.

Familias disfuncionales y violencia

Bassi señala: “Las familias desempeñan un papel fundamental. Existen familias funcionales y disfuncionales. Aquellas que han crecido en entornos disruptivos, marcados por conflictos de violencia y abandono emocional, enfrentan desafíos adicionales. La violencia física y psicológica, así como el abandono emocional, son realidades que debemos reconocer. El reemplazo de la atención parental por la tecnología también afecta a nuestros hijos. Estas pequeñas cuestiones, a menudo naturalizadas, pueden tener un impacto profundo. No debemos asumir que los adultos tienen la misma intención suicida que los adolescentes. El suicidio es el resultado de una suma de factores de riesgo y dificultades que una persona atraviesa a lo largo de su vida. Estas causas son múltiples y variadas”.

Cambios en la crianza y la sociedad

La crianza y la sociedad han evolucionado, por lo que la psicóloga señala: “Hoy en día, los valores y las costumbres son diferentes. Si comparamos generaciones, notamos contrastes. Antes, se invalidaban las emociones de los niños. Lo importante era el comportamiento. Si llorabas en público, te pedían que te callaras. Ahora, prestamos más atención a lo que sienten los niños. Sin embargo, cada enfoque tiene sus pros y contras”.

Factores en la vida cotidiana

El suicidio está relacionado con las circunstancias y dificultades que enfrentamos en la vida cotidiana. No sólo en el hogar, sino también en la escuela. El bullying y otras problemáticas afectan especialmente a los adolescentes. Parecen ser más vulnerables o propensos a la depresión. Las características de las nuevas generaciones difieren de las de antes.

“La multicausalidad y los múltiples factores son fundamentales para comprender el suicidio. Estos factores pueden ser de riesgo o de protección. Operan tanto a nivel personal como social”, enfatizó.

Contexto social y cultural

El contexto social y cultural desempeña un papel crucial. Bassi explica: “Cada ciudad, país y sociedad tiene sus particularidades. En la Argentina, el suicidio es la segunda causa de muerte más frecuente, después de los accidentes viales. El contexto económico, cultural y otros aspectos influyen en la condición de existencia de cada individuo”.

Y amplió el concepto: “En Tierra del Fuego, los suicidios ocurren de manera constante. La provincia tiene una de las tasas más altas de suicidio, y esto se debe a varios factores. El clima juega un papel fundamental: al ser un lugar tan frío, estamos acostumbrados al encierro. Las personas que no tienen trabajo pueden sentirse excluidas y atrapadas en espacios cerrados".

"Este aislamiento contribuye al aumento de casos de violencia, depresión y otras problemáticas. Durante la pandemia, hemos experimentado un incremento en los casos de violencia y malestar emocional. La falta de una vida al aire libre, como la que se vive en el Norte, también influye en esta situación. Es un desafío que debemos abordar como sociedad para proteger la salud mental de nuestros ciudadanos”.

Desmitificando el suicidio: señales de alarma y realidades

El suicidio es un tema delicado que requiere comprensión para desmitificar algunas creencias erróneas y destacar la importancia de prestar atención a las señales de alarma, por lo que la profesional aclara: “Es crucial abordar los mitos más comunes sobre el suicidio. Uno de ellos es la idea de que quienes tienen pensamientos suicidas no los expresan verbalmente, sino que actúan directamente".

"Esto es incorrecto. Las personas que atraviesan malestar, angustia o depresión a menudo verbalizan sus sentimientos. Las frases como ‘quisiera irme lejos y no volver’ o ‘nadie me tiene en cuenta’ son señales de alarma".

"Estas fantasías de evasión pueden estar relacionadas con la idea de quitarse la vida. No debemos minimizar estas expresiones. A veces, las personas las mencionan casualmente, pero eso no significa que no necesiten ayuda. Prestar atención es fundamental”.

Contexto social y necesidad de ayuda

Bassi continúa: “El mito de que quienes se quitan la vida no lo dicen es falso. Las personas pueden expresar directamente su deseo de morir. No debemos atribuirlo a un mal día o a una exageración. Estas expresiones son señales reales. La clave está en reconocerlas y brindar apoyo. La sociedad debe estar alerta y dispuesta a ofrecer ayuda”.

Otro de los mitos que remarca la psicóloga es cuando se pone énfasis en la acción frente al suicidio: “‘Se mató por cobarde’, o ‘hay que tener huevos para matarse’, y la verdad que no pasa por una cuestión de ser valiente o cobarde, ni tampoco por ser egoísta".

"Mucha gente lo dice, sobre todo las familias que tuvieron duelo por suicidio, en donde un integrante o un amigo se ha suicidado y se enojan con la persona que cometió el hecho, y es lógico, porque son emociones encontradas, pero uno puede ponerse en el lugar del otro, porque es una persona nunca quiere terminar con su vida, sólo quiere dejar de sufrir como lo está haciendo. Entonces hay que partir desde ese punto para poder entender a la persona que está atravesando esa situación o que ya cometió un suicidio”.

La prevención del suicidio comienza con la comprensión y la empatía. Escuchar y actuar pueden marcar la diferencia en la vida de alguien que atraviesa momentos oscuros.