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El papa Francisco omitió la homilía del Domingo de Ramos

Esta decisión llamó la atención, especialmente teniendo en cuenta la importancia del Domingo de Ramos como inicio de la Semana Santa, un periodo significativo en la liturgia católica que conduce hacia la Pascua

Por Redacción

25 de marzo, 2024 - 07:12

Durante la misa del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro, el papa Francisco tomó una decisión inusual: optó por omitir la lectura de su homilía, a pesar de continuar presidiendo el servicio. Pese a este cambio de último momento, el sumo pontífice prosiguió con la liturgia, recitando su oración del mediodía y participando activamente, incluso siendo conducido entre la multitud en el papamóvil.

Esta decisión llamó la atención, especialmente considerando la importancia del Domingo de Ramos como inicio de la Semana Santa, un periodo significativo en la liturgia católica que conduce hacia la Pascua. Aunque el Vaticano no proporcionó una explicación inmediata sobre la omisión de la homilía, la cobertura televisiva mostró a la multitud en lugar de un primer plano del papa Francisco durante unos minutos. Fue un giro poco común en un evento de tal magnitud.

El papa, que estuvo lidiando con problemas de salud como bronquitis intermitente y gripe en las últimas semanas, delegó ocasionalmente la lectura de sus discursos a un asistente. Sin embargo, el domingo, decidió no leer el texto preparado para la homilía.

Durante el servicio, el sumo pontífice también condenó un reciente acto de violencia que cobró la vida de al menos 133 personas en una sala de conciertos cerca de Moscú, describiéndolo como un acto vil e inhumano que ofende a Dios. Esta declaración se suma a las frecuentes llamadas del Papa por la paz y la compasión en un mundo marcado por el conflicto y el sufrimiento.

A pesar de sus propias limitaciones físicas, Francisco continuó presidiendo la misa sentado cerca del altar, una práctica que ha adoptado durante más de un año debido a una dolencia en la rodilla. Después de la liturgia, pronunció su mensaje semanal del Ángelus y la bendición desde el altar, en lugar de hacerlo desde la ventana del Palacio Apostólico, una variación que ocurre en ocasiones especiales.

Al finalizar la misa, el Papa recorrió la plaza en un vehículo descapotable, saludando a los fieles con entusiasmo y sin aparentes dificultades físicas. Este gesto cercano y accesible es característico de su estilo pastoral, que busca estar en contacto directo con las personas y sus necesidades.