El camino de Los Caracoles, una bella locura de 29 peligrosas curvas

La historia de la comunicación terrestre entre Argentina y Chile es para destacar. La Cordillera de los Andes, que durante siglos parecía infranqueable, mostró poco a poco que ciertos 'pasos' podían utilizarse como camino entre ambas naciones. Y a lo largo de dicha cadena montañosa hay rutas que cruzan de un lado a otro. Sin embargo, una de ellas tiene características que la hacen única.

Se trata de la Ruta Nacional 7, en Argentina, y la Ruta Nacional 60, en Chile. Del lado celeste y blanco, la pendiente es escarpada, pero no tanto como del lado chileno: allí el ángulo es mayor, y hubo que construir un camino que pudiera sortear semejante pendiente.

El Camino de los Caracoles obtuvo su nombre gracias a las 29 curvas lentas, que llevan a autos y camiones desde los 800 metros sobre el nivel del mar, en Chile, hasta los 3.200 en el límite entre ambos países. En invierno, el hielo y la nieve hacen que el ascenso y el descenso sean muy peligrosos, y en verano el calor castiga los frenos y motores de los camiones.

El trayecto del lado chileno asombra por donde se lo mire: tanto en vivo como en los mapas que podemos descubrir con Google Maps, el camino serpentea de una manera demencial. Era la única opción con la que se encontraron allá por 1980, cuando se inauguró el Camino Los Caracoles. Ofrece paisajes muy bellos para apreciar, aunque hay que hacerlo en forma lenta y con sumo cuidado, repasa Noticias Argentinas.

El Camino de los Caracoles permite unir Santiago de Chile, a 153 kilómetros desde el límite internacional, con Mendoza, a 205 kilómetros de Las Cuevas (última localidad argentina rumbo al vecino país). Pero atravesarlo es una prueba extrema para la prudencia, la atención y la pericia. Numerosos son los accidentes que se han producido allí, y las muestras son varias.

Entre la curva 10 y la 12 aparece un contenedor volcado a la orilla del camino. Son los rastros del accidente en el que un camionero conducía demasiado rápido cuesta abajo, con una carga de vino que iba desde Argentina a Chile. El contenedor se volcó y arrastró al semirremolque. Cuentan que el camionero salvó su vida al lanzarse antes de que el vehículo rodara por la ladera de la montaña. El hombre terminó con varias fracturas y lesiones graves. Pero la huella del accidente está allí, como mudo testigo.

Se habla también de una curva más peligrosa que otras: la 17. De las 29 curvas que componen este camino, de poco más de tres kilómetros, es la que más accidentes ha provocado. Los trabajadores del volante son solidarios, y entre todos se ayudan cuando una ocurre una tragedia. 

Frutas, autos cero kilómetro, vinos, materias primas varias. El Camino de los Caracoles es el camino más directo entre el Atlántico y el Pacífico en América del Sur. Pero también uno de los más peligrosos y, paradójicamente, uno de los más bellos para recorrer y disfrutar de paisajes muy difíciles de describir.