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Pareja de mujeres obtuvo licencia de maternidad por 135 días para ambas

El caso de las policías abre un camino de esperanza para las parejas heterosexuales que pelean por lo mismo. “El hombre debería tener el mismo derecho que la mujer, la misma licencia”, opinan especialistas en el tema

Por Redacción

26 de julio, 2019 - 13:35

Un falló inédito se conoció ayer en nuestra provincia: una pareja de mujeres logró 135 días de licencia por maternidad. Esto quiere decir que ambas podrán cuidar de su bebé durante cuatro meses y 15 días.

El caso sienta jurisprudencia y le da esperanzas a cientos de personas que se encuentran en la misma situación. 

El camino, sin embargo, fue largo. Arrancó cuando una de ellas, Cintia Canciani (31) quedó embarazada y Carina Robles (25), la mujer no gestante, comenzó a averiguar sobre su licencia por maternidad. Pero en el Ministerio de Seguridad le dijeron que le correspondía solo tres días. Entonces buscaron ayuda y fue la abogada Carolina Jacky quien las asesoró.

Asistieron primero a un Tribunal de Familia y la respuesta fue el archivo del expediente, por lo que durante la feria judicial se dirigieron a un Juzgado Civil, y allí el juez Ricardo Sancho falló a favor de las mujeres y consideró que son 135 días los que corresponden para ambas

“Las dos se reconocen mujer y las dos son mamá. La licencia es por maternidad y la maternidad es de ambas", opinó Carolina Jacky, la letrada que las asesoró.

Al hablar con la prensa, dijo que el fallo sienta jurisprudencia e incluso aclaró que debería respetarse si la pareja es de hombres. “Y si avanzamos un poco más, esto también debería respetarse en parejas heterosexuales. El hombre debería tener el mismo derecho que la mujer, la misma licencia", destacó. 

Por su parte, Carina Robles manifestó su emoción y contó que el fallo las sorprendió porque se conoció el mismo día en que estaba prevista la cesárea de Cintia. “Nos acostamos pensando en qué días iba a pedir para acompañarla, pero durante la noche nos dieron la buena noticia. ¡Y además la nena nació bien!".

La beba se llama Isabella y nació en perfecto estado. Ahora podrá disfrutar de sus madres a tiempo completo por 135 días. 

Nuevos tiempos: maternidad compartida, familias diversas

Si la infertilidad es un factor difícil de afrontar en una pareja tradicional, debemos hablar de complicaciones mayores a nivel social y psicológico cuando se trata de parejas con otras identidades sexuales, ya sea entre hombres o entre mujeres, la construcción de una familia diversa no es una tarea simple.

“Más allá de los avances legales, el verdadero cambio que posibilita la maternidad compartida es la transformación social y psicológica, la aceptación de otro tipo de familia que esté constituida desde el deseo”, describe la licenciada María Villamil, de la Unidad de Apoyo Emocional de IVI Buenos Aires, centro especializado en reproducción asistida.

Años atrás, se discutía sobre la Ley de Matrimonio Igualitario, una base en materia legislativa que brinda un marco social para impulsar el respeto y la aceptación de las diversidades identitarias.

Actualmente, en nuestro país, las mujeres tienen derecho a manifestar abiertamente su identidad sexual, así como mostrarse libremente con quien cada una haya elegido como pareja. En ese sentido, es de igual importancia hacer hincapié en el derecho a formar una familia.

“Las funciones de padre y madre las pueden cumplir diferentes personas, (porque) no es un tema de género, sino de funciones de apego que se desarrollan al estar junto al niño o niña”, afirma la psicóloga Villamil. Por supuesto, el método natural de reproducción no es viable cuando la pareja está formada por dos personas con órganos reproductivos iguales, y es necesaria una instancia de donación o participación de una persona del sexo contrario. El método ROPA (por sus siglas, Recepción de Ovocitos de la Pareja) permite a una pareja igualitaria, formada por dos mujeres que desean ser madres, optar por una maternidad compartida. El tratamiento consiste en extraer y fecundar los óvulos de una de ellas e implantar el embrión obtenido en el útero de su pareja.

“La diferencia del método ROPA frente a otros tratamientos, como la fecundación in vitro convencional o la inseminación artificial, es que se trata de una opción más atractiva porque las dos mujeres participan en todo el proceso activamente, tanto en la creación como en el nacimiento del bebé”, explica por su parte el doctor Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires.

Para recurrir a esta técnica se debe realizar el tratamiento de fecundación in vitro, un tratamiento de alta complejidad mediante el cual se fecundan los óvulos de una de las mujeres con los espermatozoides obtenidos de la muestra de semen del donante. Finalmente, el embrión resultante se transfiere al útero de la otra mujer.
 

Los niños deben conocer los hechos de la reproducción y de la sexualidad de sus padres, para el desarrollo psíquico de su personalidad.

Método ropa: tres pasos

El primer paso del tratamiento es la estimulación ovárica: la mujer que vaya a aportar sus óvulos se somete al mismo proceso de estimulación ovárica que en la fecundación in vitro convencional. Consiste en la autoadministración de inyecciones diarias que conseguirán que los ovarios produzcan más ovocitos en lugar de producir un único óvulo, que es lo que hacen de forma natural cada mes. Obteniendo más ovocitos se logra un mayor número de embriones. La estimulación tiene una duración aproximada de entre diez a 20 días, dependiendo del protocolo utilizado y la velocidad de respuesta de cada paciente.

Este período implica un control del crecimiento de los folículos. Cuando estos alcanzan el número y tamaño adecuado se puede programar la punción para extraer los óvulos maduros. “Es un procedimiento que se realiza en quirófano, mediante sedación, para que la paciente no sienta ninguna molestia durante el proceso, y es una intervención de unos 15 minutos aproximadamente”, describe Neuspiller.

Luego de la punción folicular se fecundan los óvulos con los espermatozoides, lo que puede realizarse mediante la técnica de fecundación in vitro tradicional o por la técnica de inyección intracitoplasmática. Los embriones resultantes son almacenados en el laboratorio hasta el día de la transferencia.

Por último, los embriones restantes de buena calidad, se vitrifican –es decir, se congelan– con el fin de poder ser utilizados en un ciclo posterior sin necesidad de una nueva estimulación ovárica.

Si bien el proceso de reproducción en sí conlleva un cuidado médico riguroso, no hay que dejar de lado la implicancia emocional en todo el tratamiento y la relación con el hijo o hija una vez nacido. 

“Si la concepción tuvo ayuda médica, es importante explicarles que hay diferentes formas de concepción sin perjudicar el vínculo maternal”, expresa Villamil, y agrega que “los niños deben conocer los hechos de la reproducción y de la sexualidad de sus padres, ya que el conocimiento del origen es importante para el desarrollo psíquico de la personalidad”.

Para cumplir el deseo de la maternidad compartida, no solo hace falta un marco social y legal, además del desarrollo de la medicina reproductiva, sino un gran esfuerzo por parte del círculo familiar y cercano de la pareja involucrada, ya que con amor y apoyo se forma la familia.