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Murió Peter Higgs, el Premio Nobel que predijo "la partícula de Dios"

El físico fue el gestor del famoso Bosón de Higgs, un mecanismo que explica el origen de la masa de las partículas subatómicas. Tenía 94 años

Por Redacción

09 de abril, 2024 - 19:13

Había nacido en Newcastle upon Tyne, el 29 de mayo de 1929. Allá por la década del 60 se hizo conocido por su proposición sobre la ruptura de la simetría en la teoría electrodébil, con la que explicó el origen de la masa de las partículas elementales. Logró que se predijera la existencia de una nueva partícula, la llamada "Partícula de Dios". Pero este martes 8 de abril dejó de existir: hablamos de Peter Ware Higgs.

Hijo de un ingeniero de sonido que trabajaba en la BBC, de pequeño sufría de asma infantil, por lo que tuvo que vivir en diversos lugares. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial volvió a pasar por varios domicilios, junto a su familia, razón por la que perdió bastantes clases de enseñanza básica. Esto hizo que los conocimientos, que más tarde lo harían célebre en todo el planeta, los recibiera en su mismo hogar.

Pero el trabajo esencial de Higgs vino con los tiempos modernos, con la explicación de la masa de las partículas subatómicas. Esta intuición fue confirmada casi cincuenta años después por los experimentos del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), cerca de Ginebra, en Suiza.

Según el trabajo de Higgs, todo lo que conocemos, desde una banana hasta un diario, desde una araña hasta un ser humano, está formado por partículas diminutas que actúan como ladrillos. Una de las propiedades fundamentales de todas estas partículas (como los electrones, los quarks o los neutrinos) es que tienen masa. Entre esas partículas hay, también, fuerzas mediadas por otro grupo de partículas. Esto es lo que dio origen a la teoría de Higgs, en 1964, cuando el profesional propuso una teoría sobre la existencia de una partícula excepcional, que explica por qué las otras sí tienen masa: el "Bosón de Higgs".

Pero pasar de la teoría a la realidad fue algo que recién llegó en la primera década del siglo XXI, con el Gran Colisionador de Hadrones, el mayor acelerador de partículas del mundo. Se trata de un anillo subterráneo, de 27 kilómetros de circunferencia, a 100 metros de profundidad, en la frontera entre Francia y Suiza. En el interior, dos haces de partículas (mayormente protones) chocan a una velocidad cercana a la de la luz, guiados por protones. El resultado: un choque con una temperatura unas 100.000 veces más caliente que el interior del Sol ilumina los entresijos de la materia. Luego de 4 años de funcionamiento, el 4 de julio de 2012, los científicos dieron el anuncio tan esperado: había pruebas irrefutables de la existencia del bosón de Higgs.

El físico aseguró que no pensaba ver semejante descubrimiento en vida. "Hace más de 40 años, la gente no tenía idea de qué podíamos esperar. Estoy sorprendido de que ocurriera con tanta rapidez, es asombroso". Desde entonces, el bosón de Higgs pasó a la cultura popular como "la partícula de Dios", que daba sentido a la materia, pero a Higgs no le gustaba semejante nombre. Aseguraba que "creaba confusión entre teología y ciencia".

En 2016, Higgs se unió a otros científicos, entre ellos otros 12 premios Nobel, para alertar de los riesgos para la ciencia británica que representaría la salida de Reino Unido de la Unión Europea, el Brexit, antes de que se produjera. “La perspectiva de perder la financiación europea para investigación es un riesgo clave para la ciencia en el Reino Unido”, señalaban en su escrito. “Puede que seamos una isla, pero no podemos ser una isla en la ciencia”, advertían.