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Un adolescente se curó totalmente de un tumor cerebral terminal

Este éxito de la medicina representa un rayo de esperanza para los afectados por este agresivo cáncer

Por Redacción

22 de febrero, 2024 - 20:07

Un adolescente de 13 años se curó completamente de un glioma pontino intrínseco difuso (GIPD), una forma de cáncer cerebral que antes se consideraba incurable, en un logro médico sin precedentes.

Este éxito de la medicina representa un rayo de esperanza para los afectados por este agresivo cáncer, además de marcar un avance significativo en el campo de la oncología.

El glioma pontino intrínseco difuso (DIPG) es una forma rara y mortal de cáncer cerebral que afecta principalmente a los niños, según Nicklauschildrens.org.

Históricamente, su naturaleza agresiva y la ubicación del tumor dentro del tronco del encéfalo han hecho imposible su extirpación quirúrgica, dejando a la radioterapia como la única opción para frenar su progresión.

Con un tiempo de supervivencia promedio de sólo nueve a diez meses después del diagnóstico, la búsqueda de tratamientos efectivos ha sido urgente y desafiante.

El caso de Lucas, único en el mundo

El punto de inflexión para Lucas, un niño belga –que para el momento de iniciar el tratamiento tenía de 6 años–, diagnosticado con DIPG, se produjo cuando se inscribió en el estudio de Medicina Biológica para la Erradicación del DIPG (BIOMEDE) en Francia.

Este innovador estudio se centró en comparar la eficacia de tres medicamentos contra el cáncer (erlotinib, everolimus y dasatinib) y adaptar el tratamiento en función del perfil molecular del tumor de cada paciente.

Lucas fue tratado con everolimus y, sorprendentemente, su tumor desapareció por completo, dejándolo libre de cáncer a los 13 años.

“Hizo pedazos todos los medidores de vida”, explica encantado su médico, Jacques Grill, piloto del programa sobre tumores cerebrales del departamento de Oncología Pediátrica del centro Gustave-Roussy, en el Sur de París. “Durante una serie de resonancias magnéticas, observé cómo el tumor desaparecía por completo”, agregó el doctor Grill.

Un arduo trabajo por delante

“El tumor de Lucas presentaba una mutación extremadamente rara y pensamos que es la que hizo que sus células tumorales fueran mucho más sensibles al medicamento. El caso de Lucas brinda una verdadera esperanza: vamos a intentar reproducir in vitro las alteraciones que identificamos en sus células”, explica Marie-Anne Debily, quien supervisa estos estudios.

Los equipos médicos quieren ver si las alteraciones del ADN que presentaba Lucas, una vez reproducidas en otros pacientes, se traducen también en una disminución de su tumor.

Si es el caso, “después habrá que encontrar el medicamento que tenga el mismo efecto en las células tumorales que tuvo en estas modificaciones celulares”, detalla Debily.

Los médicos, entusiastas con esta nueva pista terapéutica advierten, sin embargo, que pasarán años antes de que se encuentre un posible tratamiento efectivo.