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Agregar sal a las comidas aumenta el riesgo de enfermedad renal crónica

Es el resultado de un informe de la Universidad de Tulane, en Estados Unidos. En el estudio quedó en evidencia que también hay más probabilidades de sufrir diabetes y enfermedades del corazón

Por Redacción

02 de enero, 2024 - 13:10

Almorzamos o cenamos. El plato es una delicia. Aroma, sabor, color... Pero de pronto miramos el salero, con un dejo de tentación, lo levantamos y le echamos "un poquito" a la comida. Y en ese momento nos dividimos en dos: el placer de comer, o la culpa de haber hecho algo prohibido.

Y esto último no está muy lejos de la realidad: un estudio realizado en Estados Unidos, en la Universidad de Tulane, reveló que echarle sal a los alimentos cuando ya están en el plato es nocivo para la salud cardiovascular, pero también genera un riesgo de enfermedad renal crónica.

Los hallazgos, publicados en Jama Network, y que tuvieron un universo de 465.000 personas, sugieren que reducir la frecuencia de agregar sal a los alimentos en la mesa puede ser una medida saludable para reducir el riesgo de enfermedad renal crónica (ERC).

El estudio evaluó a los participantes entre 37 y 73 años que no padecían ERC al inicio del estudio. Comenzaron entre el 2006 y el 2010 y se les realizó un seguimiento prospectivo para el diagnóstico de la enfermedad. Los datos se analizaron entre octubre del 2022 y abril del 2023.

Los modelos de estudio tuvieron en cuenta factores como la edad, sexo, raza y origen étnico, tasa de filtración glomerular estimada, masa corporal, tabaquismo, consumo de alcohol, actividad física, colesterol, diabetes y demás complicaciones orgánicas. 

Los participantes que agregaron sal a sus alimentos tuvieron más probabilidad aquellos que no lo hacían de ser fumadores actuales y tener diabetes o enfermedades cardiovasculares al inicio del estudio. 

En comparación con los que jamás agregaban sal, o agregaban muy poca a los alimentos, los que sí lo hacían tuvieron un riesgo mayor de enfermedad renal crónica. Del mismo modo, la actividad física modificó significativamente las asociaciones, que fueron más pronunciadas entre los que tuvieron una tasa de filtración glomerular estimada, un índice de masa corporal más bajo, o un nivel más bajo de actividad física.