|07/03/19 08:47 AM

Candidato se busca, candidato se ofrece

José Luis Ramón de Protectora es una de las figuras de la política mendocina que atrae a los partidos tradicionales para sumarlo a sus filas

07 de marzo, 2019 - 10:26

En los terrenos de la economía, el secreto del éxito de una transacción consiste en hacer coincidir perfectamente oferta y demanda, que lo que alguien busque y lo que alguien quiera entregar coincidan es el primer paso. Luego claro, viene la discusión del precio a pagar, y el buen negocio es cuando ambos ganan. Si alguien sale perdiendo no es negocio, es estafa. A la luz de este aserto, veremos si es posible que las transacciones en política puedan manejarse con esos parámetros.

Es que hay un enorme partido sin candidatos por ahora, y uno mucho más pequeño que lo tiene, ya autoproclamado y lanzado a la carrera por el sillón de gobernador. En esa realidad florecen las negociaciones, que por ahora parecen en vía muerta, pero el tiempo dirá. 

Desde el peronismo fue donde se dieron a conocer las conversaciones con Protectora, el partido que llevó al Congreso Nacional a José Luis Ramón, con la idea de sumarlo a su coalición de partidos que ya tiene casi una decena de sellos. Puntualmente es el sector de Omar Félix, quien tampoco oculta sus intenciones de ser el candidato a gobernador. “Con Protectora hemos empezado en forma casual y nos hemos dado cuenta que en un montón de temas coincidimos", dijo el sanrafaelino en una nota con MDZ, y entre ellos, claro, citó una coincidencia básica, la del frentismo político y, a la vez, evitar la dispersión opositora.

Omar Félix.

Claro que más allá de las coincidencias está una disidencia fundamental. En todos sus dichos, Ramón deja en claro que, cualquier coalición de gobierno que se arme –“convergencia” en sus propias palabras– tiene como condición sine qua non que él es la figura que encabezará la lista.

A la hora de referirse a las conversaciones, el dirigente y fundador de Protectora las minimiza, diciendo que se tienen conversaciones con todos los sectores de la política, incluso con el PRO. El mensaje no es inocente, ya que hay “heridos” de la coalición gobernante que podrían desembocar en esa convergencia con cierta comodidad. Por ejemplo, resiste la pregunta sobre qué pasará con el sector del Partido Demócrata que abandonó Cambia Mendoza, que es bastante representativo pero, a la vez, no parece tener la sustancia suficiente para encarar por su lado el proceso electoral que viene, donde se renuevan todos los lugares del Poder Ejecutivo.

También hay sectores del PRO disconformes con el manejo de Cornejo en Mendoza y sectores del radicalismo en la misma tesitura, habrá que ver si Ramón es capaz de convencer y sumar por esos espacios. Y en última instancia, que tiene para ofrecer, ya que lugares en las listas parecen sobrar.

El panorama que muestra el peronismo mendocino sobre sus precandidatos a gobernador es difuso todavía.

En el Partido Justicialista, mientras tanto, la falta de un nombre de peso se hace sentir. El ala kirchnerista está completamente lanzada con Anabel Fernández Sagasti como candidata a gobernadora, y ya presentando sus candidatos departamentales en varios lugares de la provincia, y sobre todo, en los bastiones de los caudillos peronistas que van por sus reelecciones –Emir Félix, Jorge Giménez, Martín Aveiro y Roberto Righi, recientemente habilitados por la Suprema Corte– en un gesto que marca claramente el temperamento que impera en esa agrupación.

Sagasti se lanzó con todo.

El tema de las departamentales le sirve al partido para patear la pelota para adelante con el problema del candidato a gobernador, según palabras del propio Guillermo Carmona, presidente del partido, que señaló que el desdoblamiento de las municipales requiere toda la atención por ahora.

Pero mientras algunos tienen ganas pero no miden, como Félix, el propio Carmona, hay alguien que no se subió a la pelea y mira tranquilamente el panorama. Alejandro Bermejo ya dejó su delfín en la candidatura a intendente de Maipú, cuando renunció a la reelección, y tal vez espere que su nombre sea fruto del consenso. 

Su actitud parece decir “yo no voy, espero que se den cuenta y me vengan a buscar”, y no parece descabellada, en virtud de que reúne varias ventajas que los competidores parecen no poseer: buena imagen, conocimiento, y mucho menos desgaste que otros nombres que han paseados por distintos sectores del peronismo sumando descrédito y contradicciones.

Eso sí, las indefiniciones opositoras también tienen ganadores. Y no están precisamente entre sus filas. Cornejo debe mirar la película con una sonrisa satisfecha.