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Geopolítica de las alianzas

Al pertenecer al G20 y ser invitada a formar parte de los BRICS+, la Argentina tiene la posibilidad de tejer alianzas geopolíticas para incrementar las exportaciones y aumentar el ingreso de divisas en un contexto complejo

15 de septiembre, 2023 - 08:36

Siempre después de todo gran conflicto bélico, las distintas potestades nacionales han tratado de darse una arquitectura de organizaciones multilaterales que evitaran la ocurrencia de un próximo conflicto. Pero hasta el momento no solo no se ha logrado tan magno objetivo, sino que cada guerra ha resultado ser más cruenta que la anterior.

Por ejemplo, tras la firma del Tratado Versalles que diera fin a la Primera Guerra Mundial, se estableció la Sociedad de las Naciones. Como tal, consiguió algunos éxitos en su labor cuando se firmó, por ejemplo, el Tratado de Locarno (1925), lo que permitió el ingreso de Alemania en la Sociedad; y el Pacto Briand-Kellogg (1928) por el que los firmantes se comprometían a no usar la guerra como mecanismo para la solución de las controversias internacionales.

Pero como todos sabemos, fracasó para evitar la Segunda Guerra Mundial, la que a su vez, a su término, dio lugar a la creación de la actual, Naciones Unidas y a una variada gama de organizaciones multilaterales, tales como el FMI, la Organización Mundial de la Salud, la FAO, el UNICEF y la Corte de Justicia de La Haya, entre muchas otras.

En forma paralela a estos intentos que tratan de abarcar a la masa de los Estados, se han producido otros de menor alcance que han ido reuniéndolos en base a sus afinidades, como han sido los casos del G-7, el G-20 y ahora los BRICS+.

Vamos a empezar por el más numeroso de ellos, el G20, que es un foro internacional de gobernantes y presidentes de bancos centrales que tiene como meta discutir sobre políticas relacionadas con la promoción de la estabilidad financiera internacional.

Fue creado en 1999 y está integrado por los 20 países más industrializados y por algunos emergentes de todos los continentes.

Ellos son: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía, más la Unión Europea. En tanto, España es un invitado permanente.

Su última cumbre tuvo lugar en Nueva Delhi, India, pero la ausencia de los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de China, Xi Jinping, de la cumbre no hicieron más que evidenciar el distanciamiento de ellos con el resto de países, lo que condujo a serias dificultades para alcanzar un consenso de todos los miembros del grupo.

Esta disonancia se vio reflejada en torno al comunicado final de la cumbre. Si bien la conocida como la Declaración de Nueva Delhi consta de más de cien puntos, la condena a la invasión de Ucrania fue el tema que amenazó el acuerdo conjunto, y aunque la India había presentado un borrador de texto, la mayoría de los países, especialmente el grupo del G7, encontró insuficiente la propuesta y los términos en los que se calificaba a la guerra.

 

En busca del ‘sur global’

Vamos a seguir por el más reducido, el exclusivo G7, cuya cumbre –la 49ª– se celebró del 19 al 21 de mayo de 2023 en la emblemática ciudad japonesa de Hiroshima. Esta vez, sus líderes se reunieron para discutir una serie de desafíos para la paz y la prosperidad que enfrenta el orden global, que incluyeron la invasión rusa a Ucrania y sus efectos en el orden internacional, el cambio climático, la pandemia de COVID-19 y otras crisis geopolíticas.

Para resolver estas cuestiones, el G7 se comprometió a defender el orden internacional libre y abierto basado en “el estado de derecho" y fortaleció el acercamiento del grupo a los países emergentes y en desarrollo.

Fueron invitados, como corresponde, sus siete integrantes: el primer ministro de Australia, el canciller de Alemania, el primer ministro de Canadá, el presidente de Francia, la primera ministra de Italia, el primer ministro de Japón y el presidente del Consejo de la UE. Pero también –y estos es lo que nos llama la atención– los presidentes del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Comoros, Azali Assoumani; de las Islas Cook Mark Brown; de Corea del Sur y de Vietnam, Pham Minh Chính, y los primeros ministros de la India, Narendra Modi, y de Indonesia, Joko Widodo.

También el polémico presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, convidado por el país anfitrión, Japón; y además los representantes de las siguientes organizaciones multilaterales: la ONU, el FMI, la OCDE, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial de Comercio.

Esta larga lista de invitados refleja los intentos del reducido G7 para influir en el denominado ‘Sur Global’, término utilizado para los países en desarrollo de Asia, África y nuestra América del Sur, todos los cuales tienen buenos y estrechos vínculos políticos y económicos, tanto con Rusia como con China.

 

Argentina, a los BRICS

Para terminar, vamos a analizar a los BRICS, los que surgieron de forma diferente a los dos grupos anteriores, ya que su acrónimo fue un invento del economista del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, el británico Jim O’Neill, quien lo lanzó en un artículo del 2001 y significa “ladrillo” en inglés. El nombre hizo fortuna y al parecer tanto los brasileños como los rusos y los indios se sintieron halagados, y unos años más tarde, en 2009, celebraron su primera cumbre a la que asistieron solo ellos.

Han pasado casi 22 años desde que O’Neill publicase aquel artículo. En el interín, como los BRIC querían incorporar un país africano, invitaron a Sudáfrica y en su 15ª cumbre se reunieron, a finales de agosto de este año, en Johannesburgo, donde se produjo la gran novedad de la incorporación de cuatro nuevos miembros: Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

 

Oportunidad para el país

Así como están las cosas, sabemos, por ejemplo, que el G-20, si bien en su conjunto reúne el 66% de la población mundial y el 85% del producto bruto mundial, va perdiendo protagonismo por las cuestiones que hemos señalado, pues ya no convoca como antes y los acuerdos internos son cada vez más difíciles de lograr.

Por su parte, el reducido y exclusivo G7, aunque es más homogéneo y llega a acuerdos con mayor facilidad, ha perdido frente a los BRICS, a los que –como señala la revista británica Financial Times– lo superan tanto en población como en la sumatoria de sus respectivos PBI.

Pero aún más importante es el hecho de que los BRICS, con la incorporación de Arabia Saudita, en primer lugar y después de la Argentina, reúnen más del 80% de las reservas de hidrocarburos del planeta. Un dato nada despreciable y que hace augurar una agonía para el otrora poderoso petrodólar, el que muy bien podría ser reemplazado, por ejemplo, por un petroyuan o por una nueva moneda que lancen los BRICS, tal como ya lo ha propuesto el presidente de Brasil.

Como todos sabemos, la Argentina pertenece al G20, muy difícilmente integrará el G7 y ha sido invitada a formar parte de los BRICS+. Todo un esquema con un espacio grande para mantener concordia y distancia y otro más cercano para tejer alianzas geopolíticas.

Porque como se dice en el barrio, dime con quién andas y te diré quién eres.

 

El Doctor Emilio Luis Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.