Agenda de la cumbre CELAC-UE: ¿es necesario debatir el tema Ucrania?
A poco de empezar el encuentro entre los dos bloques, el conflicto en el este europeo ocupó el centro de la escena ¿Qué busca Europa? ¿Es necesario su tratamiento? ¿Le sirve a Argentina y a la región?
Tras ocho años sin reuniones en conjunto entre los Jefes de Estado, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE), se encontraron este lunes 17 de julio en Bruselas para una nueva cumbre, con una duración de dos días. En la misma, la premisa es profundizar la cooperación en materia energética y alimentaria, acortar diferencias en la mirada medioambiental e impulsar el intercambio comercial.
Ucrania, en el centro de la escena
Dicho esto, los debates iniciales alentados por los representantes del viejo continente apuntaron a generar como tema de discusión central la guerra en Ucrania y perfilar una declaración de condena a la invasión rusa de la nación kievita.
En este contexto, el importante anuncio de Ursula von der Leyen en el preámbulo de la cita, dando a conocer un fondo de inversión para Latinoamérica de 45.000 millones de euros, aunque sin especificar a qué área estarán destinados, en que países y en que plazo, no pudo generar la impronta de docilidad y buena predisposición por parte de algunos actores del continente americano, quienes no están dispuestos a negociar su base ideológica o perder el apoyo político de Moscú.
En la sesión inaugural, el presidente brasileño, Lula da Silva, cuando tuvo que referirse al tema, afirmó que el conflicto en Ucrania "es una confirmación de que el Consejo de Seguridad de la ONU no atiende los actuales desafíos a la paz y a la seguridad". "Repudiamos con vehemencia el uso de la fuerza para resolver disputas", afirmó, a la vez que expresó su desacuerdo por las "sanciones y bloqueos, que penalizan a las poblaciones más vulnerables”, (esto último en clara alusión a Cuba).
Es importante leer entre líneas las declaraciones del mandatario petista, no solo porque es el líder de una de las 10 potencias económicas del mundo y de la nación más influyente de Latinoamérica, sino porque expresa el estado de ánimo de una región conflictuada con los modelos clásicos de observancia internacional.
Acompañamiento protocolar, pero sin alineamientos
Si bien, la CELAC acompaña en la discusión protocolar y solidaria de lo que acontece en Ucrania, los intereses en este margen del Atlántico están subyugados a los desafíos de mejorar la calidad de vida de los habitantes y construir modelos duraderos de cooperación regional y estabilidad de las instituciones de gobernanza doméstica.
La UE, observa a América Latina y el Caribe como una de las regiones con más potencial económico, junto a la posesión de algunos de los recursos con más demanda crítica, como es el caso del litio. Acompaña, a su vez, la tradicional noción de identidad compartida (lazo cultural mediante), por las corrientes migratorias entre ambos continentes.
A tal efecto, las autoridades del bloque europeo quieren darle un sentido de unidad política a la cumbre, finalizando con una condena a la invasión rusa de Ucrania.
"Lo más importante es que creemos en los mismos valores. Vemos el mundo con los mismos ojos. Compartimos la misma fe en la Carta de las Naciones Unidas", dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su intervención al inicio de la reunión.
Pese al clima de buena voluntad entre las partes, se sabe que Nicaragua, Venezuela y Cuba se opondrán abiertamente a una declaración conjunta de condena al Kremlin. Tan es así, que le pusieron un freno de lleno al atisbo de Zelenski para hacerse presente en la cumbre y llevar a este espacio su reclamo de apoyo.
La postura de los países latinoamericanos
Así también, Argentina, Bolivia, Brasil y México, entre otros, estarán de acuerdo a un comunicado de desaprobación de la guerra, pero no adoptarán una postura de censura al gobierno de Vladímir Putin.
Qué lineamiento esbozará Colombia, Chile, Ecuador y varios Estados caribeños es una incógnita, aunque no sorprendería que también opten por evitar quedar involucrados en pronunciamientos incómodos.
De todas formas, se verá si el documento final de la cumbre se expresa sobre este tema escamoso, capaz genera una sorpresa no calculada respecto al conflicto en Europa del Este.
Por mi parte, creo que este encuentro interbloques no es el espacio de discusión de temáticas con tilde bélico. Se contradice con el espíritu aglutinador que convocó a las partes, genera sospechas, suspicacias y las comitivas no asisten con una preparación previa, que requiere actos de consenso en los ámbitos legislativos nacionales y si está dentro del llamado abanico de intereses de la denominada política de Estado.
Para finalizar, dejo este interrogante: ¿Argentina está, en este momento, en condiciones de dedicar sus energías institucionales a alineamientos directos? ¿A enrolarse, políticamente hablando, en un conflicto de las características como el que acontece en Ucrania?