Hungría pateó con fuerza los acuerdos de la cumbre de la OTAN
El primer ministro magiar, Viktor Orban, arremetió con dureza contra la alianza y su nueva doctrina. ¿Qué dijo sobre la seguridad de su país?
Por Redacción
Viktor Orban, primer ministro de Hungría, volvió a estar en el centro de la polémica de la alianza militar atlántica, a poco de finalizar la cumbre de la OTAN en Lituania, donde, supuestamente, todo el consejo ejecutivo decidió de forma unánime redoblar el apoyo bélico a Ucrania. Sin embargo, el mandatario magiar sorprendió a más de uno con sus imprevistos comentarios.
Las declaraciones
"La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no debe enviar armamento a Ucrania, así como implicarse en conflictos en el territorio de otros países", declaró Orban.
"La postura húngara no cambió y la presentaremos. En lugar de enviar armas a Ucrania, debemos lograr la paz. Debe haber un alto el fuego y las negociaciones de paz deben comenzar lo antes posible", esbozó el ministro del país de Europa del este, cuando languidecía la cumbre de la OTAN en Vilna.
Según el funcionario político, la postura de su país es clara, ya que el conflicto tiene lugar muy cerca de su territorio y "decenas de miles de húngaros están en peligro inminente, porque viven en la región de Transcarpatia".
"Budapest insiste en que la OTAN no debe cambiar su doctrina anterior. La Alianza del Atlántico Norte es una alianza militar de carácter defensivo y se creó para proteger a sus Estados miembros, no para llevar a cabo operaciones militares en el territorio de otros países", resumió Orban.
En sentido contrario a la OTAN
No es la primera vez que el primer ministro húngaro criticó decididamente a Ucrania, Occidente y a Bruselas, porque considera que “sus políticas actuales no traen ni paz ni prosperidad a los Estados miembros”, ya que el enfrentamiento, precisó, tiene consecuencias económicas negativas para el resto del continente europeo y particularmente para Budapest.
Entre una de las principales conclusiones de la cumbre de la OTAN, celebrada los días 11 y 12 de julio en Vilna y a la que asistieron los líderes de todos los países de la Alianza, se acordó incorporar a Suecia, establecer un futuro ingreso de Ucrania y aumentar el suministro de armas a Kiev, según un informe de cierre del encuentro castrense.