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Brasil vota este domingo

Todo lo que tenés que saber sobre las elecciones de este domingo en Brasil

06 de octubre, 2018 - 18:05

A la campaña política de este año en el país carioca no le faltó nada. Desde los efectos del “lava jato”, planteos de golpe de estado, hasta un intento de asesinato son algunos de los factores de la previa de este domingo electivo para los vecinos brasileros.

Lo único que podemos dar por sentado, luego de las elecciones, es que sea cuál sea el resultado habrá mucho descontento en la población. El marco político y social que rodea al sufragio de este domingo tiene como protagonista al antagonismo ideológico de sus candidatos. Según Datafolha, es que el 45% de los brasileños declara que no votaría de ninguna manera por Bolsonaro, mientras que el 40% jamás lo haría Haddad.

Los contendientes

 

Como no podía ser de otra forma, los favoritos se encuentran en polos opuestos. Por un lado, Fernando Haddad en representación del Partido de los Trabajadores (socialista y candidato de Lula) y, en la otra esquina del ring, Jair Bolsonaro representando al Partido Social Liberal (con un fuerte perfil de ultraderecha). Este último, luego de sufrir un intento de asesinato lidera las encuestas con un 35%, mientras que el favorito de Lula mantiene el segundo puesto con un 22% de intención de voto.

Más allá de los números, lo realmente interesante se ha desarrollado alrededor de las “pasiones” que generan los candidatos. El ultraderechista David Bolsonaro ligado a los sectores militares de este país y con condimentos populistas en sus discursos (además de sus comentarios misóginos y racistas) no para de subir en las encuestas.

Contrariamente, Haddad, el izquierdista candidato del PT, estaría consiguiendo muchos votantes de Lula da Silva, pero aun así no le estaría alcanzando para picar en punta.

El ultraderechista David Bolsonaro

¿Qué pasa con Lula?

 

El ex presidente (ahora bajo prisión) era el candidato con mayor intención de voto y quien seguramente hubiera ganado las elecciones de no haber sido por la imposibilidad de presentarse (acorde a lo que dicta la ley por su situación penal). Su sucesor oficial, Haddad, fue presentado tan solo un mes antes de las elecciones, jugándole una mala pasada a la hora de cosechar la empatía de los votantes. Para contrarrestar este efecto, desde la cárcel de Curitiba el propio Lula escribió una carta de puño y letra pidiendo a los brasileños que voten por su candidato. 

 

“Fake News”, Militares e intento de asesinato

 

Nadie puede decir que esta campaña no lo tuvo todo. El candidato Bolsonaro, quien fue víctima de un ataque que podría haberle costado la vida, es un antiguo capitán del Ejército. Planteó que de no ganar las elecciones cuestionará los resultados, poniendo en duda la democracia. Para algunos analistas, el “coqueteo” militar en el gobierno del país más grande de Latinoamérica produce, cuanto menos, una sensación de intranquilidad.

En una audaz movida política, Bolsonaro evitó el debate previo a las elecciones aduciendo que por su herida debía hacer reposo. Sin embargo, al mismo horario, pero distinto canal, realizó una entrevista personal, polarizando a la audiencia y logrando su cometido. Fiel a su estilo “Trumpista”, atacó a todos sus detractores y acusó a aquellos que lo califican de “machista, homófobo y racista” de utilizar fake News (noticias falsas) para desprestigiarlo a través de las redes sociales. Finalizando con el slogan de campaña: “Brasil sobre todo y Dios por encima de todos “

¿Qué se vota?

 

El domingo se vota presidente y vicepresidente, además de 54 senadores federales, 513 diputados y 27 gobernadores. Para acceder a la presidencia en primera vuelta, es necesario que el candidato obtenga más del 50% de los votos. Si esto no ocurre, habría balotaje entre los dos más votados el día 28 de octubre. El escenario más probable, teniendo en cuenta las estadísticas en base a la intención de voto, es que todo se defina a fines de octubre, con un recrudecimiento de la retórica de los candidatos y polarizando aún más un país que aún no se recupera de los azotes de la corrupción y con un electorado desanimado a la hora de elegir entre los extremos.