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Licuadora, motosierra y pobreza, el combo que pone en debate el superávit fiscal que busca Milei

La pobreza, según la UCA, se disparó al 57,4% de la mano de la inflación y la recesión, tal el plan del Gobierno nacional. El costo social del ajuste muestra números impactantes

Por Redacción

19 de febrero, 2024 - 08:28

El ajuste fiscal del gobierno de Javier Milei dio enero un superávit primario de $2 billones, que permitió un positivo financiero mensual por primera vez desde el 2012.

No obstante, y como contrapartida, se logró mediante una caída real del 39,4% en los gastos primarios, que se observó principalmente en las prestaciones sociales, que sufrieron una contracción del 29,6% real; en los subsidios económicos, que cayeron 64% real; y en las transferencias a las provincias, que mostraron una baja real del 72%.

Asimismo, la obra pública, dinamizadora de la economía en general, registró un extraordinario e inédito recorte real del 86%.

La liberación de precios desde el 10 de diciembre, el precio oficial del dólar que saltó 118% en esa semana y el fortísimo aumento de los combustibles, completan el panorama.

El ajuste tuvo impacto inmediato: la suba de la pobreza de hasta 57,4%, según la medición de la UCA. Se proyecta que puede superar el 60% en febrero. La recesión y la inflación explican ese fenómeno, que advierten que puede plantear un límite a la política fiscal.

El excedente en las cuentas públicas tuvo como base un fuerte recorte en el gasto primario del 39,4% real, es decir, medido en comparación con la inflación interanual del 254,2% de enero de 2024.

Todas las miradas se posaron en la contracción del 29,6% real en prestaciones sociales, en un contexto de licuación de jubilaciones, cuyo gasto cayó 38% real, con una Anses que continúa acéfala de autoridades y aún no anunció el porcentaje de aumento que debe dar por ley de movilidad a partir de marzo.

Por eso, varios analistas de diferentes vertientes ideológicas, cuestionaron la posibilidad de que el buen resultado fiscal se mantenga a lo largo del año. El economista Martín Polo festejó el ajuste, pero aclaró: "Lo de los jubilados es criminal. Me cuesta pensar en la sostenibilidad".

El detalle es que un ajuste de estas características indudablemente va a derrumbar los ingresos fiscales, lo que obligará al Gobierno a volver a ajustar y así entrar en un círculo vicioso que dependerá de la paciencia ciudadana para consolidarse.

Opiniones de especialistas

Desde la consultora Eco Go, se señaló en un informe que "la meta fiscal es factible de cumplir hasta mayo, independientemente de lo positivo que sea el resultado de enero, pero la composición de ingresos y gastos (la licuación permanente) no es sostenible en el tiempo generando incertidumbre sobre el programa monetario".

La directora ejecutiva de la consultora, Marina Dal Poggetto, sintetizó que "el programa fiscal está centrado fundamentalmente en la megalicuación de las jubilaciones, la obra pública y las transferencias a las provincias, lo que genera, obviamente, un fuerte conflicto distributivo".

Y agregó: "El Gobierno se encuentra ejecutando un ajuste clásico que es muy inflacionario al principio y muy recesivo, que pulverizó los ingresos y ahorros de una parte muy importante de la sociedad".

Pobreza, el ajuste y su impacto social

El impacto social de la política de shock tuvo su correlato en los números. El Observatorio Social de la UCA indicó que la pobreza alcanzó en el último bimestre al 57,4% de los argentinos (27 millones de personas) y su director, Agustín Salvia, advirtió que los niveles de pobreza en el país podrán incrementarse en febrero hacia el 60% de persistir en alza la inflación y si se profundiza la recesión económica.

"La pobreza es de esperar que se agrave, como también que febrero sea más complicado", expresó Salvia.

Por su parte, el presidente Javier Milei aseguró que el hecho de que "6 de cada 10 argentinos sean pobres" es la "la verdadera herencia del modelo de la casta".

Salvia enfatizó que "será muy difícil" que la pobreza se reduzca en el corto plazo, aunque estimó que sí puede "bajar más rápido" si la inflación se sitúa en un dígito y se logra "estabilidad macroeconómica, desarrollo e inversiones productivas".

Si bien la inflación comenzó a desacelerarse, todavía seguirá en torno al 20% y presionarán los aumentos en el transporte y la energía. El consumo continúa en caída y tendrá consecuencias negativas en la actividad, que terminó el 2023 con una caída aproximada del 3% del PBI. Además, se mantiene la expectativa de una nueva suba del tipo de cambio.

Los ingresos de los trabajadores registrados, corren muy por detrás de los aumentos de precios, incluso para aquellos sectores con las más “robustas” paritarias, como aceiteros, bancarios o bioquímicos. Pero en la mayoría de los casos, los asalariados han pedido por goleada contra los precios en estos primeros meses de la gestión Milei. Se trata de la “licuadora” de la que el presidente se vanaglorió la semana pasada en una entrevista televisiva.

"En términos interanuales, el retroceso en la actividad de diciembre fue de casi 4%, similar a la del segundo trimestre del año pasado, con la excepción que en aquel momento solo el agro caía y el resto de la economía se sostenía y hoy es al revés. Una muestra ad hoc reflejó que el retroceso se habría profundizado en enero, con bajas pronunciadas en bienes relacionados con el consumo y la inversión", remarcó Eco Go.

Con información de BAE y Noticias Argentinas