|06/10/20 09:36 AM

Cómo dejar de sufrir por causas imaginarias

A menudo padecemos por las historias que nos contamos a nosotros mismos. Hipótesis, suposiciones y expectativas que nos encarcelan y que la mayoría de las veces no tienen nada que ver con la realidad

Por Redacción

06 de octubre, 2020 - 09:36

¿Cuánto tiempo has dedicado a lo largo de tu vida a pensar en eventos que nunca llegaron a ocurrir? ¿Cuántas veces has sufrido por algo que resultó no ser como tú creías? Muchas personas, especialmente quienes padecen ansiedad, tienen tendencia a vivir en la mente y, por ende, a sufrir por causas imaginarias. Pero, ¿cómo podemos evitarlo?

La realidad es que, en la mayoría de las ocasiones, la persona lleva tanto tiempo practicando este tipo de patrones de pensamiento que ya constituyen un hábito. Por lo mismo, no es consciente del daño que esto le genera a nivel psicológico y emocional o no es capaz de controlarlo. Sin embargo, sí es posible.

 

Frená la ansiedad anticipatoria

¿Sos de quienes se ponen nerviosos ya días antes del viaje, de la cita, del examen, de la reunión…? Si es así, tal vez ensesé que esa ansiedad anticipatoria es normal o incluso que puede ayudarte prever y prevenir posibles problemas. Sin embargo, se trata de algo realmente perjudicial.

Aún no ha llegado el momento y ya te has visualizado quedándote en blanco en el examen, poniéndote rojo en la cita y tartamudeando en la reunión de trabajo. Por ello, durante días te encontrás inquieto, te cuesta conciliar el sueño y presentas síntomas somáticos, como dolores de cabeza o náuseas.

¿Te has parado a pensar en todo el malestar que estás experimentado por algo que no ha sucedido y puede que nunca suceda? ¿Sos consciente de tu tendencia a sufrir por causas imaginarias? Entonces, está en tu mano detener este hábito.

Para lograrlo es importante que aprendás a monitorear tus pensamientos como un observador externo. Acostumbrate a prestar atención a lo que te decís, y a detectar todo aquello que causa la ansiedad anticipatoria.

Entonces, no luches con el pensamiento, sino sustituilo por otro más positivo. No des cabida en tu mente a las imágenes de un futuro catastrófico; pues, aunque así sucediese, de nada te serviría sufrir con antelación. Cuidá tu presente.

 

No supongás o des por hecho

Otro de los errores más frecuentes que nos llevan a sufrir por causas imaginarias es suponer, es decir, sacar conclusiones sin tener evidencia suficiente al respecto o generar expectativas sin tener indicios suficientes que las hagan probables.

Asumimos, por ejemplo, que nuestra pareja está más callada porque está enfadada con nosotros o se está replanteando la relación. Damos por hecho que nuestro amigo no responde al mensaje porque no valora nuestra amistad o porque le estamos incomodando. Sin embargo, no sabemos si esto es así, no tenemos pruebas que nos lleven a pensarlo y lo más probable es que estemos equivocados.

Seguramente el silencio de nuestra pareja se deba a que se encuentra cansada física o emocionalmente y no tenga que ver con nosotros ni con la relación. Posiblemente nuestro amigo no respondió al mensaje porque estaba ocupado en ese momento.

Sin embargo, nosotros ya habremos sufrido por algo incierto y probablemente, además, hayamos creado fricciones en la relación con los demás. Por lo mismo, evita suponer y mejor expresa tu preocupación asertivamente a la otra persona y escucha su respuesta.

 

Trabajá el optimismo

Por último, es importante considerar que quien sufre por causas imaginarias es porque, puestos a imaginar, imagina lo peor. Espera lo negativo del futuro, de las personas y de la vida.

Una disposición optimista es una de las fortalezas más relevantes de cara a lograr el bienestar. Además, visualizar el futuro en positivo no solo nos evita sufrimiento en el presente, sino que nos predispone a actuar para lograr el éxito.

 

Controlá tus procesos mentales

Por tanto, si con frecuencia experimentas estrés, ansiedad, tristeza, miedo u otro tipo de emociones negativas es importante que comiences a prestar atención a tus pensamientos. Hacete consciente de que no sufrís por realidades o hechos consumados, sino por el propio producto de tu imaginación.

Si fuésemos capaces de vivir en el ahora, la gran mayoría de nuestros problemas y preocupaciones desaparecerían. Por ello, si querés deshacerte de ese malestar innecesario, tomá conciencia de que el sufrimiento lo generas vos. A partir de ahí, estarás en disposición de poner en práctica todas las pautas anteriores. Tenés el poder de escoger lo que pensás: escogé no sufrir.