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Copa menstrual: todo lo que tenés que saber sobre este dispositivo

Aseguran que el 70% de las mujeres que la probaron, continuaron usándola. Muchas féminas se inclinan por esta barrera, principalmente, por el cuidado ambiental que conlleva. Otras, en cambio, no la prefieren por temor a un mal uso

22 de enero, 2020 - 12:11

Si de higiene femenina se trata, son muchas las opciones que ofrece el mercado, pero la mayoría de las mujeres optan por las tradicionales, principalmente, por desconfianza. 

En la actualidad, todo pareciera rondar en torno a la copa menstrual. Aunque pueda parecerte un método novedoso, el patentamiento de la primera copa se registró a principios del siglo XX. Es más, el Museo de la Menstruación y Salud de la Mujer en Maryland (EE.UU.) asegura que ya existían desde 1867.

En los años 30, se patentaron varias más, hubo gran difusión y venta, hasta que en 1963 dejaron de fabricarse. ¿El motivo? La poca rentabilidad. En el mercado había falta de látex y no tuvo éxito comercial. Esto se sumó a que las copas de ese entonces eran demasiado grandes, rígidas... aspectos que no terminaban de convencer a las mujeres. 

Y fue en 1987 cuando apareció en el mercado la copa menstrual de látex, reutilizable y en dos tamaños. Su éxito sería el camino necesario para que en el 2000 se fabricara, por primera vez, una copa menstrual de silicona.

¿Qué es la copa menstrual?

La copa menstrual o vaginal es un tipo de barrera que se inserta en la vagina durante el período para retener el flujo menstrual. Al igual que los tampones, se usa internamente, pero esta no absorbe la sangre, sino que queda contenida en el interior de la copa hasta que se extrae de la vagina y se desecha el líquido.

Estas copas pueden estar fabricadas con diferentes materiales: látex o silicona médica; no produce alergias, no contiene blanqueantes ni productos químicos que puedan ser absorbidos por el cuerpo, no produce irritaciones vaginales y no genera residuos.

La diferencia principal entre tampones y copas menstruales, es que los primeros absorben los fluidos mientras que las segundas lo contienen.

Beneficios de la copa menstrual

  • En primer lugar, vale destacar que este método es el más ecológico. En un ciclo (es decir, una vez al mes), una mujer puede utilizar alrededor de 15 o 20 tampones o toallitas femeninas, mientras que en el caso de la copa, solo hace falta una, la cual puede utilizarse durante diez años (dependiendo las cualidades de la misma).
  • Otro de los beneficios, es la cantidad de horas que puede utilizarse, sin requerir un recambio. En el caso de toallitas, esta renovación va a ser más temprana que en las otras dos opciones, ya que depende siempre del tamaño y grosor de la toalla, su capacidad de retención. Los tampones, aproximadamente, pueden utilizarse durante 8 horas seguidas. Y las copas menstruales pueden ser usadas hasta por 12 horas, dependiendo de su tamaño y del flujo menstrual de la mujer.
  • Las copas, a diferencia de los tampones, no alteran la flora vaginal. Gracias a su material, evita que queden algunas partículas adheridas en el interior del cuerpo.
  • Uno de los aspectos principales, es que son más económicas que cualquier otro dispositivo de protección femenina. Hay copas desde $450, en adelante, pero las mismas tienen una vida útil de hasta diez años. Mientras que una caja de 16 tampones, por ejemplo, puede costar aproximadamente $215, y un paquete de toallitas por ocho unidades, $115.

El uso de la copa, significa un gran alivio económico, ya que este artefacto es reutilizable, no desechable.

¿Cómo elegir la copa menstrual ideal para mi cuerpo?

Las copas no son todas iguales. Se pueden diferenciar por la forma y por el tamaño (dependiendo la marca). 

El tamaño de copa depende de distintos factores, ya que cada cuerpo es diferente. Depende principalmente de la longitud del cuello uterino o cérvix uterino, no tanto así de la edad.

  • Tipo 1: indicado para mujeres mayores de 30 años o que ya han pasado por un embarazo. La copa tiene 46 milímetros de diámetro, 80 milímetros de largo y recoge hasta 28 ml.
  • Tipo 2: indicado para mujeres menores de 30 años y que no han pasado por un embarazo. La copa tiene 40 milímetros de diámetro, 80 milímetros de largo y recoge hasta 25 ml.
  • Mini: indicado para quienes no hayan tenido relaciones sexuales, adolescentes, personas que tienen el canal vaginal más estrecho, el cuello uterino más bajo, historial de resecamiento vaginal, están en período postparto (después de la cuarentena), hizo una cirugía de reconstrucción vaginal o estética, está amamantando o está en el periodo premenopausia. La copa tiene 39 milímetros de diámetro, 63 milímetros de largo y recoge hasta 12,5 ml.

Es importante elegir el talle correcto para poder hacer un uso satisfactorio de la copa.

Al igual que los tampones, algunas copas vienen con aplicador, para introducirlas en el cuerpo.

¿Puede producir el Síndrome de Shock Tóxico?

El Síndrome de Shock Tóxico o SST es una infección causada por una bacteria llamada staphylococcus aureusy, que entra en nuestro organismo a través de las heridas o de la membrana mucosa.

Es una enfermedad extremadamente rara, pero potencialmente mortal y puede ocurrir en hombres, mujeres y niños.

Como la mayoría de los casos ocurren en niñas y mujeres jóvenes, menores de 30 años, el SST se asocia con el uso de tampones de alta absorbencia y con el hecho de que éstos suelten fibras. Si este síndrome se presenta al usar la copa, con seguridad se debe a un mal uso de ella. Puede ser -al igual que con los tampones- por dejarla dentro del organismo más tiempo de lo estipulado.

Mirada femenina: interés, pero poco conocimiento 

En los últimos años, muchas mujeres optaron por las copas menstruales, dejando de lado los "tradicionales" dispositivos. Lo cierto es que, a los beneficios ginecológicos, se suma un aspecto determinante: el cuidado del medio ambiente.

Un estudio publicado por la revista médica británica The Lancet, reveló que aproximadamente el 70% de las mujeres continuó utilizando copas menstruales, una vez que supo cómo usarlas. Pero, que aunque haya cientos de marcas disponibles, en 99 países, las personas aún no saben qué son ni cómo usarlas.

Es por esto que desde El Ciudadano nos pareció oportuno consultarle a algunas mujeres, de entre 20 y 30 años, qué opinan sobre este método higiénico (las respuestas son publicadas de manera anónima para conservar la intimidad de las entrevistadas).

  • Yo la usaría porque es ecológica y económica, higiénica. Nos acerca a tomar contacto con nuestros fluidos y de cierta forma, nos hace tomar contacto con lo que somos realmente. 
  • Me da la impresión de que es incómoda
  • La usaría porque es ecológica, muy higiénica, no genera humedad que me suele dar picor. Además, nos concientiza y permite detectar si percibimos algo extraño en nuestra menstruación.
  • Yo todavía no la pruebo, he leído opiniones y testimonios, pero no lo he hablado con mi ginecólogo como para tener la visión del profesional que me atiende hace tiempo. No descarto probarla, pero por ahora sigo usando los otros métodos.
  • Mi experiencia es fantástica!  Al principio te da impresión, hasta que te acostumbras. Después no te la quitas por nada del mundo. Es super cómoda, práctica, te dura horas durante el período y cinco o diez años, dependiendo cual. Dormís hasta sin bombacha cuando te viene y no hay ningún tipo de problema. Podes hacer deportes, sin sentir que la tenés y sin tener miedo a mancharte. Al tener que hervirla (que en mi caso uso un frasco de vidrio con agua, la pongo adentro del microondas unos 3 minutos) lo único negativo es cuando te vas de viaje, es decir, ya sea por el agua o por no tener dónde hacerlo. Por ende ya la llevas hervida y si la tenés que enjuagar, lo haces con agua potable de botella, eso es lo único malo que te podría decir.
  • No la uso, ¡por ahora!
  • No uso la copita y no creo que la use, por más de que creo que es una forma práctica de pasar los días de menstruación. Para mí es antihigiénico, ya que no se tira y se lava para volver a usar.
  • Sí la usaría, porque de esta manera dejamos de contaminar el planeta con tantos residuos plásticos. También porque es una forma más natural de cuidarnos. Prevenimos el uso de tampones, con lo que ya hemos visto que puede producir, por su mal uso en realidad, porque muchas veces no estamos informadas sobre cómo usar los métodos. En cambio cuando uno decide usar la copa, sí o sí te tenés que informar sobre cómo usarla, porque sino no la vas a poder utilizar. En cambio con los demás, por ahí nos educamos solamente con los comerciales y no está bueno.
  • No la he usado pero me da impresión de no saber como sacarla o de mancharme.
  • Me gustaría utilizarla, por una cuestión ecológica, más que nada, y económica porque a la larga es mucho más barato que las toallitas. Pero la verdad es que no me animo y la verdad que las toallitas, a mi personalmente, no me incomodan ni molesta usarlas.

Vos, ¿la usarías?