Más ajuste en educación: el Gobierno suspendió la compra de libros escolares

El Gobierno nacional anunció la decisión de no realizar la compra anual de libros escolares para las instituciones educativas de todo el país, una medida que estaba programada para el ciclo lectivo 2024.

Así, se anunció oficialmente que los 14 millones de ejemplares destinados a los estudiantes de niveles inicial, primario y secundario, en el marco del programa Libros para Aprender, no serán comprados este año. A pesar de las insinuaciones del actual secretario de Educación, Carlos Torrendell, de continuar con el plan, el Ministerio de Capital Humano, liderado por Sandra Pettovello, optó por no continuar el programa nacional que facilitaba la adquisición de libros para las provincias. 

Desde el Poder Ejecutivo, se argumentó que la razón detrás de esta decisión radica en que el proceso de compra con las editoriales estaba experimentando demoras significativas, lo que impediría que los libros llegaran a tiempo para el inicio del año escolar. Además, se alega una presunta "falta de transparencia" en el programa, lo que ha llevado al gobierno a recortar directamente el presupuesto asignado.

Desde el Ministerio de Capital Humano también señalaron que los costos de distribución eran excesivos y se ha afirmado que en años anteriores los libros llegaron de manera irregular a las escuelas, sin considerar adecuadamente el diseño curricular.

Hasta el 2023, el programa estaba bajo la dirección del Gobierno nacional, pero cada provincia tenía la libertad de seleccionar los textos de acuerdo con su propio plan de estudios. El proceso incluyó la apertura de condiciones para que las editoriales propusieran títulos, seguido de una revisión y selección por parte de una comisión nacional. Hasta el momento, no se ha firmado ningún convenio con las provincias y la continuidad del programa está en duda.

Esta decisión se suma a la eliminación del Fondo de Incentivo Docente, por el cual el Estado nacional reforzaba el salario de los docentes de todo el país, vigente desde 1998 y continuado por gobiernos de diferentes signos políticos. Pero además, la decisión de no comprar libros para escuelas, se inscribe en el recorte de hecho de los fondos para el sistema universitario nacional, al cual se le prorrogó el presupuesto del 2023 sin tener en cuenta la inflación de más de 250%.