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El 'día después' de Bahía Blanca: calles cortadas, escasez y cada vela a $500

Ante la emergencia, el municipio instaló bocas para cargar celulares. Cintas de 'prohibido pasar', la posibilidad de más derrumbes, y lo peor: gente que ya no tiene hogar. Crónica de una ciudad devastada

Por Redacción

19 de diciembre, 2023 - 09:16

La ciudad bonaerense de Bahía Blanca sufrió este sábado una de las tormentas más graves de los últimos años. Un saldo de 15 muertos, 5 heridos de gravedad y una ciudad totalmente devastada, son el saldo de un fenómeno meteorológico pocas veces visto en la zona. Pero los días pasan y el escenario no deja de ser desolador: la vida de los vecinos ha cambiado por completo.

Muchos utilizan motosierras para colaborar con el trabajo de las cuadrillas, con la intención de liberar las calles de los troncos caídos. Colas interminables para cargar nafta en las pocas estaciones de servicio que están operativas. Gente que carga sus celulares en puestos al aire libre montados por la comuna, y una constante sensación de que todo va a derrumbarse en el momento más inesperado. Estas son las fotografías de una Bahía Blanca lastimada por una tormenta atípica.

La calle Ángel Brunell, entre Colón y O'Higgins, presentaba cintas de 'prohibido pasar'. Es que allí, además de árboles caídos, carteles retorcidos y trozos de mampostería colgando de los frentes, están las ruinas de parte de los muros de dos canchas vecinas entre sí: el Estadio de Fútbol Roberto Caminatti, y la cancha para la práctica de básquet del Club Estudiantes, que cayó estrepitosamente horas antes de que comenzara un evento para 100 personas.

Al poco andar, un centro de evacuación: está armado en la cancha de básquet del Club Olimpia, donde se desarrollaba el drama humano de esta catástrofe meteorológica. Uno de los evacuados del Club, Walter Mansilla, contó: "Yo estaba viendo tele cuando el viento me hizo explotar las ventanas. Al rato se me cayó el techo encima y me aplastó. Perdí todo lo que tenía".

El joven, quien sufre ataques de pánico, gritó para pedir ayuda, pero nadie lo escuchaba. Con mucho esfuerzo pudo deshacerse por sí mismo de las chapas que lo aprisionaban y se dirigió a la casa de una vecina. "Pero se me volvió a caer una chapa encima. Grité de nuevo, y unos vecinos se acercaron a ayudarme. De no ser así -dice Mansilla- no la estaría contando".

Al momento de escribir esta nota son 61 las personas evacuadas en tres centros organizados por la Municipalidad de Bahía Blanca, que al principio tuvo que acoger a 400 damnificados. Tamara López, junto a su esposo César y sus dos hijos, de 11 y 13 años, ya no tienen dónde volver: "En Villa Talleres está todo vacío. La pérdida es total. Los chicos están bien porque llegan vecinos, gente que viene a leerles un cuento, a hacerlos pintar con colores, a jugar con ellos, porque entienden que es lo que los nenes necesitan. Pero no tenemos nada. Nos quedamos sin nada", se lamenta la mujer.

Lo triste es que los evacuados no cuentan con buenas noticias en lo cercano. "Lamentablemente, tienen acá para rato, porque hay gente que se quedó sin hogar y no tienen dónde ir. Gente que no tiene para comprar una chapa, un tirante, o pagar mano de obra. O lo peor: gente con riesgo eléctrico en su barrio", cuenta Hernán Aguilera, coordinador de ese centro de evacuación.

El sonido de las motosierras corta el silencio reinante. Son los vecinos que se juntaron en la plaza Almirante Brown para cortar los troncos caídos. "Nos dimos cuenta de que si no liberamos el paso, EDES (la empresa de distribución eléctrica) no va a venir a reparar la luz. Me pidieron si no les hacía la gauchada con la motosierra, y aquí estamos", dice Claudio García desde lo alto de un árbol. Es que si no tomaban la iniciativa, el tránsito iba a ser imposible tanto para peatones como para coches. Gabriel, otro vecino, asegura que se cayó "el 70% u 80% árboles de la plaza. Solo quedaron en pie dos palmeras y otros árboles que no son tan añejos.

Parte del operativo de asistencia en la emergencia es la instalación de bocas para la recarga de celulares al aire libre en Plaza Mitre y en el baldío ubicado en la intersección de Gorriti y Malvinas. Allí podía verse una larga fila de personas que esperaba conectar su aparato a alguna de las seis tomas del tablero adosado a un transformador de energía eléctrica, ya existente en el lugar. “Es muy poco para tanta gente”, se queja Franco Lucatti de Barrio Puerta del Sur, donde todos los vecinos están sin luz desde el sábado a la noche.

"Una sola vela por persona, y a 500 pesos. Una vergüenza", dice una vecina, quejándose de la conducta abusiva de algunos comerciantes del barrio. Y a eso hay que sumar los ladrones que robaron metros y metros de cables para vender el cobre. "Ahora van a tardar más en darnos luz, porque tienen que reponer todo", agrega la mujer.

El temporal fue más agresivo con los clubes deportivos. El Olimpo, Estudiantes, Tiro Federal, y el Club Comercial White perdieron gran parte de las instalaciones. Pero el epicentro de todo sigue siendo el Club Bahiense del Norte, por más que desde afuera nada podría indicar el desastre interior: allí murieron 13 personas durante la peor parte de la tormenta. El lugar sigue cerrado, y allí se encuentra únicamente Raúl Macari, encargado del buffet, para permitir que los docentes y familiares de niños asociados puedan retirar sus pertenencias. "No creo que vayan a velar aquí a las víctimas. El lugar está con peligro de derrumbe. No estamos para correr riesgos", dice Macari.