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Días fríos y estufas: cómo evitar la intoxicación por monóxido de carbono

Todo aparato que utilice material de combustión está en condiciones de generar el peligroso gas que puede llegar a ser fatal. Pautas de alerta y consejos para la llegada del invierno

Por Redacción

09 de junio, 2023 - 10:36

La llegada de la estación más fría del año moviliza varias aristas de comportamiento: hay que revisar la ropa de abrigo, chequear que nuestro auto esté en condiciones para afrontar las bajas temperaturas y, a la hora de calefaccionar la casa, es imprescindible revisar estufas y calefactores para estar seguros de que funcionen bien.

Es que un aparato como los mencionados puede incluir una complicación que, en los casos más extremos, puede provocar la muerte. Estamos hablando del monóxido de carbono, un gas tóxico que ingresa al organismo por los pulmones, llega al torrente sanguíneo y allí reemplaza al oxígeno. De esta manera reduce la capacidad de que las células puedan utilizar el oxígeno que les llega, con el consiguiente daño que provoca al cerebro y al corazón.

 

Según datos que maneja la Guía de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica, del Ministerio de Salud de la Nación, cada año mueren cerca de 200 personas en el país por culpa de este gas venenoso, y se calcula que surgen unos 40.000 casos clínicos, la mayoría de ellos evitables.

 

Cómo evitar la intoxicación por monóxido de carbono

Este gas puede aparecer cuando no revisamos el correcto funcionamiento de los aparatos. Por esto, es esencial chequear en qué estado se encuentran estufas y calefactores que utilicemos en nuestras casas.

-Revisar las instalaciones de gas. El color amarillo o anaranjado de hornallas o estufas, y la aparición de hollín en los artefactos, son una señal para llamar a un gasista matriculado y, de esta manera, evitar la generación de gas en la casa.

 

-Mantener una ventilación adecuada. Las bajas temperaturas pueden llevarnos a cerrar todo, pero es conveniente un flujo de aire adecuado en el hogar. Abrir puertas y ventanas, aunque sea un poco, para que el oxígeno pueda renovarse.

-Extremo cuidado al dormir. Mucha gente prende la estufa, sobre todo en las habitaciones donde duerme. Esto es un error que puede ser fatal, y conviene apagarlas para evitar la acumulación de gas durante las horas del sueño.

 

-Instalar detectores de monóxido de carbono. Controlar que este dispositivo esté en funcionamiento.

Imposible de percibir

A diferencia del gas natural, que tiene un olor particular que lo hace fácilmente detectable, el monóxido de carbono es inodoro, insípido e incoloro. Tampoco irrita las mucosas, por lo que es mucho más complicado saber cuándo está presente, y cuándo puede llegar a matarnos.

Este es el motivo por el que hay que prestar extrema atención a los síntomas, ya que pueden ser percibidos como otra enfermedad. Las señales pueden ser más concretas en niños, embarazadas, adultos mayores, fumadores y pacientes con enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

 

Los síntomas que indican la presencia de monóxido de carbono pueden ser:

-Náuseas
-Vómitos
-Mareos
-Visión borrosa
-Dolor de pecho
-Dolor de cabeza
-Convulsiones
-Pérdida del conocimiento

Si se presta atención a cada señal, se pueden evitar situaciones graves y salvar vidas. La sospecha de una intoxicación obliga a concurrir de emergencia a un hospital o centro de salud.