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Ante los inéditos números de pobreza, cómo afecta a la salud mental

La enorme pobreza que deja el gobierno saliente tiene una fuerte repercusión en la integridad emocional de los pobres

Por Redacción

06 de diciembre, 2023 - 07:07

El gobierno saliente, de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, se va dejando un saldo espantoso de inflación, miseria e indigencia en aumento, que demuestran cabalmente los últimos números del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. El informa marca que la pobreza alcanzó el 44,7% y afecta a casi 19 millones de argentinos.

Cómo dice el propio director del Observatorio, lo que ellos miden es multicausal, y entre esas multiplicidades que no solo hablan de ingreso de dinero, sino también de carencias en educación, pertenencia social, aparece con fuerza el impacto emocional de la pobreza, y en consecuencia su afectación de la salud mental.

Solange Rodríguez Espinola, investigadora y coordinadora del equipo Capital Humano del Observatorio de la Deuda Social Argentina UCA, explicó cómo la pobreza afecta a la salud mental:

“Un dato interesante: en el 2003 se forma el observatorio, desde el 2004 al 2023 estuvimos evaluando sintomatología ansiosa y depresiva, lo cual tenemos una cantidad de años para ver y relacionar con condiciones de contexto, y lo que observamos es que las personas que se encuentran en mayor vulnerabilidad socioeconómica, laboral, educativa, es el grupo que ha demostrado mayores diferencias con respecto al estado psicológico, a la sintomatología ansiosa y depresiva".

 

En todo ese compilado de información, destaca esencialmente para el presente lo que la especialista señaló a continuación: "lo que nosotros notamos es que este año, el 2023, ha sido súper intenso en función de la cantidad de estresores que se han sumado en las personas.

Contamos que venimos de una pandemia, que esa pandemia dejó ciertas cuestiones de vulnerabilidad en las personas, por efectos propios de la situación, del miedo, de la condición de aislamiento y de la crisis laboral, económica, inflacionaria, que se sostienen posterior a esta situación, llegando a este año a una situación crítica en las personas", entonces, "lo que observamos este año, es que si bien ha aumentado en general, tener el mayor índice en estos 20 años que venimos estudiándolo, casi 3 de cada 10 personas dicen tener alta sintomatología ansiosa y depresiva".

En su diálogo con El Interactivo (lunes a viernes de 12 a 14 por http://ciudadano.news), agregó algunas precisiones que marcan además como la crisis económica expande sus consecuencias en diversos grupos.

"Encontramos fuertemente una asociación en lo que corresponde a condiciones laborales, y vemos que la clase media profesional, que son los jefes de hogar, los que tienen responsabilidades, es donde se ha incrementado la sintomatología ansiosa y depresiva", explicó.

Además agregó que "si bien en condiciones de mayor vulnerabilidad, hay programas de asistencia, de transferencia de ingresos y canasta de alimentos" eso hace que "ese umbral frente a la dinámica de estresores no haya aumentado tanto como ha sido en la clase media, donde el impacto de las condiciones de hacerse cargo de las responsabilidades de administración del hogar, frente a la inflación, ha repercutido negativamente en el malestar psicológico de las personas".

 

La niñez

La pobreza incide particularmente en la niñez, donde la cifra porcentual de pobreza supera ampliamente a la mitad de ellos. “En las percepciones de realidad social, en el adulto es peor que un niño, porque el niño por ahí no conoce, no discrimina si no compara o no ve".

"Los adultos por ahí ya tenemos esa trayectoria que nos hace autopercibirnos de esta manera, como pobres o no pobres. El niño lo que tiene es un déficit en condiciones básicas, alimento, cariño, educación, pero en ese sentido todavía no discrimina tantos estas diferencias, hablo de niños pequeños", resaltó Rodríguez Espínola.

"Cuando entramos nosotros en este sistema de percepción de la realidad, en la medida que vamos creciendo, sin dudas el darnos cuenta en la situación que estamos, impacta negativamente también en nuestra proyección y en nuestra vida".

Digo esto porque me preguntaban la relación de esto con el déficit educativo. En algún sentido una sociedad que insta al progreso, a tener mayor desarrollo ,es donde tenemos los fundamentos más deteriorados, en educación, en salud y en salud emocional, personas que no se sienten bien, que no están bien anímicamente rinden menos, tienen menos capacidad de producción, de dar para los demás, eso también es lo que no contribuye socialmente", amplió.

Además, la experta sumó una consideración determinante: "una población sana, una población con buenos recursos desde lo emocional, afectivo, desde las necesidades básicas de alimentación, es lo que nos promueve mejorar"

"En ese sentido es que tenemos un grupo de pobreza estructural a lo largo de todos estos años, que es un núcleo duro, que no ha cambiado, además sentimos que hay gente que ha caído en la pobreza que son los que están más en el límite, las ayudas y trasferencias económicas de políticas públicas han sostenido a que, sobre todo la indigencia, no haya sido peor. Lo que la pobreza aumenta es por esa condición de la clase media que empieza a caer en situaciones de mayor precariedad".

“Cuanto más pobres seamos en todos los sentidos es más difícil salir adelante", consideró, remarcando: "Lo que necesitamos es un proyecto de vida, que muchos no lo tienen o le son más difíciles de construir, un sentido de bienestar para poder progresar. A veces vemos el esfuerzo que ponen las familias, las personas para salir adelante y esto no se ve reflejado en lo que significa remar contra grandes olas de lo que es la condición política, económica, inflacionaria, laboral del país".

“Necesitamos que la gente acuda a la asistencia en salud mental. Notamos que ya no hay esa discriminación, esa cuestión del psicólogo, el psiquiatra es para locos, pero sí vemos que las personas están en un deterioro, hablamos de 3 cada 10 personas con sintomatología alta ansiosa y depresiva y sin embargo solo el 10% consulta o recibe tratamiento y de ese 10% es un 8% de gente de nivel socioeconómico medio, medio alto porque la accesibilidad a salud mental también es un gran derecho que todavía estamos en deuda”, concluyó.

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