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Los daños silenciosos de la pandemia

A medida que se estudian distintos aspectos de los años de restricciones y aislamiento, aparecen datos como este que releva la cantidad de las muertes por infartos agudos de miocardio

Por Redacción

01 de febrero, 2024 - 20:36

Los traumáticos momentos que atravesó la sociedad durante la pandemia van revelando diversos efectos a medida que se van estudiando, y se trazan cuadros comparativos y estadísticas, y entre ellos aparece uno muy relevante: la mortalidad por infartos agudos de miocardio (IAM) se incrementó un 15% en relación a 2019, y ese aumento fue aún mayor entre las mujeres y adultos menores de 60 años.

Es un estudio de investigadores de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), titulado "Mortalidad del infarto agudo de miocardio en la Argentina durante la pandemia de Covid-19", y a la hora de explicar las razones lo atribuyeron a las "inhibiciones" para acercarse a las guardias mientras regía la cuarentena obligatoria.

 

En 2021 hubo "nueve defunciones por IAM más cada 100 mil habitantes, de las que se produjeron en 2019", reza la publicación en la revista de la Sociedad, llevada adelante por un grupo de seis investigadores, a cuya cabeza estuvo Adrián Charask, director del Registro Nacional de Infarto Agudo de Miocardio con Elevación del Segmento ST, se detalla que mientras en 2019 hubo 17.789 muertes por IAM, en 2020 fueron 18.881, y 20.901 en 2021. La cifra es levemente mayor a lo que registra para 2022 el informe Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud. 

Las conclusiones señalan que las muertes en exceso en el bienio 2020-2021, es decir, la diferencia entre las muertes efectivamente producidas y lo esperado a partir de lo sucedido los cuatro años anteriores, fue del 18,2%, y el aumento se explica, fundamentalmente, por la pandemia de Covid-19.

Si en 2021 el Covid-19 se convirtió en la primera causa de mortalidad, en 2022 las enfermedades del sistema circulatorio volvieron a ser la primera causa de muerte, seguidas por las enfermedades del sistema respiratorio.

"En la pandemia hubo un fuerte incremento de la mortalidad, atribuible al Covid-19, y un incremento de la mortalidad por infarto agudo de miocardio -en especial en mujeres y menores de 60 años-, probablemente atribuible a los efectos secundarios del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO)".

"Pensamos que las principales causas pueden ser dos: el ASPO -que pudo inhibir al paciente a concurrir a la guardia- y, por otra parte, que (las muertes adicionales) hayan sido provocadas por el mismo Covid-19, que trajo problemas a nivel cardiovascular, específicamente eventos trombóticos o inclusive miocarditis que podrían haberse confundido con infartos", dijo Charask a la agencia Telam, "Pero nuestra mayor hipótesis es que la ASPO es la que desarrolló este evento".

 

Infarto agudo de miocardio

El infarto de miocardio es el cuadro producido por la muerte de una región del músculo cardíaco como consecuencia de la obstrucción completa de una arteria coronaria. Ocurre cuando un coágulo de sangre obstruye esa vía previamente afectada por la arterioesclerosis. Como resultado de esta obstrucción, se suprime el aporte sanguíneo a esa zona y, pasado un tiempo, el tejido muere irreversiblemente.

"El corazón tiene tres arterias coronarias, si una de ellas se tapa, el tiempo que se tarda en destaparla es lo que determina el pronóstico: si está en el hospital, se la destapamos en minutos y su sobrevida será mayor al 99%; pero si pasan 3, 4 o 5 horas, aumenta enormemente la mortalidad", dijo.

Aunque la estadística del Ministerio de Salud no discrimina entre muertes hospitalarias y extrahospitalarias, la presunción es que "la mayor parte" se produce fuera de los centros asistenciales porque "un análisis que se hizo en Bariloche muestra que la mortalidad por infarto es 90% extrahospitalaria, y nosotros, a través del Registro, sabemos que la mortalidad intrahospitalaria es de alrededor del 9 ó 10%".

Por otro lado, las muertes por IAM entre menores de 60 años se incrementó un 73% en relación con la prepandemia, y ese incremento fue menor entre los mayores. Por otra parte, entre adultos de entre 20 y 59 años, la mortalidad por IAM se disparó.