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Estrategias de prevención para combatir el sarampión

El sarampión sigue siendo una amenaza porque predispone al organismo a contraer otras infecciones que pueden tener complicaciones muy graves, explicó en el Interactivo una especialista

Por Redacción

06 de febrero, 2024 - 07:16
Sabrina Critzmann, pediatra y especialista en Puericultura, dialogó con El Interactivo (lunes a viernes, de 12 a 14, por Facebook y YouTube de Ciudadano.News), describiendo en primer lugar cuáles son los síntomas a los que hay que prestarle más atención como manchas en la piel, puede empezar con un catarro, conjuntivitis, mocos, tos, fiebre alta y manchitas en la piel, propios de una enfermedad viral.

Primeramente, y a modo introductorio, el sarampión fue durante mucho tiempo considerada una enfermedad de las llamadas "benignas" sin consecuencias graves, hasta tal punto que en generaciones pasadas se consideraba que los pequeños debían contagiarse para así quedar inmunizados, incluso había maniobras caseras para hacer "brotar" la enfermedad en la piel.

Esas prácticas tan perniciosas, por suerte se han dejado atrás al tomar conciencia que se está ante un padecimiento que puede ir más allá de las manchas en la piel, también llamada exantema o sarpullido y producir complicaciones con consecuencias graves.

Ante este plano contextual, la entrevistada apuntó a los peligros subyacentes. Explicó que "cuando el cuerpo está luchando contra la enfermedad, pueden ingresar otros gérmenes o bacterias más peligrosas". 

"Otra cuestión, agregó, es que estos virus no es que se quedan solo en la piel y solamente en la conjuntivitis o en la tos, pueden progresar en una neumonía, a una encefalitis, una inflamación del cerebro y causar graves consecuencias. Hay ciertas complicaciones del sarampión que son a largo plazo y que generan secuelas muy graves, incluso la muerte o la pérdida de alguno de los sentidos como ceguera".

Critzmann argumentó que con la vacunación prácticamente se erradicó la enfermedad, pero dijo que ocurre que al casi desaparecer los casos muchas veces se deja de aplicar las vacunas y entonces resurgen.

 

El calendario en la Argentina prescribe la primera dosis en el primer año y la segunda a los 5 o 6 años. Con eso ya se previenen contagios y la propagación de la enfermedad.

Algo en lo que hizo hincapié la pediatra es en que: "lo más importante acá es cuidar a otras personas. Hay personas que no se pueden vacunar, porque están trasplantados y toman inmunosupresores, porque hacen un tratamiento de quimio, porque tienen alguna enfermedad que genera inmunodeficiencia, estas personas son niños, bebés, adultos, hay miles de personas, embarazadas. Hay ciertas vacunas que no se pueden colocar en el embarazo. Estando vacunados, nosotros protegemos a esas personas".

Con referencia a la protección general de la población, explicó: “Todas las personas mayores de 5 años debemos acreditar por lo menos dos dosis de la vacuna, que no la encontramos en el calendario como vacuna de sarampión, la encontramos con triple viral, porque la vacuna de sarampión, rubéola, parotiditis o doble viral, sarampión rubéola".

Producción Periodística: Fernando García -Alejandro Álvarez