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Un Congreso rebelde podría complicar al Gobierno

En el Senado se discutirá el DNU de Milei y en Diputados una nueva ley de jubilaciones, poniendo a prueba las negociaciones con los gobernadores

13 de marzo, 2024 - 11:59

El avispero político vuelve a removerse con discusiones que podrían complicar las aspiraciones de Javier Milei de concretar la firma del Pacto de Mayo sin demasiados contratiempos, que en principio, y según sus deseos, podría llevarse a cabo en Córdoba el 25 de ese mes.

Las cosas se pusieron ásperas cuando la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, –prácticamente sin consenso y después de intentar postergarlo- debió aceptar que en el recinto de esa Cámara se discutan este jueves los alcances del DNU 70/2023 presentado por el Presidente apenas asumió.

Se espera que el debate sea duro y que resulte un capítulo fuerte en el Congreso de la Nación, aunque eso no signifique la caída del decreto, ya que el poroteo da una ventaja por ahora demasiado ínfima a favor de la oposición y ya se sabe que para voltearlo resulta necesario el rechazo de las dos Cámaras. Esto, sin dudas, pondrá a prueba las negociaciones de los habitantes de la Casa Rosada con los gobernadores, que envían mensajes permanentes al Ejecutivo sobre su disconformidad con las medidas fiscales.

Según Milei, un eventual rechazo del Congreso al DNU “servirá para dejar en evidencia quiénes están a favor del cambio en Argentina y quiénes en contra”.

El escenario también se le complica al Gobierno en la Cámara baja, donde hoy –impulsado por la oposición, aún la más cercana al oficialismo y más dialoguista-  podría discutirse un proyecto sobre la movilidad jubilatoria.

En el caso del DNU la Justicia se metió en la discusión y en la persona del presidente de la Corte, Horacio Rosatti, dejó este martes un mensaje claro en el tradicional encuentro organizado por la AmCham: en el ámbito judicial se espera que la política resuelva sus conflictos antes de que lleguen a los estrados y se transformen en  largos procesos judiciales que prolongan la incertidumbre en vez de despejarla.

Una frase resumió todo: “El juez no está para reemplazar a la política”, dijo Rosatti ante empresarios importantes, algunos gobernadores y legisladores oficialistas y opositores.  Obviamente, el magistrado se refería a la cantidad de recursos y demandas en respuesta al mega DNU y a los recortes de transferencias de fondos a las provincias y el mensaje es claro: “muchachos, arreglen ustedes los entreveros y no nos compliquen a nosotros”.

Diputados con diferencias

Pero la situación volvería a ponerse complicada no sólo en la Cámara alta, sino especialmente en Diputados, donde sectores dialoguistas con el Gobierno impulsaron la apertura del recinto para discutir una nueva fórmula de movilidad jubilatoria.

El objetivo de los legisladores más cercanos al oficialismo es que el proyecto se apruebe antes del 15 de abril, mientras que el Gobierno no muestra ningún apuro por tratar una nueva fórmula y sólo adelantaron que la incluirían en la nueva versión de la ‘Ley Ómnibus’, sin dar más detalles sobre cuándo llegaría al Congreso.

El proyecto de la Coalición Cívica (que integra el bloque Hacemos Coalición Federal, liderado por Miguel Ángel Pichetto) dispone que las jubilaciones se ajusten a partir de abril por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) conforme la inflación de febrero, más un aumento del 20,6% que busca compensar la suba de precios que se registró en enero.

Pero no será fácil la discusión, ya que cada bloque quiere marcarle la cancha al Gobierno, lo que marca profundas grietas internas –como en el radicalismo–, salvo en el kirchnerismo y en la izquierda.

Sea como sea, la discusión está abierta en todos los ámbitos políticos con un marcado enfrentamiento entre el oficialismo y la oposición, aun la más dialoguista, pretendiendo marcarle la cancha a un Gobierno que se sabe débil en el Congreso, pero desafía la situación de manera constante dejando implícito que su propósito es realizar cambios profundos cueste lo que cueste, aunque provoque conflictos, algunos considerados innecesarios.

A tres meses de gestión, el presidente Milei conserva un amplio respaldo y su imagen positiva supera claramente a la de las figuras opositoras, sobre todo las del peronismo. Por ahora cuenta todavía con el beneficio de la duda que le aporta una parte importante de la sociedad a pesar del shock de ajuste y el “plan motosierra”.

Quienes lo respaldan consideran que la oposición debería apoyar la implementación del programa económico de un Presidente recién llegado a la arena política, inexperto en esas lides, algo que –como está a la vista– casi será imposible lograr sin negociar a pesar de su aversión a "la casta".