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Los votos de las PASO confirman que el nuestro es un país dividido desde 1810

El análisis de los resultados electorales pone de manifiesto no solo problemas del presente, sino otros que nos acompañan desde el mismo origen de la Argentina, según el análisis que compartió el especialista consultado

20 de septiembre, 2021 - 07:57

Varias lecturas pueden hacerse de estas PASO que desataron una crisis política en el seno del Gobierno nacional, y cuya resolución aún no apagó la perplejidad. 

En estos casos, la consulta con especialistas que puedan poner en contexto el episodio es siempre útil, y es el caso del profesor universitario y analista político Hugo Villanueva, quien, consultado en FM 91.7, señaló: “A nivel nacional, más allá del resultado de los números, que algunos festejan y otros lloran, que es lo propio del sistema democrático, son unos números bastante preocupantes. La Argentina pasó de tener un sistema bipartidista hasta el 2001, el PJ y la UCR que se alternaban en el Gobierno, a tener un sistema de bicoalición, o sea, dos coaliciones que se fueron alternando en el Gobierno”. 

Tras esa idea, agregó: “Ahí hubo una cierta transformación, digamos una degradación de los principales partidos. Esas coaliciones juntaban el 90% o un poco más de los votos, y con una alta participación electoral que llegaba al 80%”, en un escenario que parece estar cambiando, y que define como “preocupante, porque ambas coaliciones perdieron una gran cantidad de votos a nivel nacional. Aproximadamente, el Frente de Todos perdió dos millones de votos y Juntos por el Cambio perdió medio millón de votos, ¿dónde fueron esos votos? gran parte fue a una caída de la participación. Entre las dos últimas elecciones, bajó de un 79% a un 72%, hay un 7% menos de ciudadanos que fueron a votar, y por otro lado subió el porcentaje de voto nulo y en blanco”.

Pero la baja de participación no es el único factor: “Han crecido frente a estas dos coaliciones el voto en blanco y terceras fuerzas a nivel nacional –distinto es el caso de la provincia–, que son los libertarios de extrema derecha, con Milei a la cabeza y el Fit, de los partidos trotskistas de extrema izquierda” y, ante esto, explicó: “Se abre un balance preocupante, se ve que hay un descreimiento en el sistema político, y el sistema político no estaría satisfaciendo las necesidades del conjunto de la población, ni quiénes son gobiernos ni quiénes son oposición”.

Si bien esos ejemplos ocurren en la escala nacional, resaltó: “A nivel provincial pasa lo mismo, la caída de voto y el crecimiento, en el caso Mendoza, de múltiples terceras fuerzas, y entonces el sistema democrático no estaría dando respuestas que la gente necesita para vivir”.

 

El bolsillo que duele

“Si nosotros miramos los números económicos, tenemos una persistencia de que cada gobierno que pasa es un escalón más abajo”, afirmó Villanueva, agregando: “En plena pandemia se ha ajustado. El problema es que tenemos restricciones externas, no nos ingresan dólares y estamos endeudados. Nos está afectando el sistema democrático y no es bueno, eso no es bueno porque con las tradiciones que tenemos los argentinos de explosiones violentas enfrentamientos violentos, yo diría que es un panorama muy preocupante a mediano y largo plazo hubo”. 

Y yendo al eje de su enfoque, puntualizó: “Acá hay dos discusiones dando vueltas: una si nos insertamos en el mundo buscando una industrialización con el modelo que sea, con una forma de nuevas tecnologías, industrialización sustitutiva de importaciones, el modelo que sea, pero es una industrialización que sostenga un estado de bienestar potente”, mientras que la otra campana sería: “Si nos insertamos en el mundo, basado en la fortaleza que tenemos, que es la riqueza de la pampa y la exportación –antes era trigo y vaca ahora es soja y vacas– y lo que sucede es que ese modelo, el viejo modelo agro exportador que antes dependíamos de Gran Bretaña, ahora parece que estamos dependiendo de China, ese modelo solo es válido para la Zona Núcleo de la Zona Centro, y para un derrame de beneficios para, pongámosle con toda la furia, 10 millones de personas”.

Según su punto de vista, “quedan con ese modelo 30 o 35 millones de personas excluidos de la riqueza. Y esa es la categoría de discusión que el primer Alfonsín intentó hasta que se fue Grinspun, un modelo de reconstruir el Estado”.

Yendo al presente, se preguntó: “¿En qué ha fallado Fernández ante la promesa hecha a su electorado? Básicamente que había prometido sostener un estado de bienestar y si vos mirás los números del presupuesto en realidad, serían los números que aplaudiría el último ministro de Macri, Lacunza”, destacando: “Es uno de los presupuestos con mayor ajuste y en medio de una pandemia, eso es sentido por la gente, que no le alcanza el sueldo, que todos hemos tenido una caída en nuestro salario, en el poder de compra real, y eso es lo que le están votando en contra”.

 

Los nuevos actores

Finalmente, se refirió a la aparición de nuevos espacios en la arena política, que definió como extremas: “¿Cuál es el problema que surjan estas dos opciones extremas, el trotskismo y los libertarios?, los libertarios lo que quieren es la destrucción total del Estado, anular el Banco Central, y ahí liberar las fuerzas del mercado; el trotskismo lo que quiere es, como paso previo a la revolución, un Estado total. Es imposible el diálogo entre estos dos modelos de inserción en el mundo. La discusión entre esas dos terceras fuerzas siempre es violenta”.

 

La grieta

En el último tramo, Villanueva afirmó: “El tema de la grieta no es casual. Nosotros vivimos inmersos en una grieta en nuestro país que yo digo, de los dos modelos de inserción, viene desde 1810, y es muy difícil porque es la discusión de quién se apropia de los excedentes de la Pampa Húmeda. Esa es la discusión básica que hay en el país, por lo tanto, veo muy difícil que se llegue a plantear un acuerdo, más allá de la voluntad de los actores. Hay fuerzas económicas que tiran en contra de la concreción de ese acuerdo, esto no es España en el centro del mundo desarrollado. Esto es Argentina en la periferia, un país dependiente”.
 

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