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Ni Inteligencia Artificial ni drones: trincheras...

La guerra que asola el suelo ucraniano está desmintiendo a los gurúes y fanáticos de la tecnología que auguran que las batallas serán libradas por funcionarios de defensa detrás de pantallas de computación 

14 de abril, 2023 - 10:08

La de Troya se considera la guerra relatada más antigua, ya que se presume que fue librada cerca del 1.500 a.C., y contada por el poeta Homero, tuvo al rapto de la bella Helena como su casus belli. Por su parte, la más remota de la que se tenga registro histórico fue la del faraón egipcio Ramsés II, con la célebre batalla de Qadesh, al norte de Siria, donde se encontró con los ejércitos hititas del rey Muwatalli II en el 1.274 a.C.
Desde sus comienzos hasta nuestros días, la Enciclopedia mundial de las relaciones internacionales y Naciones Unidas afirma que en estos cinco milenios se han producido unas 14.513 guerras, lo que ha dejado la mísera suma de sólo 292 años de paz. Por ejemplo, esa enciclopedia calcula que solamente entre 1960 y 1982 se libraron unos 65 conflictos armados en 49 países, con un total de 11 millones de víctimas.
Es decir, no puede negarse que la humanidad “disfruta” de una amplia experiencia respecto de la guerra, que las ha habido de todos los tamaños y formatos. Desde muy cortas, de sólo seis días de duración, hasta largas que se prolongaron por 30 y hasta 100 años.
Los motivos, han sido igualmente variados, comenzado por la ya comentada de Guerra de Troya –la disputa por una bella mujer– hasta por unas islas guaneras en el Océano Pacífico. Sin dejar de mencionar, una librada por un partido de fútbol, entre El Salvador y Honduras en 1969.
En muchos casos no han faltado los profetas que han anunciado a la que se estaba librando como la última y definitiva de todas ellas. Tal fue el caso de la Gran Guerra europea librada entre 1914 y 1918, pero que se tuvo que renombrar como la Primera Guerra Mundial cuando a los pocos años estalló la que sería denominada como la  Segunda Guerra Mundial.

La realidad de la guerra

Para dejar de dar vueltas e ir directamente al punto que nos ocupa, que es cómo serán las guerras del futuro, vamos primero a la respuesta corta: serán muy similares a las anteriores.
Con ello contradecimos a los gurúes de la IA (Inteligencia Artificial) y fanáticos de la tecnología que auguran que las próximas guerras serán libradas por funcionarios de defensa detrás de pantallas de computación, desde un ambiente, sanamente, climatizado y a miles de kilómetros del campo de batalla. El que por cierto estará poblado de robots, cyborgs o, al menos, personas dotadas de toda una parafernalia tecnológica que permitirá que ni transpiren mientras beben un sano refresco dietético.
Lamentablemente, los combates que se están desarrollando en estos precisos momentos sobre la tierra negra ucraniana muestran otra cosa. Ya no imágenes de raudos ataques mecanizados/blindados que avanzan a velocidad sostenida contra sus objetivos terrestres o veloces aeronaves que depositan soldados en la profundidad de la retaguardia enemiga. Muy por el contrario, esas imágenes –salvando el tema de las armas y los equipos– tienen una extraña semejanza con las batallas de trincheras de la Primera Guerra Mundial.

Nos preguntamos y contestamos por qué

Primero, porque la esencia clausewitziana de la guerra, que es la fricción y la incertidumbre, no ha cambiado un ápice.
Segundo, porque la tecnología militar se ha refugiado en una panoplia de gadgets (drones, municiones inteligentes, etcétera) que no reemplazan al viejo trabajo artesanal de ir a buscar al enemigo a su “cueva” y dar cuenta de él.
Y tercero, esto es así en principio porque ambos bandos disponen de las mismas ventajas técnicas, lo que hace que se neutralicen mutuamente. Y siguiendo, porque avances como la Inteligencia Artificial (IA) puede que ayuden en las tareas intelectuales de un estado mayor, tales como el planeamiento, la inteligencia y la logística, pero no se han inventado aún las legiones de robots que serían necesarios para cumplir las órdenes de combate emanadas de esos organismos.
Llegado a este punto, uno puede preguntarse, lícitamente, si ese mundo de la guerra de los robots no está, como nos dicen, a la vuelta de la esquina. Vamos a algunas precisiones:
1º) Hay que hacer una primera y sana distinción. El aire, el agua y la tierra son ambientes bien diferentes. El primero es el más sencillo de todos y el último el más difícil, con el agua en un lugar intermedio, porque existe la dimensión submarina que es mucho más compleja que la de la superficie. Esto significa que los mencionados robots de combate estarán disponibles antes para los combatientes del aire que los del mar y los de tierra. Aún así, creo que faltan muchos años por venir para que esto suceda. Del mismo modo que los diagnósticos médicos guiados por la IA estarán disponibles mucho antes de que la enfermera “robot” pueda cambiar un pañal a un paciente.

Lecciones para aprender

Dicen que para muestra basta un botón. Vamos a una. Durante más de dos décadas las fuerzas militares más tecnificadas del planeta, las de los EE.UU., batallaron sin éxito a una de las más atrasadas, la de los talibanes afganos. En vano se emplearon, literalmente, billones de dólares para desarrollar y equipar a los soldados occidentales con todos los ingenios que la ciencia moderna pudo poner en sus manos. Desde miras láser hasta bombas termobáricas, todo, como sabemos, resultó inútil para vencer a unas tribus de pastores de cabras armadas con fusiles del siglo pasado.
No hace mucho, un exministro de Defensa argentino argumentó que nuestras FF.AA. no necesitan tanques ni cañones, ya que con la ciberdefensa y unos escuadrones de drones estábamos más que seguros.
Pero no cabe duda que a la luz de lo que acabamos de explicar y que no es otra cosa que las lecciones aprendidas que nos va dejando la guerra actual que ya lleva más de un año de desarrollo.
Por eso, será bueno que nuestros decisores políticos tengan estas lecciones presentes a la hora de decidir sobre nuestra defensa.

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.