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Esfuerzos frustrados de las Provincias Unidas para conseguir un préstamo de EEUU

Con los recursos agotados y la necesidad de continuar con la lucha por la Independencia, el gobierno buscó en 1816 un apoyo externo que al final no se logró

12 de julio, 2023 - 07:08

Durante la histórica Asamblea General Constituyente –más conocida como Congreso de Tucumán–, que comenzó en marzo de 1816, no solo se buscó declarar nuestra independencia del reino de España, sino que se llevó a cabo una serie de acciones de gran importancia.

Entre ellas se destacan la formación del Ejército de los Andes, la reglamentación de la Bandera y la elección de un nuevo director Supremo para liderar las Provincias Unidas del Sud, como se denominó por aquel entonces a lo que hoy es la Argentina.

Pero además de estas decisiones trascendentales, los diputados trabajaron en diversos proyectos, algunos de los cuales se mantuvieron en gran reserva. Uno de estos, poco difundido, fue la solicitud de un préstamo a los Estados Unidos con el objetivo de incrementar los fondos públicos que, en aquel entonces –como hoy–, se encontraban en números rojos.

Recordemos ahora cómo se desarrollaron las gestiones entre ambos gobiernos.

 

El simpatizante estadounidense de la independencia

En marzo de 1816, el gobierno de las Provincias Unidas contactó al coronel John Devereux, un destacado ciudadano estadounidense que había establecido una estrecha amistad con el cónsul Thomas Lloyd Halsey, representante de los Estados Unidos en Buenos Aires.

Devereux mostró un enorme apoyo a la causa de la libertad en Sudamérica y fue consciente de la importancia de obtener respaldo externo durante tiempos de guerra. Inspirado por la ayuda que los independentistas angloamericanos recibieron de las naciones europeas en su lucha contra los británicos, Devereux pensó que una América española también merecía apoyo en su lucha por la liberación.

Motivado por estos ideales, el coronel Devereux tomó la iniciativa de buscar un préstamo conformado por capitales estadounidenses, con la aprobación efectiva del gobierno de las Provincias Unidas del Sur. Su objetivo era proporcionar los recursos necesarios para respaldar la lucha por la independencia.

La gestión de Devereux no solo se basó en su compromiso con la causa de las Provincias Unidas contra la monarquía española, sino también en su papel fundamental como intermediario entre las Provincias Unidas y los inversores estadounidenses. Gracias a sus incansables esfuerzos y su valiosa contribución, se preservó asegurar el respaldo financiero necesario para fortalecer las fuerzas independentistas y enfrentar los desafíos de la guerra.

Devereux, en su condición de amigo cercano del cónsul Halsey, lo convenció para que el gobierno de los Estados Unidos se convirtiera en un aliado excepcional en la lucha por la independencia. El militar estadounidense sostenía que los acontecimientos que se desarrollaron en América del Sur no eran solo una lucha local, sino una causa que unía a personas de diferentes países y culturas en su búsqueda de autodeterminación y justicia.

 

Préstamo con viento a favor

El 8 de mayo de 1816, Devereux se comprometió a acordar con el gobierno de las Provincias Unidas un préstamo de 2.000.000 de pesos fuertes bajo ciertas condiciones. Entre ellas, un interés anual del 8%, la retención del 10% de las sumas entregadas a favor del proponente y el otorgamiento de poderes por parte del Congreso de las Provincias Unidas para que Devereux concretara la negociación e involucrara al gobierno estadounidense y a los inversores privados.

Días después, el entonces director Supremo, general Antonio Balcarce, presentó la propuesta a la Asamblea General Constituyente, que se reunió el 21 de junio para tratar el proyecto. Mientras tanto, el 3 de julio, Halsey informó al secretario de Estado Mr. James Monroe sobre la contratación de un préstamo externo y la difícil situación de las provincias insurgentes bajo el dominio español. El Congreso abrió y presentó esta propuesta en una sesión extraordinaria.

El 3 de agosto, con la asunción de Juan Martín de Pueyrredón como Director Supremo, se presentó una nueva propuesta de préstamo externo al Congreso.

 

Grave error de Pueyrredón

A pesar de que la gestión del préstamo solicitado por el gobierno de Pueyrredón a los Estados Unidos parecía ir por buen camino, un hecho desafortunado se produjo entre los pocos comerciantes estadounidenses presentes en el Río de la Plata.

En octubre surgió un desacuerdo entre el consulado y el Estado cuando los comerciantes estadounidenses se negaron, con razón, a aportar 6.000 pesos destinados a los gastos de guerra.

Mientras tanto, el cónsul Thomas Halsey protestó enérgicamente, considerando que se utilizó de una contribución forzosa en la que él no tenía ni facultades ni derechos para actuar como mediador en la gestión. Aprovechando la oportunidad, en su nota de protesta, Halsey también recriminó al gobierno por la falta de atención adecuada a la negociación Devereux.

Por su parte, el ministro de Hacienda, José Domingo Trillo respondió a Halsey y manifestó el disgusto de Pueyrredón por la nota enviada. Ante este suceso, el cónsul Halsey intentó calmar las aguas.

 

Gestiones y puntos a convenir

El 30 de enero de 1817, Halsey informó al secretario de Estado James Monroe sobre el progreso de las negociaciones del empréstito Devereux. En su informe, resaltó la difícil situación que enfrentaba el país compuesto por las Provincias Unidas del Río de la Plata, rodeados de enemigos, con grandes divisiones internas, con el tesoro y los recursos agotados, y con los portugueses tomando posesión de una parte considerable de la Banda Oriental.

Aunque se creía que pasaría mucho tiempo antes de que adquirieran el control del país, Halsey pensó que la subyugación de estas provincias sería un golpe mortal para los últimos esfuerzos de las Américas españolas en su lucha por la independencia.

Mientras tanto, Pueyrredón realizó un examen detenido de las dos propuestas de empréstitos externos. Con ese fin convocó a sus funcionarios más cercanos, quienes aprobaron por unanimidad el proyecto presentado por el coronel Devereux.

Las condiciones del contrato, según el Acta, consistían en que el Gobierno aceptaría los dos millones de pesos y pagaría un interés del nueve por ciento. En el segundo punto se gratificaría a Devereux con un ocho por ciento de comisión por una sola vez sobre los dos millones de pesos.

Los prestamistas pondrían los dos millones de pesos en la Tesorería General de Buenos Aires bajo su cuenta y riesgo, y el Gobierno abonaría los intereses con tres meses y medio de anticipación al recibo del capital.

Además, pondría todo el capital en los Estados Unidos bajo su cuenta y riesgo a tiempo para verificar el pago.

El Estado de las Provincias Unidas pagaría los primeros intereses de las cantidades parciales que recibiría a los seis meses, des[1]contando los tres meses y medio ya acordados, y haría el pago al cónsul o apoderado de los Estados Unidos. La remisión de intereses corría por cuenta y riesgo del Gobierno, que continuaría pagando cada cuatro meses. Otro de los puntos especificaba que no estaría obligado a pagar los dos millones de pesos hasta diez años después de concluida la guerra. Sin embargo, si deseaba amortizarla antes, se le permitiría hacerlo.

Mientras, aceptaría las cantidades que se remitieran hasta completar el capital dentro de un plazo de quince meses a partir de la fecha fijada. Si el Congreso de los Estados Unidos no estuviese reunido al momento de la comunicación, se extendería el plazo a veinte meses, y luego quedaría a su discreción aceptar las cantidades enviadas.

Aquí es importante destacar que las condiciones del contrato para el empréstito eran justas y convenientes para las Provincias Unidas en estado de guerra, pero Pueyrredón procedió con cautela y prudencia. El director Supremo escribió una carta al presidente de los Estados Unidos, James Madi[1]son, informándole sobre la necesidad de contar con recursos.

Una vez instalado el Congreso en Buenos Aires, se inició en una sesión secreta del 23 y 30 de julio de 1817 la contratación del empréstito externo por 2.000.000 de pesos destinados a continuar la guerra de Independencia.

 

Un crédito que no prosperó

Don Manuel Hermenegildo Aguirre fue designado agente de las Provincias Unidas en los Estados Unidos, mientras que William Grafton Dulany Worthington fue nombrado agente especial de los Estados Unidos en Buenos Aires, Chile y Perú.

Worthington se entrevistó con Pueyrredón en septiembre de 1817 y le oficializó que su gobierno no aprobaba la gestión Devereux. Como resultado, la negociación del empréstito estadounidense quedó definitivamente suspendida.

Después pasarían varios años para que se efectivizara el primer empréstito que solicitó Buenos Aires a través de la banca de origen británica Baring Brothers & Co.