El último paso de Carlos Gardel por Mendoza

Exactamente, 90 años atrás, el cantor de tango Carlos Gardel llegó a esta provincia para realizar su última presentación ante el público mendocino. Su trágico fallecimiento dejó un vacío enorme en la música popular en la Argentina en la década del 30 y también en el corazón de sus seguidores.

Aunque han pasado muchos años desde aquel fatídico accidente aéreo en Medellín, Colombia, su presencia sigue siendo palpable en la memoria colectiva de la Argentina y más allá.

Gardel, con su porte elegante y su voz inigualable, conquistó los escenarios del mundo y se convirtió en un ícono del tango. Su legado musical perdura hasta el día de hoy, transportando a quienes lo escuchan a las calles empedradas de Buenos Aires, llenas de pasión y melancolía.

A fines de junio de 1933, Gardel y su orquesta llegaron a Mendoza en tren y fueron recibidos en la estación por una multitud que ovacionó su llegada. Desde allí se dirigieron al Plaza Hotel, donde el cantante se hospedó junto a su talentoso grupo de músicos.

En el ambiente se respiraba un aire de expectativa y alegría y sus admiradores se agolpaban en las calles cercanas, ansiosos por captar una mirada o un saludo de su ídolo. Varios periodistas de los diarios locales también acudieron al lugar para entrevistarlo y Carlitos los recibió con generosa actitud.

Durante su estancia en Mendoza, Gardel experimentó un encuentro mágico con sus seguidores. El fervor y la admiración que despertaba por aquel tiempo, eran evidentes en cada rincón de la ciudad. Los mendocinos lo recibieron con los brazos abiertos, emocionados de tener al Zorzal Criollo entre ellos una vez más.

La presentación del ‘imbatible’

Los medios anunciaban la presentación del icónico cantante en el Palace Theatre, el cine y teatro de moda en aquel momento. Aunque el edificio ha sufrido modificaciones, todavía se encuentra en pie, y en la actualidad es una tienda de uniformes policiales en la avenida San Martín, a unos metros de la intersección con la calle Córdoba.

Durante su visita a la capital de la ínsula cuyana, Gardel visitó varios lugares, como el Cerro de la Gloria, algunas bodegas y los locales del entonces flamante Pasaje San Martín, un ícono de la hermosa ciudad que se perfilaba como una de las más importantes del Oeste argentino.

La noche de su actuación fue extraordinaria. La sala se llenó de aplausos y vítores mientras Gardel, acompañado de su orquesta, inundaba el escenario con su carisma y su voz única. Las notas del tango llenaron el teatro, cautivando a todos los presentes y dejando una huella imborrable en sus corazones.

Carlitos y la prensa

Durante la entrevista que concedió, Gardel expresó su gratitud y admiración hacia Mendoza y su gente. La belleza de la ciudad lo conmovió y recordó con nostalgia los momentos felices que había vivido en su visita anterior, en noviembre de 1917.

Sin embargo, el tiempo disponible era poco y su apretada agenda artística lo obligaba a partir pronto hacia nuevos destinos. Lo esperaban su gira por varios países de América y su incursión en el mundo del cine en Hollywood.

Carlos Gardel, con su carisma y talento innato, se había convertido en un referente en la industria cinematográfica.

Los grandes estudios lo deseaban y veían en él un potencial enorme para brillar en la pantalla grande. Su participación en películas como Luces de Buenos Aires había sido un éxito rotundo, catapultándolo a niveles de fama aún mayores. Y ante proyectos como Melodía de arrabal y Espérame en camino, Gardel estaba emocionado por desplegar su arte frente a las cámaras una vez más.

Pero el destino tenía otros planes para él. El 24 de junio de 1935 la tragedia golpeó con fuerza y se llevó para siempre a Carlos Gardel, dejando un vacío en la música y en el corazón de sus seguidores, y a pesar de su partida prematura, su legado perdura en cada acorde de sus tangos y en cada suspiro de su voz inigualable.

En otro aniversario de su fallecimiento, Argentina y el mundo entero se unen para honrar a una figura emblemática, cuya contribución a la música argentina trasciende generaciones y su influencia sigue inspirando a nuevos artistas.

Su legado vive en cada rincón del tango, en cada melodía que evoca nostalgia y pasión.

Carlos Gardel, el eterno Zorzal Criollo, seguirá siendo recordado como una de las grandes leyendas de la música, cuyo arte y carisma continúan encantando a quienes tienen la fortuna de descubrirlo.

Su voz y su música perduran, llevándonos en un viaje emocional por las calles del Buenos Aires de antaño y recordándonos la importancia de preservar y valorar nuestra rica cultura musical.