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A 200 años del autoexilio de José de San Martín

Una etapa en la vida del Libertador plena de sombras, matices y aventuras, con detalles poco conocidos sobre su estancia en Europa y los momentos previos a su viaje al viejo continente

03 de febrero, 2024 - 17:11

En aquel febrero de 1824, hace ya dos siglos, un hombre aguerrido, cuyo nombre resonaba por haber asegurado la independencia del Río de la Plata y otorgado la libertad a Chile y Perú, emprendía un viaje a Europa.

Exhausto por la extensa campaña de años y vilipendiado por adversarios políticos en su propia tierra, partía prácticamente como un desconocido, acompañado únicamente por su hija y su leal mayordomo, Eusebio Soto.

A pesar de la imagen que nos pintan desde los primeros días de la escuela primaria, donde San Martín aparece como el prócer que se exilió en Francia para luego fallecer en Boulogne-sur-Mer en 1850, la verdad es mucho más fascinante.

El Libertador, en realidad, eligió el Reino Unido (Inglaterra) como su primer destino, viviendo un tiempo en este país antes de trasladarse a Bélgica en 1825. Allí estableció su hogar hasta 1830, momento en el que finalmente se asentó de manera definitiva en Francia.

Este intrigante capítulo de su vida nos invita a sumergirnos en los matices menos conocidos de la historia del ilustre San Martín.

El Libertador de los pueblos

Después de la victoria del Ejército Unido sobre las tropas realistas el 5 de abril de 1818 en los llanos de Maipo, la batalla más significativa en el territorio de Chile, San Martín se preparó para la última etapa: liberar Lima, la capital del virreinato de Perú.

El gobierno chileno, liderado por Bernardo O'Higgins, realizó un monumental esfuerzo para adquirir armas y formar una flota con este propósito. En agosto de 1820, la flota del Ejército Unido estaba lista para zarpar desde el puerto de Valparaíso hacia la "tierra de los reyes".

En julio del año siguiente, con la llegada de San Martín a Lima y la parcial liberación de la capital peruana, se estableció un gobierno patriota. Se tomó la decisión de declarar la independencia y lanzar una campaña en las sierras para enfrentar a las tropas realistas en esa región.

Un evento crucial tuvo lugar en Guayaquil (Ecuador) el 26 y 27 de julio de 1822, cuando el Protector del Perú, San Martín, se reunió con el capitán general Simón Bolívar.

Reunión de San Martín y Simón Bolívar en Guayaquil.

Después de este encuentro, San Martín llegó a Lima con la idea de renunciar a su protectorado. El 22 de septiembre de ese año, el Generalísimo y Protector del Perú renunció a su cargo y partió primero a Chile, donde se estableció por unos meses, para luego dirigirse a la provincia de Mendoza con la intención de llevar una vida tranquila.

Bienvenida en Mendoza

El 30 de enero de 1823, San Martín llegó a Mendoza con varios militares chilenos y su mayordomo.

Después de cruzar la cordillera y llegar a Tunuyán, fue recibido por Manuel Olazábal, quien lo acompañaría hasta la ciudad de Mendoza. Posteriormente, se instaló en su chacra de Los Barriales (en el Este mendocino), dedicándose por completo a las labores del campo y alejándose de toda actividad militar y política.

En mayo, el Padre de la Patria viajó a Buenos Aires para encontrarse con su esposa agonizante, pero fue detenido en el río Desaguadero y obligado por fuerzas militares a regresar a Mendoza.

Como homenaje por parte del pueblo de Mendoza, el 3 de junio de ese año, el gobernador de la provincia, coronel Pedro Molina, firmó un decreto cambiando la denominación de la Villa de los Barriales por Villa Nueva de San Martín.

Durante los meses que vivió en su chacra o su ‘Tebaida’, como la llamaba cariñosamente, San Martín recibió la visita de amigos que disfrutaron de cenas y almuerzos ofrecidos por el Libertador.

También se dedicó a las labores agrícolas y a la crianza de equinos.

Desde Buenos Aires, recibía comunicaciones permanentes de su familia política anunciando la agonía de su esposa, doña María de los Remedios de Escalada.

Entonces, el 4 de noviembre de 1823 tomó la decisión de dejar su chacra (en el actual departamento San Martín) después de haber vivido nueve meses en la provincia de Mendoza, para emprender su viaje final hacia la ciudad de Buenos Aires.

No fue hasta diciembre que llegó a la gran ciudad.

Decisión final

Al llegar a la Metrópoli del Río de la Plata se enteró que su cónyuge había fallecido el 3 de agosto de 1823 y que sus restos habían sido sepultados en el cementerio del Norte (hoy Recoleta).

San Martín mandó construir una lápida para la tumba de su esposa, con una inscripción que rezaba: "Aquí descansa Remedios Escalada, esposa y amiga del general San Martín".

En Buenos Aires, la suegra de Libertador, doña Tomasa de la Quintana de Escalada, estaba a cargo de Mercedes, quien según algunas notas del Libertador a su amigo Manuel Molina, mostraba un comportamiento con caprichos e indisciplina.

Un dato que rara vez se divulga, a diferencia de la opinión de algunos historiadores que describen la pobreza casi franciscana que San Martín habría experimentado, es que se sabe que tenía un buen pasar económico y varias propiedades, tanto en Buenos Aires como en Mendoza.

Esta situación influyó positivamente en su capacidad para viajar y establecerse sin problemas en Europa junta a su hija y su fiel criado.

En una carta fechada el 3 de febrero de 1824, escrita a su amigo mendocino don Ángel Correa, San Martín informaba sobre su decisión de viajar y establecerse en el Reino Unido.

Este documento, actualmente en el Archivo General de la Nación, aborda también otros temas, incluyendo a su gran amiga doña Josefa Pepa Ruiz Huidobro y a Manuel Ignacio Molina.

Aquí es importante destacar a uno de los personajes olvidados por la historia, que acompañó a José de San Martín y su familia durante gran parte de su vida: el mayordomo o valet llamado Eusebio Soto.

Nacido en Lima, Perú, en 1812, Eusebio fue adoptado por San Martín a la edad de 10 años y lo sirvió hasta el final de sus días.

En 1840, Eusebio se casó en Francia con Lorenza Bustos, empleada del marqués Alejandro Aguado.

Rumbo a Europa

El 7 de febrero, Bernardino Rivadavia, entonces ministro de gobierno y relaciones exteriores de las Provincias Unidas, le extendió a San Martín el pasaporte para su viaje al Reino Unido.

Tres días después, con Mercedes y Eusebio se embarcó rumbo a Gran Bretaña en el buque mercante francés Le Bayonnais, comandado por el capitán M. Coutard.

Durante el viaje por el Atlántico, que duró dos meses, la pequeña Mercedes tuvo algunos arranques de indisciplina y, según la tradición oral, el vencedor de Maipú la puso en penitencia en su camarote como medida disciplinaria.

El 23 de abril de 1824, los San Martín llegaron al puerto de El Havre, Francia, donde fueron detenidos por la policía por varios días debido a la posesión de periódicos de ideología liberal y republicana provenientes de Buenos Aires, que habían sido censurados el año anterior.

Grabado que muestra el desembarco del Libertador en Londres.

Estos fueron momentos complicados para José de San Martín en Francia, pero gracias a conocidos y a la intervención de su hermano Justo Rufino pudo ser liberado y reunirse con su hija y su criado.

El 4 de mayo, desde el mismo puerto francés, José de San Martín, su hija Mercedes y Eusebio partieron hacia el Reino Unido en la nave Lady Wellington, bajo el mando del experto capitán de la Marina Real Aarón Tozer.

Dos días después, desembarcaron en Southampton, Hampshire, en el Reino Unido, con el objetivo principal de dirigirse a la ciudad de Londres.

Antigua ilustración del hotel Star, donde se alojó San Martín en sus primeros tiempos en Londres.

Años después, aunque intentaría regresar a Buenos Aires, San Martín decidiría volver a Europa para establecerse definitivamente en ese continente.