El difícil camino de Teresa Day para llegar a la Suprema Corte

24 de junio, 2020 - 09:49

Nadie cree que María Teresa Day haya considerado que su tránsito a la silla que deja Jorge Nanclares sería por un minado sendero.

Esto, por la sencilla razón de que la funcionaria judicial no es militante activa de la política partidaria, como sí lo han sido la mayoría de los ministros que hoy integran la Suprema Corte de Justicia. Aunque Day no ignora que es catapultada a ese lugar por el sector político que hoy gobierna la provincia.

Y, por esto último, tampoco pretender que muchos, en el círculo político y judicial, no aten cabos ente el duro poder que continúa ostentando para influir en las decisiones políticas de la provincia por parte de Alfredo Cornejo.

La mujer propuesta exhibe cierta cintura en los pasillos de la Justicia mendocina, con aportes al proceso de modificaciones que se llevaron a cabo durante la administración de Cornejo.

Por eso, para profesionales de la abogacía afines al Gobierno o a los partidos que integran la coalición política oficial, consideran que es mérito suficiente para integrar el máximo organismo judicial de Mendoza.

Un pensamiento totalmente insuficiente para un fuerte sector jurídico que, con mucha trayectoria y doctorados realizados en prestigiosos claustros, les dan el carácter moral judicial y de conocimiento para opinar sobre este tema. Un sector que hace observar en el punto 3 del Artículo 152 de la Constitución Provincial, importante escollo para Day sea ministra de la Corte.

A los observados puntos legales se agregaron los cuestionamientos que hacen organizaciones de mujeres, como el Colectivo de Ni Una Menos, que ven en Teresa Day una mujer no afin a sus puntos de lucha, como la perspectiva de género.

Sobre todo, después del polémico fallo del juicio a Andrés Di Césare que lo consideró homicida y no femicida de Julieta González. Allí ligan a la funcionaria al pensamiento de un sector muy importante de la Justicia con ausencia en perspectiva de género. Mucho más, si van al centro álgido de su pregonar, estar a favor del aborto, que no ven en ella.

El núcleo central de la gran bolsa de reclamos hacia Day lo constituye el fuerte condimento político, donde la oposición se aferró a las miradas de juristas locales, como Alejandro Pérez Hualde.

Con la sabia posición del ex ministro de la Corte, más allá de su corazón radical, estructuraron una osada estrategia que ha puesto al Poder Judicial frente a los otros dos poderes del Estado.

La jugada tiene dos aristas: detener con una medida cautelar el proceso del Senado que trata los pliegos de la funcionaria propuesta por la administración de Rodolfo Suárez, y al mismo tiempo una declaración de certeza.

Esto último, indican los profesionales del Derecho, "es una figura que se aplica en los casos en que se requiere –ante una fundada incertidumbre- una declaración oportuna que ponga fin a la inquietud provocada por la falta de certeza jurídica”.

Algo que, dicen los juristas, es “una acción declarativa de inconstitucionalidad como método procesal para solicitar el control de constitucionalidad en caso de configurarse una situación de hecho contraria al orden constitucional”

La acción de la oposición se mostró lógica, más allá de las chicanas del oficialismo que llovieron, sobre todo en las espaldas del justicialismo.

Porque, con esa acción, daban a entender que al momento del voto secreto del Senado para designar o no a Day, debía tener sustentabilidad legal y constitucional.

Un aspecto que para muchos observadores políticos tiene cierta credibilidad. Para otros no, porque ven en la trastienda de la política local un duro golpe al costado del cornejismo que está apuntalando la candidatura de la mujer.

Sectores que sustentan su tesis en que nadie se imaginaba semejante propuesta para reemplazar a un prestigioso magistrado como Jorge Nanclares.

Y teniendo en cuenta a mujeres con mayor trayectoria, preparación e importantes aportes literarios jurídicos como Eleonora Lamm; o la abogada constitucionalista y jueza del tribunal de gestión asociada en lo tributario, María Gabriela Ábalos, entre otras féminas de trayectoria de la Justicia mendocina con proyección fuera de las fronteras de la provincia.

Todo un gran interrogante lleva a la institucionalidad provincial a los días que vienen. Nadie a ciencia cierta puede aventurarse a decir qué sucederá en los terrenos legislativos del Senado. Donde deberán llevarse a cabo los dos últimos pasos del procedimiento que trata los pliegos de María Teresa Day, con una audiencia pública atípica, por la virtualidad que impone la pandemia del COVID 19.

Mismo sistema para votación secreta, que deberá cuidar todos los detalles para no perder en la teleconferencia su condición de extrema privacidad de elección.

Pero todo, absolutamente ligado a lo que decida –si decide– el Poder Judicial, las impugnaciones y el número de votos a favor o en contra en el Senado, como parte del sinuoso camino que transita Day hacia la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.