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Trump aumenta los aranceles a China y se espera una suba del dólar en Argentina

La medida económica es en el contexto de la guerra comercial con China y afectará a las economías emergentes

Por Redacción

06 de mayo, 2019 - 07:43

Donald Trump anunció un alza de aranceles para 200.000 millones de dólares en bienes de importación chinos, pocos días antes del comienzo en Washington de una nueva ronda de negociaciones presentada como la última oportunidad para terminar la guerra comercial entre ambos países.

Esta noticia puede pegar con fuerza a las economías emergentes como la Argentina: significa que podría haber salida de capitales, que venderán los bonos y tendrá como consecuencia una posible suba del dólar en nuestro país.

Para aumentar la presión sobre Pekín y obligarla a aceptar las exigencias de su país, el presidente estadounidense amenazó también con imponer aranceles a todas las importaciones provenientes de China (unos 539.500 millones de dólares en 2018).

"Durante 10 meses, China pagó 25% de aranceles a Estados Unidos por 50.000 millones de dólares en (bienes) tecnológicos, y 10% sobre 200.000 millones de dólares de otros bienes", dijo Trump en Twitter.

"El 10% va a subir a 25% el viernes", precisó, y justificó la medida por el hecho de que las negociaciones "no están avanzando suficientemente rápido".

El presidente estadounidense había decidido a inicios de diciembre suspender el aumento de esos aranceles debido a la reanudación de discusiones comerciales que hasta esta semana eran presentadas como "fructíferas" y con grandes posibilidades de llegar a buen puerto.

Trump y Xi Jinping en la última reunión bilateral.

"El acuerdo comercial con China avanza pero muy lentamente, mientras ellos intentan renegociar. ¡No!", tuiteó Trump.

El mandatario busca reducir el colosal déficit comercial de Estados Unidos con China, de 378.730 millones de dólares en 2018.

Además de una mayor apertura del mercado chino a los productos estadounidenses, exige de Pekín cambios estructurales que pongan fin a la transferencia forzada de tecnología estadounidense, al robo de propiedad intelectual o a las subvenciones a las empresas estatales.

Para presionar a su socio, desató una guerra comercial a golpe de aranceles sobre más de 250.000 millones de dólares en mercancías.

Su gobierno advirtió además que no aceptaría un acuerdo con China desfavorable a los intereses de su país y que las negociaciones no podrían prologarse eternamente.