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La conquista del 1º de Mayo en Mendoza

02 de mayo, 2019 - 07:32

Mayo simboliza, desde hace muchos años, la conquista y la valorización de los derechos de los trabajadores.

Fue en los Estados Unidos, paradójicamente, un país netamente capitalista, en donde comenzó esta historia. El año: 1886; la fecha: 1 de mayo; ciudad: Chicago.
En esa mañana, miles de manifestantes se concentraron para reclamar una justa jornada de 8 horas laborales. La protesta se transformó en una huelga general, se produjeron graves incidentes y los principales cabecillas fueron apresados.

Un año después, en medio de un juicio plagado de irregularidades, estos dirigentes fueron colgados en la horca, transformándose en mártires.
Con el tiempo, muchos obreros tomaron las banderas que los héroes de Chicago dejaron, en contra de la explotación y a favor de los derechos
del proletariado.

Lo que pasó aquella fecha en la ciudad de Chicago quedó marcado como el Día de los Trabajadores.

 

La lucha obrera 

A fines del siglo XIX y principios del XX, el socialismo iniciaba su lucha para defender los derechos de los obreros y mejorar las condiciones laborales.

Los inmigrantes que llegaron a nuestro país venían con la esperanza de trabajar y prosperar.

La mayoría de ellos eran italianos y españoles pero, más allá de tener muchos sueños, miles de ellos desembarcaban con revolucionarias ideas a favor de los trabajadores.

Muchos de ellos eran socialistas y anarquistas. Por supuesto que Mendoza no fue la excepción y, a fines del siglo XIX, se creó el primer Centro Socialista Mendocino. Esta incipiente asociación se organizó para luchar contra las injusticias del sistema pero entre otras de sus iniciativas fue la pionera en conmemorar el 1 de mayo en nuestra provincia.

 

Festejando por primera vez

A fines de abril de 1901, los "obreros mendocinos" nucleados en el llamado Centro Socialista, decidieron realizar varios días de festejos en conmemoración del 1 de mayo de ese año.

Los principales miembros de esta institución eran personas muy instruidas que tenían como objetivo principal luchar contra la explotación de los trabajadores mendocinos.

El 27 de abril, los "socialistas" mendocinos realizaron en su sede una asamblea general.

Ese mismo día, llegó a Mendoza, traído por esta institución, el anarquista y abogado italiano Pietro Gori, quien por aquel tiempo vivía en Buenos Aires luego de su segundo exilio. Este personaje sería uno de los expositores en el teatro San Martín. La llegada de Gori fue celebrada por muchos mendocinos porque era uno de los intelectuales más prestigiosos del momento.

Aquel 1 de mayo, los manifestantes se juntaron al mediodía y efectuaron su marcha. No había más de un centenar de personas, pero lo más trascendental de aquel día fue que dirigentes y trabajadores del ferrocarril en Mendoza se declararon en huelga y se tomaron el día, quedando como antecedente en todo el país. Por la tarde, muchas personas concurrieron al teatro San Martín para escuchar al renombrado doctor Gori quien disertó sobre "El símbolo humano del 1 de mayo". También el profesor Meyer González pronunció una conferencia sobre el mismo tema. La exposición de ambos fue brillante y los participantes ovacionaron a los conferencistas.

Por la noche, en el mismo teatro, se ejecutó una interesante obra llamada "Juan José".

De esta forma, se festejó el Día de los Trabajadores en Mendoza.

 

Cuando el pueblo tomó la calles

Los obreros socialistas tuvieron su primera manifestación masiva recién en 1914.

Desde el 30 de abril de 1914, los obreros patrocinados por el Centro Socialista convocaron al pueblo mendocino a participar de varios actos.

La mañana del 1 de mayo, la mayoría de los gremios adhirieron al asueto. No así los comercios.

Antes de las tres de la tarde, gran cantidad de personas comenzaron a congregarse en la plaza Independencia, lugar del mitín al que el Partido Socialista había convocado. Con el transcurso de los minutos, el sitio fue llenado por la multitud.

Momentos después, se subieron al pequeño palco los oradores quienes, con emotivos discursos, recordaron aquel aniversario y arengaron a seguir con la lucha de las clases trabajadoras. Muchos fueron los aplausos y exclamaciones que esgrimían aquellos obreros.

Finalizados los discursos, se invitó a los participantes a marchar con una banda de música por el centro de la ciudad. Miles de manifestantes caminaron al son de los himnos obreros y la Marsellesa en perfecto orden.

Al concluir, se escucharon por parte de la multitud, vivas al partido socialista. La policía fue un espectador más, sin que interviniera en ningún momento y la manifestación se disolvió correctamente en medio del mayor entusiasmo.

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