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Lo que no les dicen a los mendocinos sobre desdoblar los comicios

28 de enero, 2019 - 07:28

Transcurren horas de definiciones para que el ciudadano mendocino sepa qué camino electoral tomará la provincia. Y si bien muchos pensarán que esto es una cuestión de políticos, habría que expresar que es un asunto que incumbe a cada habitante de esta tierra, sobre todo los que definen con su sufragio quienes administrarán Mendoza en los próximos años. También los que legislarán en la provincia y en la Nación los instrumentos jurídicos que hoy necesita el Estado.

Se habla mucho sobre lo que le conviene a la provincia. Algo que sí, queda en el terreno exclusivo de las especulaciones de los políticos de turno. A algunos les conviene desengancharse de la elección nacional ante el preocupante y complejo panorama financiero, económico y social que vive el país, un punto en el que tanto el oficialismo como la oposición coinciden sin decirlo en las profundas antesalas de "San política electoral".

Los del oficialismo porque estar en la misma vereda de Mauricio Macri es una cuesta arriba, cuyo resultado victorioso no está garantizado.

Los de la oposición porque ven que si no se desdobla hay grandes chances de imponerse por el desgaste y los desaciertos del Gobierno nacional, entre lo que sobresalen desocupación, inflación, recesión, pobreza y una fuerte caída de la actividad en todo el aparato agroindustrial y comercial del país.

Ahora bien, por este asunto del fuerte debate de desdoblar o no que hoy presencian sorprendidos los mendocinos ante la virulencia política que tiene la discusión, ¿es solo por lo que le pasa al país? La respuesta es no.

Quizá solamente quepa en las comunas que gobierna el justicialismo para tener mínimas posibilidades de triunfo electoral de la posición. Algo que sería muy complejo si todos fueran con la provincia en su conjunto.

Las actitudes que mostraron en los últimos días las intendencias de Cambiemos de San Carlos y Junín encierran más que una rebeldía política en un convulsionado Frente Cambia Mendoza. Es decir que no están dispuestos a ir con la Nación en un mismo acto electoral, más allá del compromiso que podría asumir el gobernador Alfredo Cornejo con el presidente Macri.

Es también poner límites al lápiz exclusivo de Cornejo, quien sin discutir, escuchar opinión o abrir abanicos de lugares con la dirigencia de los partidos que integran la coalición oficial, hace lo que solamente a él le cabe o le conviene. Ni siquiera pensando en lo que al común de la gente le podría convenir.

Al respecto, memoriosos de lo ocurrido en la elección parlamentaria del 2017 muestran un duro ejemplo de lo que significa ese lápiz en una sola mano. En aquella oportunidad a integrantes del Frente Renovador se les ofreció en la mesa de tratativas de Cambia Mendoza candidaturas de legisladores de ese espacio para el primero y tercer distrito.

La premisa era colocar una dirigencia de excelencia que enalteciera la función legislativa por el bien de toda la provincia. Pasado el tiempo, el espacio se limitó a un solo legislador, que se acordó que surgiera desde el Tercer Distrito. Cuando ya se estaba en la recta final de la oficialización de listas, el lápiz exclusivo cumplió a medias con el acuerdo de que ese distrito tenga un  precandidato.

No fue el que sugirió el massismo, sino el que trazó el hombre que tiene el lápiz. Nada más y nada menos que Mauricio Torres, cuñado del Gobernador.

Los intendentes Mario Abed y Jorge Difonso patearon el tablero interno del oficialismo y lo están haciendo con dos sólidos puntos. El primero, que la ciudadanía sepa que un grueso importante del oficialismo de la provincia no está de acuerdo con el descalabro económico que sufre hoy la Nación. Además de decir, puertas adentro de Cambia Mendoza, que tampoco están dispuestos a perder esa territorialidad política que han ido tejiendo con un grueso de la dirigencia bajo el trazo de un lápiz exclusivo que hoy maneja Cornejo.

Más allá de lo que ocurra y se decida en el amplio abanico de posibilidades de utilización de la Ley 8619, el desdoblamiento tendrá un rol fundamental para el juego de la política mendocina si se desglosa del país, toda la provincia con PASO en junio y general en septiembre. Si se va con la Nación, con PASO en agosto y general en octubre.

En este caso con cuatro municipalidades justicialistas, una radical y otra massista que tendrían PASO en abril y generales en septiembre. Estas últimas podrían cambiar de actitud electoral si finalmente Mendoza desdobla de la elección nacional y para ello confeccionaron decretos adjuntos a los presentados a la Junta Electoral de la Provincia que anulan el llamado a elecciones desdobladas.

Alfredo Cornejo tiene una importante decisión que asumir ante un nudo de gruesas cuestiones internas y externas de la provincia, donde se juega su autoridad, liderazgo y destino en esos dos planos.

Y con esta decisión, los tiempos que vienen para cada uno de los mendocinos, que en su gran mayoría no saben lo que encierra ese paso crucial de desdoblar las elecciones.