Investigan a sacerdote por la muerte de una mujer
Se trata del sacerdote Carlos Scarlata quien no habría asistido a Valeria Cornejo cuando sufrió un cuadro de hipoglucemia. Se sospecha que había una relación entre ambos
Por Redacción
El sur mendocino quedó conmovido por otra historia que repercutió en la religión católica. Se trata del caso del sacerdote Carlos Scarlata a quien se lo involucra con la muerte de la docente Valeria Cornejo. Scarlata se hizo conocido en el Sur porque en el 2016 prohibió a las mujeres acudir con "vestimentas provocativas" a la iglesia,
Según informa Diario San Rafael, la justicia de ese departamento aguarda la declaración del cura, que será hoy, para avanzar con las investigaciones en la causa. En principio se cree que el religioso no habría ayudado a la mujer cuando esta sufrió un cuadro de hipoglucemia producto de la diabetes grado 1 y el lupus que padecía. El hecho ocurrió el pasado 31 de octubre, cuando, por un llamado del padre de la docente, la policía acudió al domicilio en el distrito Cuadro Nacional.
Al llegar al lugar se encontraron con el cadáver que presentaba un avanzado estado de descomposición, y según confirmaron los peritos la causa de la muerte fue hipoglucemia.
Si bien se descartó homicidio las sospechas sobre el cura tomaron protagonismo debido al testimonio de una amiga de Valeria, quien sería la única que estaba al tanto de la relación con Scarlata. Según la testigo, el propio sacerdote la contactó unos días antes del fallecimiento de la mujer para pedirle discreción con la relación.
La mujer cercana a la víctima comentó que el cura le habría confesado haber estado en el domicilio de la mujer y se cree que se habría retirado cuando la docente sufría el ataque, sin prestarle ayuda para evitar el deceso ni avisar a los familiares cercanos o al 911.
La amiga de Cornejo procedió a avisar a las autoridades y realizar la denuncia pertinente. En caso de que se confirme dicha situación y Scarlata no haya ayudado a Cornejo para evitar que su relación saliera a la luz, el sacerdote podría recibir una condena de 5 a 15 años de prisión.