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Capital humano, la peor herencia

Un estudio internacional pone en relieve el rotundo fracaso de las reformas educativas peronistas: que todos pasen de grado, que importe que estén en la escuela y no que aprendan, que la permanencia escolar sea un canje por subsidios, lo que arrojó una dramática decadencia en el aprendizaje.

15 de octubre, 2018 - 07:18

Durante la semana que concluyó tuvo lugar en Bali, Indonesia, la reunión anual del Fondo Monetario Internacional -que contó con asistencia argentina en la figura del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne-, y dejó entre otras cosas la publicación de un trabajo cuyos resultados marcan la decadencia nacional en uno de sus rasgos más difusos, imperceptibles y dolorosos.

Se trata de un trabajo que evaluó 157 países en un área que se llama Capital Humano, y se define por los siguientes parámetros: "El capital humano consiste en el conocimiento, habilidades y salud que la gente acumula a lo largo de su vida, permitiéndoles desarrollar su potencial como miembros productivos de una sociedad", cuya importancia es relevante para los individuos, pero también para las sociedades y los países.

Entre los factores que se relevan en el informe ingresan la cantidad y calidad de educación que se ofrece a los niños, así como también la tasa de mortalidad entre los menores de 5 años. Otro dato relevante es la consideración de la “tasa de retraso en el crecimiento entre los jóvenes (una medida que muestra qué tan sano es un niño) y las posibilidades de que alguien al cumplir los 15 años viva hasta los 60, llamada tasa de "supervivencia adulta".

La calificación va del cero al uno. Hipotéticamente, el cero significaría que todos los niños mueren antes de comenzar el colegio, mientras que el uno sería la utopía de que todos los niños están recibiendo un comienzo perfecto en los aspectos de educación y salud en su vida.

Los resultados son muy reveladores, y muestran que los países asiáticos dominan los primeros claramente. Primero está Singapur (0,88), seguido por Corea del Sur (0,4), Japón (0,84) y Hong Kong (0,82). Finlandia (0,81) e Irlanda (0,81) completan el Top 5, mientras que algunas de las mayores economías del mundo se ubican más abajo.

De las superpotencias económicas, si bien Japón está en el podio, Alemania lo sigue, ocupando la posición 11ª con 0,79, y el Reino Unido la 15ª con 0,78. Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo por PIB, se los encuentra en la posición 24ª y 46ª respectivamente, con índices de 0,76 y 0,67.

Cuando buscamos Latinoamérica, encontramos que el primer lugar lo tiene Chile, en el puesto 45 y con 0,67, mientras que el segundo es Costa Rica, con 0,62 que le permiten ocupar el puesto 57º. La Argentina y México comparten el lugar 63, con 0,61 de coeficiente (en el estudio de 2016, que evaluaba por franja etaria, entre  cero y 15 años estábamos en el 66°). El estudio no incluye datos para Bolivia, Cuba y Venezuela.

Los últimos lugares de la lista son para los países africanos, y el último de los sudamericanos en el lugar 112 es Haití.

Hay un punto que es llamativo, y es que el mayor déficit que arroja el estudio tiene que ver con la calidad de la educación. El informe afirma que, por el bajo nivel de los aprendizajes, los chicos argentinos pierden cuatro años de escolaridad con respecto al ideal. Si se analiza por sexo, las mujeres superan a los varones, por un 0,63 contra 0,59.

Se pone énfasis en que el problema no es la escolaridad, sino los bajos niveles de aprendizajes. Esto significa el rotundo fracaso de las reformas educativas peronistas: que todos pasen de grado, que importe que estén en la escuela y no que aprendan, que la permanencia escolar sea un canje por subsidios arrojó esta dramática decadencia en el aprendizaje.

Los expertos que elaboraron el informe señalaron que la Argentina debiera asegurarse la mejor calidad posible de los maestros, mejorar la gestión del sistema y de las escuelas a través de los directores y aplicar de manera más eficiente la tecnología para que los maestros puedan capacitarse mejor.

En el informe se señala que “con políticas sostenidas a lo largo de varias décadas, puede lograrse el progreso”, lo que es una muy mala noticia para la Argentina, donde pensar en décadas es un ejercicio que ningún político podría siquiera imaginar.

¿Cuál es la relevancia económica del estudio? Si se traslada a ese terreno, la estadística significa, por ejemplo, que cada argentino está desaprovechando el 40% de su potencial para producir.

El número es atroz, tan atroz como la degradación educativa que, sin darnos cuenta, nos sume cada vez más en el fracaso.