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Argentina / Brasil: otra vez nos quedamos afuera

13 de noviembre, 2018 - 12:58

La globalización que pretende imperar nos quiere convencer de que no existe lo político en el sentido clásico. Al volver porosas, tanto las fronteras como nuestras conciencias va disolviendo las viejas categorías de amigo y de enemigo.

Sin embargo, como sucede con todo, uno puede negar una realidad pero no puede evitar sus consecuencias. Y la verdad, ya señalada por el historiador griego Tucídides, hace dos milenios y medio, es que está en los poderosos mandar y en los débiles obedecer.

Para entenderlo mejor está la historia. Hoy nos interesa una que nos cuenta que hace unos 80 años nuestro país vivió una situación similar a la actual. Una en la que tuvo que elegir entre dos poderosos.

Los de ayer fueron los Aliados, encabezados por los EE.UU., por un lado, y el Eje Roma-Berlín-Tokio, por el otro. Dudamos hasta el final y, para colmo de males, nos decidimos tarde, a último momento.

Por el contrario, nuestro vecino Brasil, lo hizo rápido y bien. Alineándose, de entrada, con los ganadores. Sacándonos inmensas ventajas con su decisión. Como fue la construcción de la siderúrgica de Volta Redonda con créditos blandos dados por los norteamericanos y luego se convertiría en la base de su desarrollo industrial.

Nuevamente se nos presenta a los argentinos un  dilema muy similar. Hoy es entre los EE.UU. y la República Popular China que se encuentran en medio de una guerra comercial.

También, hoy, el Brasil se nos adelanta con una jugada por parte de quien, todavía -ni siquiera- es su presidente en ejercicio. Jair Bolsonaro acaba de declarar que los EE.UU. serán su socio estratégico principal y que buscará reducir la influencia china en la región.

Nosotros, si hace 80 años zafamos con lo justo, fue porque teníamos a un conductor político que en nombre de la Tercera Posición nos permitió navegar a dos aguas por un tiempo y con cierta elegancia.

Pero, hoy por hoy, nosotros no tenemos, ni por asomo, a una clase dirigente que, al menos, entienda el problema. Ergo, mal vamos a poder resolverlo a nuestro favor, ya que, por ejemplo, mientras pasamos la gorra pidiendo préstamos en Washington DC, al mismo tiempo multiplicamos las inversiones y la presencia china. La que incluye una base de monitoreo espacial operada por el ejército chino en la provincia del Neuquén.

Como suele suceder con otras cosas, es muy difçil servir a dos señores. Especialmente a celosos como los EE.UU. y China y desde una posición de debilidad como la argentina.

Tal vez haya llegado la hora de elegir entre uno de ellos. O, mejor aún, la de decidirnos a ser fuertes y forjar nuestro propio destino.