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Turismo: expectativa por la reapertura de El Plumerillo

Este mes se volverá a los vuelos internacionales, desde y con destino al aeropuerto local, tras más de un año de inactividad con los consiguientes perjuicios 

07 de septiembre, 2021 - 07:58

El esperado anuncio de permitir el aterrizaje y despegue de los vuelos internacionales en el aeropuerto internacional Francisco Gabrielli es una muy buena noticia para la economía de Mendoza. Pero para también terminar con un hecho sin precedentes en la historia, cerrar la provincia al mundo, un aspecto que deja clara demostración el fuerte impacto que produce la pandemia del COVID-19 en el planeta, porque lo ocurrido aquí, se repite en todo el mundo, con las consabidas secuelas de graves perjuicios económicos, tanto en la desaparición de fuentes de trabajo y la pérdida de fuentes de trabajo.

Ya a finales del 2020, la Organización de Naciones Unidas (ONU) mostraba que, “debido al cierre sin precedentes de viajes y comercio internacional, el turismo fue uno de los sectores más afectados por el coronavirus”. Para el organismo, “no tiene lugar en la memoria de la humanidad en tamaño, amplitud y la afectación de millones personas en el mundo”.

La mano de obra de ese sector es la mayor perjudicada, estimaciones indican que entre “100 y 120 millones de empleados sintieron el rigor de la parálisis que implica la pandemia. Esto como consecuencia de la pérdida del 1,5% al 2,8% del PBI del planeta”.

Las cifras para fin del año pasado dejaron al descubierto, lo que implica hoy la recuperación de una parte de la economía, cuando afirmaba: “A finales del 2019, todos los países del planeta disfrutaban del crecimiento de una década del movimiento turístico con un número que alcanzaba los 1.500 millones y de 9.000 millones de viajeros en sus propios países de origen”.

Es de imaginar, entonces, en magnitud lo que significó esto para una Mendoza que creció en categoría hotelera, gastronómica y de todo tipo de servicios para el turismo receptivo y local. De allí, el estratégico valor para ese inmenso movimiento que implicó la aerostación internacional. Todo esto se detuvo como en el resto del planeta y las negativas secuelas se sintieron rápidamente.

Hoy, después de muchas tratativas entre los gobiernos de las provincias y de la Nación, el aeropuerto se reabre a los vuelos internacionales.

La punta de un ovillo de una infraestructura que ha comenzado a recuperarse lentamente. Y si bien la reapertura será para hacer más ágil la repatriación de argentinos varados en el exterior, es el comienzo de un largo camino de necesaria recuperación de una herramienta muy importante que tiene la puerta de la economía mendocina.

 

“El turismo con protocolos no contagia”

Empresarios del sector vienen reclamando hace muchos meses la apertura del aeropuerto internacional de Ezeiza, primero, y del aeroparque Jorge Newbery, después. Un importante segmento, donde se encuentran los denominados Agentes de Viajes Autoconvocados (AVA), bajo el lema “cuando conocés la libertad ya no tolerás el encierro”, iniciaron un sostenido reclamo de meses que culminó cuando se reiniciaron las operaciones en el aeropuerto Francisco Gabrielli.

El Ciudadano dialogó con el titular en Mendoza de AVA, Roberto Antonucci, quien sobre el anuncio del reinicio de los vuelos internacionales, dijo: “La apertura de la aerostación Mendoza es acompañada desde nuestro sector, porque es precisamente lo que desde el año pasado hemos reclamado”.

Cuando se le observó que la pandemia no ha terminado y hay en ciernes una tercera ola, respondió: “Hace muchos meses que desde autoconvocados sostenemos que el turismo con protocolos no contagia. Nuestra posición quedó demostrada con la apertura de los aeropuertos de Buenos Aires, que hace más de un año están operativos, por lo que pregunto cuál es la diferencia de la apertura con aeropuertos del interior del país, sobre todo el de Mendoza”.

“Esta decisión unilateral, tomada sin basarse en fundamentos propios, ha producido pérdidas irreparables a miles de personas que trabajan con el turismo internacional”, destacó Antonucci.

Cuando se le preguntó de qué magnitud se está hablando, confesó: “Todavía se miden las consecuencias de lo que ha sucedido. Y si bien la cantidad de legajos o comercios de turismo se han mantenido en la cantidad habitual, esto se debió a los beneficios obtenidos con la renovación de los seguros de caución”.

Para el empresario: “El daño infligido se puede comprobar en la inmensa cantidad de fuentes de trabajo perdidas, en alrededor de 15.000 puestos de forma directa de los 25.000 empleados que tenía el sector, a principios de la pandemia. A ellos debemos sumar a guías de turismo y el trabajo informal o indirecto, que todavía se está contabilizando, para darse cuenta de la magnitud de lo que estamos hablando. Por eso sostenemos que la apertura del aeropuerto, más allá del beneficio económico propio de la venta de servicios del exterior, permitirá también cumplir con los contratos contraídos hasta marzo del 2020, que no se han podido honrar hasta el momento”.