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Nuevos desafíos en la educación secundaria para la pospandemia

El sistema se volcó a la virtualidad para poder adecuarse a los tiempos que corren y ahora el gran interrogante es si esta modalidad llegó para quedarse o cómo continuará luego de las vacaciones de invierno

23 de julio, 2020 - 13:09

Todo el mundo se prepara para enfrentar en el próximo agosto, el desafío del regreso a las denominadas clases semipresenciales. Aunque no se sepa a ciencia cierta, en qué provincias y con el reaseguro que no se vulnerará el cinturón sanitario que trata de fortalecerse ante la dura pandemia del COVID-19.

A pesar de lo ya dispuesto por las autoridades nacionales y los ministerios de Educación de cada provincia, recientemente se llevó a cabo teleconferencia donde se reunieron 1.350 directivos, educadores y representantes legales del nivel secundario de las 24 provincias del país en torno a una convocatoria que organizó el Consejo Federal de Eutopía.

Es todo un tema lo del nivel secundario y los expertos pusieron el acento en la nueva configuración pedagógica, institucional y social que envuelve a la nueva escuela. Máximo objetivo que mostraron los organizadores al asegurar: “Lo importante de participaron del tercer encuentro virtual para analizar la transformación escolar en una nueva normalidad en tiempos de pandemia”.  

El Ciudadano tuvo acceso al documento final de Eutopía, organización considerada un modelo educativo innovador impulsado desde la Vicaría Pastoral de Educación (Arzobispado de Buenos Aires), junto a la Organización de Estados Iberoamericanos, con apoyo de Fundación Telefónica Movistar y La Caixa Foundation, a través del Proyecto ProFuturo.

En uno de sus puntos relevantes la especialista Lila Pinto, del Consejo de Expertos de Eutopía, resaltó: “De repente, el 16 de marzo, nos fuimos a casa a repensar la escuela. Tuvimos que migrar, no solo mentalmente, sino también físicamente a nuevos modos de hacer escuela. Hubo una movilización colectiva, que implicó rearmarse y reacomodarse a lo que estaba sucediendo. Entonces, pensé que estábamos ante una oportunidad histórica para impulsar la transformación. Es el momento de hackear todas las dimensiones de la matriz, penetrar el núcleo duro de la escuela y reconfigurarlo”.

En otro tramo de la rica exposición observada en todo el país, la licenciada en Ciencias de la Educación de la UBA, dijo: “En mi escuela, como en todas, salimos como equipo a construir ‘continuidad pedagógica’ y construimos experiencias que dieran certezas y que, además, contuvieran emocionalmente. En la medida de que el aislamiento se fue extendiendo, tuvimos que ir recalculando. Nos dimos cuenta de que realmente estamos gestionando en un contexto de emergencia, y que la propuesta de educación a distancia efectivamente debía contemplar ese escenario. También movilizamos equipos y recursos internos para reinventar la escuela”.

 

La pandemia configuró una nueva escuela secundaria

Para saber un poco más sobre lo observado por los docentes del nivel secundario de todo el país, El Ciudadano entrevistó a la directora de la Alianza que impulsa el modelo Eutopía, Luciana Alonso.

Directora de la Alianza de Eutopía, Luciana Alonso.

 

–¿La pandemia implica profundas modificaciones en educación?

–La pandemia impacta fuertemente en la experiencia de escuela que socialmente compartíamos, concretamente en ese encuentro presencial que ocurría en un tiempo y espacio determinado. Claramente en la vivencia de nuestras rutinas diarias, en los modos de vincularnos con los estudiantes, las familias y por supuesto, en los modos de construcción de conocimiento que hoy se encuentran totalmente mediados por las tecnologías digitales. Todos estos elementos que configuran la cultura escolar y un modo singular de ser escuela, hoy se encuentran en jaque.

 

–¿Cómo se inserta todo esto en los tiempos que vienen?

–En estos meses, la escuela aprendió que había que transitar este momento de crisis y emergencia, transformando todo lo conocido. A la vez, debíamos darnos tiempo para reinventarnos a nosotros mismos, en el desafío enorme de construir la continuidad pedagógica que implica una nueva normalidad. Sobre todo, en un sistema educativo que evidencia profundas desigualdades. Por lo que, enfrentamos una innovación en el campo educativo, que implica la construcción de una nueva cultura del trabajo pedagógico, de la tarea docente y del diseño de nuevas rutinas para todos los actores de la comunidad educativa. 

 

–¿Cuáles son las clases?

–En un panorama de tanta incertidumbre, creo es importante reconocer algunas certezas que nos permitan ir poniendo algunos mojones en este camino de construcción de la escuela que viene. Una es valorar la capacidad de aprendizaje institucional, porque las escuelas y el sistema educativo en su conjunto han construido nuevas respuestas en este contexto de emergencia para garantizar la continuidad pedagógica. Lo otro, es movilizar el capital creativo de las escuelas en el diseño de un nuevo modo de educar, partiendo de nuestras convicciones pedagógicas que nos permiten la construcción de políticas públicas que den respuesta al desafío de la equidad educativa. 

 

–¿Cómo se preparan los docentes enfrentar la nueva modalidad?

–El escenario de regreso a una escuela que propone modalidad semipresencial, se plantean varios desafíos para enfrentar esta nueva normalidad. Allí será preciso zonificar la escuela con consentido pedagógico y social, ya que la escuela tiene muchos lugares que podemos utilizar y resignificar con sentido pedagógico. Se hace preciso entonces, organizar nuevas configuraciones grupales pensando en cuáles son las agrupaciones que hacen más sentido al interior de cada institución, para planificar cómo será el regreso a las aulas. Aprovechando un eje de oportunidad, que se hace importante en este nuevo contexto, fortalecer la alianza con las familias más allá de la escuela”.