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Cuatro trenes encantadores del mundo

Los viajes en tren tienen un encanto único, y hay en el mundo varios que vale la pena tomar una vez en la vida

Por Redacción

26 de septiembre, 2023 - 20:38

Los viajes en tren encierran misterios que vale la pena intentar develar, siempre que se cuente con el tiempo y los recursos. Embarcarse en uno de estos clásicos remeda desde viejas películas hasta libros entrañables, de ahí que muchos se han puesto de moda y reeditan una experiencia del pasado, donde la comodidad y los servicios de alto nivel reemplazan la urgencia.

Con recorridos que duran varios días, tienen incluidos todos los servicios, como alojamiento en camarotes, comida gourmet y excursiones en los destinos que se visitan. Lujosos vagones reciclados del siglo XX, salones comedores imponentes y personal con vestuario de época completan el panorama.

 

Quizás el más conocido es el Orient-Express, que nació en 1883 para conectar París con Estambul. su primer viaje duró más de 80 horas y sus primeros 24 pasajeros pasaron por ciudades como Estrasburgo, Múnich, Viena, Budapest y Bucarest. 

Con dos coches cama, un vagón restaurante y dos furgones para equipaje, un corresponsal de The Times que hizo el viaje inaugural escribió: “Maravillaba la blancura de los manteles y de las servilletas; el centelleo de la cristalería, los rubíes del vino tinto, los topacios del vino blanco, la transparencia cristalina del agua en las jarras y los cascos plateados de las botellas de champagne”.

 Se completaba con gastronomía que variaba a medida que iba cruzando las diferentes zonas y países.

En 1977, suspendió sus servicios, y fue James Sherwood, un norteamericano, que recuperó los viejos vagones del original Orient-Express por toda Europa, los restauró  y puso en funcionamiento nuevamente la mítica formación, que en 1982 volvió a rodar con varias opciones de recorrido con el nombre Venice-Simplon Orient- Express.

Se puede hacer la ruta tradicional París-Estambul, que dura 5 noches y sale una vez al año; o viajes más cortos como París-Venecia (se pasa noche a bordo) que cuesta desde 7000 euros por persona o la ruta París a Praga, también dura una noche y los precios van desde los 7770 euros.

 

El tren Al-Andalus fue construido por la Monarquía Británica en 1929 para poder trasladarse desde Caláis (norte de Francia) hasta la Costa Azul, durante los veranos. Luego fue adquirido por empresas españolas y en 1982 que se creó el recorrido Al-Andalus Expreso , con recorrido entre Sevilla y Málaga que dura 7 días/6 noches, pasando por Jerez, Ronda, Granada, Úbeda-Baeza y Córdoba y se realiza entre principios de abril y octubre.

Sus vagones tienen más de 100 años y se remodelaron para mejorar su seguridad, pero conservan detalles de los viajes que aquella monarquía disfrutaba en su recorrido por la Costa Azul. Los pisos de mármol en los baños y la grifería son originales; a eso se suma una decoración en la que predomina la madera, los tapizados de época y cristalería de lujo.

El Transcantábrico recorre el norte de España y comenzó a rodar en 1983. Ofrece dos recorridos: el Costa Express, que va desde León hasta Ferrol (pasando por Bilbao); y el Gran Lujo, que une Santiago de Compostela con San Sebastián durante 8 días y 7 noches.

Es uno de los más elegidos por los turistas que buscan experiencias en tren. Conserva cinco vagones Pullman originales, creados en 1923. Hasta 1929 estos coches eran solo usados por un selecto grupo de privilegiados ya que el servicio contaba con camarero individual para cada pasajero y vajilla de la empresa inglesa Elkington, la misma que hizo la del Titanic.

 

El concepto original del tren fue crear “un crucero sobre ruedas”. Otro de sus datos curiosos es que este fue el primer tren turístico del mundo en ancho métrico, es decir, que utiliza un tipo de vía estándar para ferrocarriles. El Transcantábrico Gran Lujo se destaca por la comodidad de sus 14 suites y espacios comunes.

Finalmente, el Transiberiano es uno de los trenes más largos del mundo, con un recorrido que conecta Moscú con Vladivostok, dos ciudades que están en ambos extremos de Rusia. En el medio pasan cerca de 10 mil kilómetros, 87 ciudades, 800 estaciones y 8 husos horarios.

Su construcción empezó en 1880 y duró 26 años. Fue una verdadera hazaña: para poder instalar las vías hubo que dinamitar montañas, levantar puentes sobre ríos y construir estructuras para bordear lagos. Fue y es un medio muy importante no solo para el turismo sino también para las relaciones comerciales entre Rusia, China y Mongolia.

Hoy hay varias alternativas de recorrido más allá de la clásica (Moscú-Vladivostok) como de Moscú a Pekín por Ulán Vator o el mismo recorrido pero por Manchuria.