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Ecuador se estabiliza luego de dos semanas de conflictos

18 de octubre, 2019 - 09:01

El día 1 de octubre Lenin Moreno, presidente ecuatoriano, aplicó una de las medidas condicionales impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) decretando el fin de los subsidios sobre los combustibles que estuvieron vigentes durante las últimas décadas. Esta es una de las medidas del plan de ajuste llamado “Paquetazo” que incluye baja salarial en el sector público, reducción de las vacaciones de 30 a 15 días y aporte de un día de salario mensual de los empleados públicos al fisco.

¿Por qué Ecuador tuvo que recurrir a un préstamo de Fondo Monetario Internacional? 

Durante los diez años que Rafael Correa gobernó Ecuador, el país expandió su economía producto de una situación internacional que favoreció al precio de las materias primas. Este crecimiento de la economía fue acompañado de un crecimiento del gasto público, que pasó de ser el 22% del PBI en 2007 (año en que Correa asumió su primer mandato)  al 44% para el 2014. Los últimos años del segundo mandato de Correa estuvieron marcados por un déficit fiscal alrededor del 7% anual. El gasto público se financió mediante la emisión de bonos soberanos y la preventa de petróleo.

Lenín Moreno, presidente de Ecuador.

El actual gobierno de Lenin Moreno, exvicepresidente de Correa, implementó un estilo de gobierno con mayor diálogo con la oposición y una lucha contra la corrupción, acompañada de una política económica de austeridad y una fuerte crítica a la gestión anterior (de la cual él fue parte). En 2018 el gobierno celebró un referéndum que aprobó la reforma de la constitución, donde destaca la eliminación de la reelección indefinida y la muerte civil para los funcionarios públicos culpables de corrupción.

El estancamiento económico provocado por la baja internacional de los precios, el déficit fiscal y el endeudamiento llevaron al nuevo gobierno a acordar con el FMI un préstamo por 4.209 millones de dólares, de los cuales se han entregado 900  millones.

Octubre de 2019. El mismo día en que se anunciaba el recorte al subsidio de combustible empezaron diversas protestas a lo largo del país, protagonizadas en un primer momento por grupos sindicales y partidos de la oposición, a los que posteriormente se les sumaría la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE). El gremio de transportistas comenzó un paro el día siguiente que tuvo una duración de 48 horas.

Es importante destacar que el precio del diesel en Ecuador es de 0.27 dólares el litro y el de la gasolina se encuentra en 0,57 dólares el litro. Un precio muy bajo que se encuentra tercero en el ranking americano de combustibles con menor precio, solo superado por Venezuela y Cuba. Como punto de comparación, en Argentina los precios por litro del diesel y la gasolina se encuentran en 0,77 y 0,84 dólares respectivamente. El día 3 de octubre el presidente ecuatoriano puso en ejercicio el Estado de Excepción. Como respuesta el CONAIE organizó una movilización hacia la capital ecuatoriana. Los choques entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad se intensificaron cada vez más con la llegada de movilizaciones indígenas a Quito, por lo que el gobierno se vio obligado a trasladar su sede a Guayaquil.

Correa, que tiene 16 causas abiertas ante la justicia ecuatoriana, manifestó su apoyo a los grupos indígenas desde su autoexilio en Bélgica. Además le atribuye la responsabilidad de la crisis a la mala administración de Moreno. Por otro lado, el actual presidente señaló a las protestas como “un intento de golpe de Estado” y apuntó contra Correa.

En medio de las manifestaciones se produjeron numerosos saqueos, cortes de ruta y actos de vandalismo. Los grupos indígenas más radicalizados llegaron a retener a miembros de las fuerzas del orden y efectuar ataques contra las sedes de la Asamblea Nacional y el Poder el Judicial. En consecuencia, el gobierno decretó un toque de queda en Quito y sus alrededores a partir del día 12 de octubre, prohibiendo la circulación las 24 horas y militarizando la zona.

Finalmente, el día 13 de octubre comenzaron los diálogos entre el gobierno y los líderes de la movilización. El resultado de esta negociación fue la anulación del “paquetazo”, el cese de las manifestaciones y el levantamiento del Estado de Excepción. Según la Defensoría del Pueblo la crisis ecuatoriana finalizó con un saldo de 8 muertos, 1340 heridos y 1192 detenidos.

La clase política ecuatoriana debe hacer un mea culpa sobre cómo enfrentaron la crisis vivida en el mes de octubre; durante el cual, los dos últimos presidentes del país aprovecharon para atacarse entre sí y atribuirle la responsabilidad al otro mientras que su país vivía en la anarquía. Por otro lado, es peligroso como mensaje enaltecer y ponderar la actitud patotera y antidemocrática que tomaron los grupos indígenas del CONAIE que recuerda a algunos de los momentos oscuros vividos en Latinoamérica durante el siglo anterior.

Los hechos sucesivos a lo largo de octubre no muestran a ningún ganador, pero sí muestran a un claro perdedor: el ciudadano común ecuatoriano que tuvo que ver cómo su país se sumía en el caos sin que nadie pareciera tener las respuestas para salvarlo.