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Balotaje para definir un nuevo Brasil

Tras una dura campaña de candidatos totalmente polarizados, ocurrió el resultado más esperado por los analistas (aunque por muy poco)

08 de octubre, 2018 - 16:04

Sin sorpresas, la grave crisis política que tiñe a Brasil ha dejado un electorado dividido entre la ultraderecha, representada por Jair Bolsonaro, y el candidato de Lula, Fernando Haddad. Con un resultado de 47% de los votos para el primero y 27% para el segundo, se plantea un nuevo escenario que terminará de definirse el 28 de octubre.

 

Bolsonaro muy cerca de ser Presidente

La gran diferencia a favor de Bolsonaro sobre Haddad se venía palpitando a través de las encuestas previas al domingo, sin embargo, el resultado superó las expectativas. El panorama de cara a un desempate entre los principales candidatos determinará un estilo de conducción muy marcado, por lo que debemos estar atentos hacia donde se volcará el voto que la ciudadanía depositó sobre los otros participantes.

Como anticipamos en el día de ayer, existe un 40% de rechazo a Bolsonaro debido a sus declaraciones, que lo dejan con una postura misógina, racista y declarada homofobia. Más allá de esto, también es importante resaltar que representa un sector nacionalista del electorado (cerca del 30%) que lo considera el “posible ordenador” de la política doméstica. Quizás esta última característica termine pesando más en el elector que sus falencias personales, que en definitiva lo terminan mostrando como el “Trump” ltinoamericano.

Algunos especialistas señalan que la corrupción puesta en evidencia luego del “Lava Jato” ha provocado una crisis de credibilidad política, que acompañada de una economía que no despega como se esperaba terminó por configurar el resultado que apreciamos en el día de hoy. En este sentido, el famoso “voto bronca” le terminaría dando la derecha a Bolsonaro y jugaría en contra del Partido de los Trabajadores (PT) que goza de muy mala reputación.

El malestar del pueblo también se vio manifestado en las urnas, con 6 millones de votos nulos, 2,7 millones de votos en blanco y cerca de un 20% de electores que no asistieron.

Haddad, por su parte, no ha logrado canalizar la intención de voto que recaía sobre Lula, (como se esperaba). Su trabajo más difícil será el de capturar el voto de todos los “anti-Bolsonaro”, esgrimiendo esa bandera como única solución para dar vuelta el resultado de hoy.  Si bien hemos visto a las encuestadoras fallar en los últimos años (como pasó con la contienda Hillary – Trump) lo cierto es que, por los resultados obtenidos en el día de hoy, la única forma de que Haddad supere a su contrincante es formando una fuerte alianza contra la ultraderecha y capturando la mayor parte de los votantes indecisos y de la izquierda. Aun así, probablemente no alcance.

 

El legado de Temer

A mediados de 2018 un sondeo reconocía que el 82% de los brasileños consideraba pésimo el gobierno del actual presidente. La impopularidad de Temer es un duro golpe para la centroderecha. Por este motivo, gran parte del electorado ha elegido la extrema derecha, reclamando aquellas medidas que Temer no pudo concretar (y que prometió). Es por esto que el populista Bolsonaro tiene un fuerte piso de votantes desencantados con el actual gobierno.

Más allá de los detalles que rodean a los candidatos, los enormes desafíos que le esperan a Brasil no serán de fácil resolución. En primer lugar, recobrar la confianza de los mercados, mejorar la economía con políticas de estado serias (que depende enormemente de la aprobación de la reforma de las pensiones) y disminuir el desempleo, que ya ronda el 13,7%, será el duro legado del próximo gobierno, además de la brutal polaridad social, política y parlamentaria.