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El INV aprobó la producción y venta de vinos sin alcohol

Círculo Político te acerca todo lo que se viene desde la industria respecto a esta nueva apuesta para revolucionar el consumo de la tradicional bebida

Por Redacción

22 de marzo, 2024 - 21:53

Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas de Argentina, dialogó con Círculo Político (lunes a viernes, de 14 a 16, por 91.7 FM Ciudadano.News), respecto a las expectativas por los vinos sin alcohol

“Desde Bodegas de Argentina vivimos esto de manera muy positiva, porque hace años que venimos con este tema planteándolo. Resultaba una necesidad disminuir tanto como sea necesario, dependiendo los casos, hasta llegar a valores nulos, lo más bajo posible.

Lo hemos venido planteando a las autoridades del INV que de alguna manera se podía hacer, pero de manera parcial, había un vacío respecto de algunas denominaciones que ahora se terminaron de concretar, pero la idea de hacer vinos de baja graduación o de menor graduación alcohólica viene de la década del ’90. Hubo alguna empresa visionaria que lanzó un producto del orden de los 7°, 8° de alcohol, fundamentalmente por distintas razones, una es la salud, pero hay gente que no quería beber alcohol, asociado a una determinada dieta y otras cuestiones, pero efectivamente es algo que necesitaba la industria”.

¿Están las bodegas de Argentina preparadas para este desafío, se altera el sabor, aroma y cuerpo por ejemplo?

“Sí, esas son las ventajas que ha venido dando la tecnología en los últimos años, el equipamiento ha ido evolucionando, antiguamente probábamos un vino sin alcohol y sentíamos que era algo diferente y ya hoy son muy agradables, ha habido una gran evolución”.

“Nosotros en el alcohol tenemos un problema y es que lo primero que hay que sacarse de la cabeza es que tener vinos con menos alcohol significa que alguien le puso agua, eso de ninguna manera es así, sino que se hace un vino con la graduación correspondiente, como si fuese un vino habitual y luego mediante una tecnología se le baja la graduación alcohólica. Esa graduación se puede bajar en distintos niveles de magnitud, pero se hace con tecnología, no hay ninguna alternación de dilución del producto”.

“Por eso conserva las virtudes y es tecnología que hay que adquirirla. Hace muchos años la vitivinicultura viene tratando de expresar en sus vinos otras virtudes que no sea estrictamente lo alcohólico, los taninos, toda esa complejidad y otros elementos que hacen a la maduración de la uva. El problema es que, dependiendo de algunos años, esperar que esas variables lleguen a su plenitud significa que la uva crezca en azúcar, por lo tanto, cuando se va a cosechar y a elaborar el vino obviamente por resultado dará un vino muy alcohólico”.

“Eso era una situación compleja para los enólogos, y con la ayuda de la tecnología podemos bajárselo. Por otra parte, tiene situación impositiva diferencial en algunos mercados, en algunos países pagamos más impuestos por tener más alcohol en nuestros vinos, normalmente en muchos, por la regulación hace que de 14 para abajo tenga un impuesto, de 14° hacia arriba tenga otro, y, por eso, muchas bodegas corregían esos grados dentro de los límites que admitía el INV y ahora con las nuevas resoluciones esos límites son mayores, a punto tal, que se podría llegar a prácticamente desalcoholizar un vino”.

¿Esto no perjudica al sector?

“Todo lo contrario, abre el espectro a muchos otros consumidores que no consumían vino por la graduación alcohólica. Hay bebidas desalcoholizadas sustitutas del vino que en muchos casos el consumidor se vuelca, porque se puede tomar más cantidad por tener menos graduación alcohólica”.

¿Qué diferencia hay entre el jugo de uva y este vino?

“La uva como toda fruta es pulpa, jugo y una determinada cantidad de azúcar, mediante el proceso de elaboración se hace una fermentación, donde ese azúcar se transforma total o parcialmente en alcohol, si se transforma todo en alcohol tenemos los vinos secos, no le quedó nada de azúcar y todo se transformó en alcohol.

Pero hay bodegas que detienen el proceso antes y entonces, en vez de toda la azúcar transformarse en alcohol lo hacen parcialmente, entonces, le queda una azúcar que es lo que se conoce como los vinos dulces naturales”.

“Entiendo que un jugo es jugo y está con todo el azúcar que dio el fruto de la uva sin haber fermentado. En la medida en que ese azúcar, ese jugo empieza a fermentar, esa azúcar, por una cuestión natural de las levaduras van transformando el azúcar en alcohol”.

“El vino construyó la imagen de un consumidor con un cierto aurea de sofisticación, elegancia, y encuentra ciertos atributos que son opuestos a lo que busca este nuevo vino sin alcohol, gente ligada a la vida sana”.

“El vino es una bebida en donde hay dos grandes mundos, el consumo masivo y los consumos selectivos. En el selectivo es donde se buscan estos atributos sofisticados y que al consumidor le son agradables y va a seguir consumiendo ese tipo de vino. Pero hay un consumo masivo donde hay muchos nuevos consumidores, cuando digo masivo es poder consumirlo en oportunidades de consumo en donde pueda acceder y que hoy no lo hace porque tiene alcohol, porque tiene que manejar, por cuestiones de salud”.

“Creo que, este producto, con menor graduación vienen a ajustarse a estos actos, a lograr mayor volumen de consumo porque va a ir a ocasiones o situaciones en donde no se puede consumir alcohol”.

¿Qué expectativas y miedos despierta una economía más desregulada?

“Nuestra opinión y las empresas que integran la cámara es estar en la total libertad para poder hacer negocios. De hecho, competimos en todo el mundo con condiciones muy adversas, de tipo cambiario, impositivo y en la medida que todas esas cuestiones económicas, esa macro se vaya corrigiendo y en algunos puntos cuestiones como las regulaciones. Estamos viendo que en el mundo está creciendo y los clientes están demandando este vino sin alcohol”.

“Lo único que se pretenden son condiciones de estabilidad y una menor presión impositiva, menos burocracia, más modernidad, en el sentido que trabaja todo el mundo”.

¿La industria está lista para ese paso?

“Sin lugar a dudas, ha sido una industria que ha trabajado. Se han desarrollado mercados, más consumidores, exportando marcas, cuántos son los productos argentinos que podemos exportar con marca y que llegan a la mesa de un consumidor".

"Vamos a una góndola, nos sentimos orgullosos de ir a un supermercado donde las góndolas son clasificadas por países, varietales y, de pronto, ver productos argentinos. Es algo que la industria ha logrado a lo largo de mucho tiempo, por eso nos preocupan los vaivenes de la economía”.

“Perder un mercado significa mucho tiempo y dinero que se ha invertido en ese mercado. En la medida que podamos tener esa posibilidad y si tenemos que competir hay que hacerlo, por eso impulsamos el tema de tener acuerdos bilaterales o comerciales con otros bloques”, concluyó el entrevistado.

Producción Periodística: Martín Gastagnaga - Daniel Gallardo . José Urrutia