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Dramática caída de la superficie plantada con viñedos

Un informe del INV, que abarca todo el país, refleja una situación que necesita ser revertida para evitar peores consecuencias

Por Redacción

05 de marzo, 2024 - 12:44

Un reciente estudio elaborado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) denuncia que en los últimos diez años, la vitivinicultura argentina perdió 21.541 hectáreas productivas.

En el exhaustivo informe anual de superficie que publica el organismo, referido al 2023, se destaca el dato alarmante de que la superficie implantada con uva para vinificar retrocedió a los niveles de principios de la década del 2000.

El origen de la caída importante radicaría en la vigencia de políticas con fuerte sesgo anti  impuestas en los últimos años.

La estadística del INV muestra que en 2014 la superficie con viñedos en todo el país alcanzaba las 226.388 hectáreas, mientras que el año pasado esa cifra se había desplomado a 204.847 hectáreas.

De los datos analizados surge la disminución de superficie en las provincias de Mendoza (-3,4%) y San Juan (-7,7%) causados por una reconversión de negocios (ligados a cambios varietales y productividad), en un contexto de cambio climático y disponibilidad hídrica.

Está claro que en los últimos diez años el sector ha mostrado signos de agotamiento, un fenómeno que traspasa las fronteras de la Argentina y se refleja en la pérdida de hectáreas en producción y caídas de ventas tanto a nivel externo como interno.

Pero en nuestro país, como ocurre en muchas actividades económicas, el contexto lo potencia aún más, cuando en otras naciones se la enfrenta en mejores condiciones.

Tal como ocurrió hace ya más de 25 años, después de la crisis de fin del siglo pasado, la vitivinicultura argentina debería dar un salto cualitativo para permitirles a las bodegas seguir compitiendo en el mundo y crecer en los mercados. En aquella oportunidad los cambios también impactaron en el mercado interno, que se consolidó con vinos de mejor calidad y suba de los precios promedios en góndola.

En la actualidad, el nivel de consumo de vinos está cayendo en forma importante en los últimos tiempos y, de seguir esta tendencia, habrá que esperar un ajuste compulsivo sobre el sector como ya ocurrió en otras oportunidades.

Lo que marca la actualidad es que los problemas maco económicos que golpean a todas las economías regionales, como la alta presión tributaria, las subas de costos y la falta de reglas claras sostenibles en el mediano plazo, conspiran contra la industria y esto se refleja en la caída progresiva de ventas.

Exportaciones en caída

En este escenario preocupante, un estudio reciente indica que la Argentina lidera la caída de exportaciones en el mercado internacional, con una baja cercana al 30%.

El dato fue brindado por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), resaltando que  en los primeros nueve meses del año pasado, las ventas externas de vinos argentinos alcanzaron los 135,4 millones de litros, volumen que refleja una caída del 29,6% en relación con el mismo período del año anterior.

Por primera vez en muchos años, nuestro país desciende en el ranking que lo ubicaba entre los diez principales países exportadores del mundo, medido en volumen, siendo desplazado al 11° puesto por Nueva Zelanda, que ingresó a este selecto podio.

Sin embargo, cuando se toma como referencia los niveles de facturación, Argentina desciende en el ranking, pero se mantiene entre los primeros diez países más importantes que comercializan vinos en el globo.

Las variables que incidieron en los problemas de exportación son los inconvenientes para acceder a la importación de insumos, una actividad sin crédito disponible, el retraso cambiario y los costos en dólares que suben a tasas de dos dígitos anuales.