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Crecen las quejas por el sistema logístico en el paso a Chile

El reclamo que ya es histórico recientemente fue puesto nuevamente de manifiesto desde APROCAM y ahora es el centro de la crítica de la UCIM.

Por Redacción

13 de diciembre, 2021 - 19:37

El sistema administrativo fronterizo que en Argentina atiende a un pesado tránsito de cargas por el Corredor Bioceánico que utiliza la Ruta Nacional 7 fue nuevamente puesto en tela de juicio luego del último reclamo, con movilización de camiones, en Mendoza.

 

 

A la reciente protesta que llevó adelante el 2 de diciembre la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza, APROCAM, ahora se sumó la de los empresarios y comerciantes aglutinados en la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, UCIM, desde donde ya habían advertido sobre las restricciones al comercio internacional impuestas desde el Gobierno Nacional.

 

 

Es que, la gestión de Alberto Fernández, preocupado por la recuperación de dólares y urgido por el gran déficit fiscal de Argentina, que aún no logra un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, FMI, le puso un freno a las importaciones. Lo que en principio ya molestó al sector comercial de automóviles 0km desde denunciaron una fuerte caída en las ventas.

El economista mendocino de Evaluecon, José Vargas, también había advertido en El Ciudadano que las dificultades para importar representan una gran complicación para la economía en general. Situación que con anterioridad ya había sido alertada desde la UCIM, a través de su presidente, Daniel Ariosto, como complemento del reciente documento emitido desde la entidad mendocina.

 

 

Ahora, el mismo Ariosto puso la mirada sobre el puerto más cercano en la costa chilena, a través de su principal paso, el Cristo Redentor, que cuenta en la localidad de Uspallata con un área de control integral de despacho de mercaderías: "UCIM ha expresado en su último documento la preocupación que nos trae la situación que sigue dándose desde hace mucho tiempo en el cruce a Chile".

Allí confluyen organismos de ambos países que son los encargados del registro documental y control de las cargas, tratando de convivir en forma no integrada, situación que históricamente ha generado demoras y burocracia, pérdidas sustanciales de tiempo y por sobre todo, incremento en el costo”, reflexionó el empresario del sector turismo.

 

Informó que "APROCAM, que forma parte de nuestro Concejo Directivo nos ha acercado sus preocupaciones en más de una oportunidad. Se han hecho las gestiones necesarias y conocemos los aportes que han hecho para ayudar a solucionar los problemas. Pero no sabemos si esto es político o económico o si las cancillerías de ambos países no se entienden pero algo pasa".

Según el último documento emitido desde la entidad empresaria “se suma ineficiencia en el transporte terrestre, en situaciones de normalidad, problemas que han sido abordados en reiteradas oportunidades, por las autoridades competentes de Argentina y de Chile, sin llegar a ningún consenso que permita dinamizar y eficientizar el trámite de registro de mercancías que circula de un país a otro, trayendo perjuicios de diversa índole a la dinámica del Comercio Internacional. Este es un problema que los empresarios intentan visibilizar desde hace muchos años y que ni desde Argentina ni desde Chile, existen intenciones de solucionar”.

 

 

Puntualmente sobre las demoras para cruzar al país trasandino "que algunas veces tardan entre 16 horas o a veces un día es algo tremendo. Sobre todo por la importancia que el Corredor Bioceánico tiene el inconveniente que ser resuelto, tanto desde el lado argentino como desde el chileno. Porque también desde Chile se están desempeñando con mucha ineficiencia", reclamó.

Y añadió: "Es importantísimo reconocer al transporte de cargas entre Argentina y Chile y como afecta la falta de desarrollo en cuanto a la prontitud y rapidez necesaria para completar los trámites. Esto es algo que cualquier niño puede entender respecto al encarecimiento del flete por dilaciones innecesarias por la carga que lleva. Y merece un renglón aparte la situación de los choferes que viven experiencias infrahumanas".

“Lo enunciado condena sistemáticamente a los conductores a pasar peripecias propias del siglo pasado, permaneciendo durante días, muchas veces expuestos al frío o al calor, sin servicios y con la permanente presión de cumplir con su tarea, ante burocracia de dos países a la que poco le importa su situación y por consiguiente, alentar el comercio internacional. Una evaluación humanitaria de lo que deben pasar los choferes, no resiste análisis, ni defensa alguna. Están abandonados a su suerte y deben ayudarse entre ellos para superar las penurias a las que son sometidos. Decirlo a través de estas líneas es sencillo y fácil, sufrirlo es otra cosa”, se marcó desde la UCIM.