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Advierten que un plebiscito impactaría negativamente en el mercado

Cayeron bonos y acciones por la inmediata repercusión en el exterior del fracaso de la Ley Ómnibus

Por Redacción

08 de febrero, 2024 - 11:30

Wall Street reaccionó de inmediato ante el fracaso de este martes en el tratamiento de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados no sólo con el inapelable veredicto del precio de los activos sino también en los análisis casi en tiempo real de los más influyentes bancos de inversión norteamericanos.

El mercado puso su mirada sobre los caminos que ahora se le abren al presidente Javier Milei para avanzar en su agenda de reformas, y puso énfasis en los posibles nuevos focos de conflicto que esas mismas alternativas podrían generar, al menos en el mercado.

Una de las posibilidades analizadas es que el Poder Ejecutivo decida avanzar con un plebiscito para lograr con el voto popular lo que no logró con los votos de los diputados, una alternativa que inquieta en el exterior.

Creen que esto puede preanunciar un período de alta volatilidad con más ruido político con impacto en las cotizaciones, sobre todo la del dólar.

Opinión del JP Morgan

Por ejemplo, el banco JP Morgan advierte que el revés en el Congreso “abre ahora una bifurcación política: insisten en negociar con gobernadores con concesiones adicionales, o buscan movilizar a los votantes que apoyaron las propuestas de Milei en la segunda vuelta aprovechando su todavía alto índice de aprobación”.

“Esta segunda vía sería consistente con la vía de consulta popular no vinculante. Pero cabe señalar tal estrategia per se no resuelve el desafío planteado por el poder legislativo. Además, la Justicia podría impugnar la convocatoria. Nos enfrentamos así al primer período de mayor incertidumbre política, con posibles implicaciones sobre la brecha cambiaria en el corto plazo”, sostuvo la influyente entidad.

El dólar, por ahora tranquilo

En la primera reacción al traspié político que desató no sólo la caída del proyecto de ley, el mercado del dólar reaccionó con relativa calma, reflejada en la suba moderada del billete en todas sus variantes y no superó la barrera de los $1.300.

Pero la reacción fue contundente en bonos y acciones, y las acciones argentinas se derrumbaron con bajas que llegaron a superar 10 por ciento, mientras los títulos perdieron 4%.

Por su parte, el banco inglés Barclays advirtió sobre las renovadas presiones que empezarán a hacerse sentir a causa de la derrota legislativa, lo que debería impulsar al Gobierno a retomar la iniciativa respecto del camino a seguir.

“La presión del mercado podría empujar al Gobierno a demostrar que tiene un camino a seguir con un paquete fiscal revisado más temprano que tarde”, estimó la entidad también en un informe en el que consideró que “el foco central no debe desviarse del ajuste fiscal”

Caputo es optimista

Ese fue precisamente el eje central de las recientes apariciones públicas del ministro de Economía, Luis Toto Caputo, un profundo conocedor de cómo operan los inversores.

En cada oportunidad que tuvo, el titular de Hacienda aseguró que el ajuste fiscal no depende de la aprobación de la ley y que en el armado de ese plan estaba contemplada la posibilidad de que el proyecto no fuera acompañado por los legisladores.

Con intenciones de mostrar resultados más que declaraciones, destacó que en enero las cuentas públicas están en equilibrio no sólo primario, sino también financiero.

El ministro de Economía, Luis Caputo.

El Barclays se muestra en sintonía con el funcionario argentino y cree que, si el Gobierno “se concentra en impulsar el resto del proyecto de ley general en lugar de priorizar el paquete fiscal, los riesgos para una trayectoria exitosa de estabilización podrían aumentar”.

El derrumbe de la actividad económica en un contexto de alta inflación podría esmerilar rápidamente el apoyo conseguido por el Presidente en las elecciones, lo que puede complicar aún más las chances de avanzar en las reformas.

Por su parte, el JP Morgan afirma que desde que asumió Milei, ha destacado los desafíos principales. “Primero, la gobernabilidad. En segundo lugar, la tolerancia de la población al ajuste (tanto de las cuentas fiscales como de los precios relativos). Hoy, el primer factor de riesgo pasa a ser el centro de atención”, describe el banco estadounidense.