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En busca del plan perfecto

Boca deberá idear un plan para que le salga el partido perfecto para eliminar a River. Luis Enrique, ex técnico del Barcelona, estuvo en una situación similar y sacó a flote al equipo. Gustavo Alfaro sigue los pasos del exentrenador culé. ¿Podrá?

10 de octubre, 2019 - 18:15

Cuando en marzo de 2007 el Barcelona de Luis Enrique estaba casi eliminado de los octavos de final de la Champions Legue, el entrenador pegó el volantazo y tenía un plan para levantar un 0-4 ante el Paris Saint Germain. Barcelona debía reinventarse, como el Boca hoy de Alfaro.

El trio Messi-Suarez-Neymar no funcionaba. El mediocampo hacía aguas por todos lados y el sistema defensivo tambaleaba. Muchos reclamaban el papel del entrenador para provocar un cambio de rumbo. Y Luis Enrique, lejos de esconderse, tomó una decisión clave para el resurgimiento de ese Barcelona.

El técnico cambió el sistema táctico y pasó de jugar del 4-3-3 al 3-4-3. No era su esquema preferido, pero ante la urgencia y la desesperación de hacer como mínimo cuatro goles, cambió para bien y llegó al plan perfecto. Dio en la tecla y resucitó al Barcelona.

Este sistema fue improvisado. Únicamente lo ensayó en varios entrenamientos previos al partido y lo probó cuatro días antes frente al Atlético de Madrid por la Liga de España.

El volantazo y la búsqueda de un plan nuevo le funcionó al ex técnico del Barça y estaba en una situación más alarmante en comparación a la que está hoy Alfaro.

Boca hoy está perdido. Pasa por un momento de desconcierto de cara a la revancha ante River del martes 22 de octubre en la Bombonera. Deberá remontar un 0-2 sufrido en el Monumental y el panorama futbolísticamente no es alentador, como en su momento pasó con el equipo blaugrana. Pero Alfaro tendrá la oportunidad de pegar el volantazo en busca del plan perfecto.

Tras el triunfo por 1 a 0 sobre Defensa y Justicia en la localidad de Florencio Varela, Carlos Tevez aseguró ante la prensa que Boca deberá tener un rendimiento “perfecto” frente a River, mientras que el entrenador sostuvo que “es un partido donde la experiencia talla, la capacidad, el saber manejar las circunstancias, el saber disputar las batallas” y agregó que “los partidos importantes tienen que jugarlos los experimentados”. La relación entre el entrenador y el ídolo no es buena, pero Alfaro le abrió la puerta al número 10 para la revancha.

El jueves posterior a la derrota frente a River, el Apache” habló a solas con el entrenador y le mostró su disconformidad de cómo juega Boca. Le manifestó que el equipo tiene que arriesgar más, jugar mejor y hacer el partido “perfecto” para avanzar a la final de la copa. Le dijo que Boca llega “tambaleando” a situaciones de gol y que solamente convierte en “pelotas paradas”. El técnico, por su parte, le dio sus motivos por los cuales juega de esa manera, pero al mismo tiempo escuchó a su emblema y se replanteo cambiar puertas adentro.

Ante este panorama, no está mal que dialoguen entrenador y el “abanderado” del grupo de jugadores. Hasta en los mejores planteles existe el consenso entre ambas partes. Pero la muestra de que la relación no es la mejor fue cuando el “Apache” habló en el campo de juego, tras el triunfo ante Defensa y Justicia, y contó a viva voz lo que hablaron durante la semana pasada y ventiló como debería jugar frente al millonario.

Fue un claro mensaje de Tevez para que no quede únicamente entre ellos la charla que tuvieron y divulgar verdaderamente lo que piensa. Dejar expuesto al entrenador y abrir el paraguas de cara a un futuro incierto.

Ante el pedido de sus jugadores, el director técnico cambió el plan de trabajo. El plantel esta semana trabajará en doble turno y se aislará hospedándose en un hotel de Puerto Madero.

La idea del cuerpo técnico es sacarle fruto al tiempo para probar alternativas en los esquemas de juego. Pasa por la cabeza del entrenador experimentar la línea de cinco defensores, con tres centrales y dos laterales que pasen continuamente al ataque, un volante de marca y el resto jugadores ofensivos para atacarlo todo el tiempo. Será una semana a prueba y error. Buscará darle forma a una nueva idea de juego y buscar el “juego perfecto” para recibir a su archirrival.

Alfaro sabe que la revancha ante River es a todo o nada. Y que, con su idea característica de un equipo ordenado y esperando los errores del rival, difícilmente pueda lastimar al millonario.

Cambiar para que todo cambie es la idea del entrenador. Tiene en claro que su futuro en el cargo dependerá de avanzar a la final de copa. No avanzar a la final hará que tenga que dar un paso al costado. Entiende muy bien que es un momento difícil el que está atravesando su equipo futbolísticamente y, que también, influirá en la vida política de cara a las elecciones a presidente de diciembre.

Alfaro sabe que le queda una oportunidad para revertir la situación. Lo bueno es que depende pura y exclusivamente de Boca. Lo malo es que no sabe cómo aprovechar esa oportunidad.

Mas allá de que Alfaro declaró “no subestimen a Boca”, hoy no sabe cómo encarar el partido y tiene más dudas que certezas. Está contra las cuerdas porque con su manera de jugar y el futbol que lo caracteriza no tiene la capacidad futbolística para llevar a cabo el plan perfecto: dominar a River y no dejarlo pensar.

El técnico apelará al carácter, temperamento y astucia para dar vuelta la serie. ¿Pero este Boca está a la altura? El escudo, su historia y el hambre de ganar la séptima copa libertadores son incentivos para creer.

En el seno del plantel no quieren pasar vergüenza de quedar por quinta vez consecutiva eliminados en series de copa ante su clásico rival. En caso de que eso suceda, arrasaría con todo: cuerpo técnico, jugadores y dirigentes. Un quinto huracán no dejaría nadie “vivo” y sería, nuevamente, volver a empezar.

Boca no parece estar entrenado futbolísticamente para lo que viene. El equipo no está ensayado para remontar el resultado y atacar a river en todo momento. De ir a buscar decididamente el gol y tomar las riendas del partido. El molde de juego se basa en el orden propio, y después, desde las individualidades, atacar al rival. Hasta busca que su contrincante cometa errores (si hay un conjunto que comete muy pocos errores justamente es River). Carece de juego colectivo. No hay conexiones entre los que tienen buen manejo de la pelota. Y la serie como está necesita de la elaboración y la generación de juego.

Todo partido perfecto requiere de un plan que esté a la misma altura. Y Alfaro va camino a buscar el plan salvador, como en su momento, pasó con Luis Enrique.