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Guillermo y el Muñeco, con desafíos pendientes

Por Redacción

21 de septiembre, 2018 - 17:21

El domingo se escribirá un nuevo capítulo del Superclásico. Y como cada vez que se enfrentan, es un partido diferente. Esta vez, el choque de los clubes más grandes de Argentina será por una nueva fecha de la Superliga. Un torneo que recién arrancó y se llevan disputadas tan solo cinco jornadas. 

Será un encuentro vital para mostrar en cancha la estrategia de ambos entrenadores. El que mejor rédito le saque a su idea de juego saldrá favorecido. 

Como pocas veces sucedió a la previa a un Superclásico los dos equipos llegan muy competitivos, parejos, no por la forma de jugar sino por las posiciones en las que se encuentran en los diferentes torneos que disputan (Libertadores, Superliga y Copa Argentina).

Tanto Boca como River tienen serias chances de seguir avanzando de ronda en la Libertadores. La presión de tener que ganar sí o sí esta vez quedará al margen porque estarán respaldados por lo que pueda llegar a suceder más adelante en los cuartos de final de la Copa.

Es más, este partido no pondrá en riesgo el futuro de los entrenadores. Únicamente provocará que el que no gane sufrirá un golpe anímico para lo que viene. Hasta un empate podría satisfacer a ambos en caso de que mantengan en los 90´su buen nivel de juego. Pero más allá de esto, los técnicos se enfrentan a diferentes desafíos.  

Por el lado de Guillermo, buscará sacarse esa espina que aún tiene clavada desde que asumió como director técnico de Boca. Ganarle a River en La Bombonera es una de las cuestiones pendientes del Mellizo. Todavía no pudo cumplir ese objetivo, ya que en la casa Xeneize se enfrentaron en dos oportunidades: la primera fue el 6 de marzo de 2016 que terminó empatado sin goles. En ese partido, cuatro de los actuales futbolistas del plantel fueron titulares (Leonardo Jara, Fernando Gago, Pablo Pérez y Carlos Tevez).

La segunda vez se dio el 14 de mayo del año pasado con victoria de River por 3 a 1. Fueron titulares Gago, Pérez, Cristian Pavón y Darío Benedetto, actuales futbolistas de Boca.  
Barros Schelotto obtuvo 57 victorias de los 102 partidos oficiales que dirigió. Sin embargo, tiene una deuda pendiente: vencer a River en La Bombonera.

Otro reto para Guillermo será analizar frente al Millonario cual será el futuro del arco de Boca. Seguramente atajará Agustín Rossi, tras la fractura que sufrió en el maxilar inferior Estaban Andrada que le llevará dos meses de rehabilitación luego de la operación. Pero para Rossi, mantener la titularidad dependerá mucho de su rendimiento y su primera prueba será nada mas y nade menos que ante River. 

Caso contrario, la dirigencia junto al cuerpo técnico analizará ir en busca de un nuevo arquero para suplir la falta de Andrada, sólo para que ataje en lo que resta de la Libertadores.
En cuanto a Gallardo, su desafío será defender su invicto, una racha de 28 encuentros consecutivos sin conocer la derrota. River estiró esa diferencia tras igualar 0 a 0 con Independiente en Avellaneda por los cuartos de final de la Copa Libertadores.

La última caída del Millonario fue el 24 de febrero ante Vélez por 1 a 0 con el tanto de Lucas Robertone. A partir de ese partido, sumó 17 triunfos, 11 empates. En el medio, tuvo la final de la Supercopa Argentina en Mendoza ganándole a Boca en un altísimo nivel. 

Gallardo no querrá cortar la muy buena racha positiva que arrastra. No le gustaría caer ante Boca y menos en La Bombonera.
Para el Muñeco otro desafío será poder sostener ante esta clase de rivales el buen nivel que arrastra hace tiempo y evitar, de esa manera, un golpe anímico negativo para sus jugadores de cara a lo que se le viene: la revancha ante el Rojo en el Monumental.

El técnico de River sabe que sus jugadores frente a su máximo rival sacan a relucir ese plus extra de actitud y carácter como lo demostró en la final en Mendoza, pero un resultado negativo podría ser contraproducente pensando en la Copa Libertadores. Él mismo en conferencia de prensa lo aseguró: “Siempre es un aliciente ganar en La Bombonera”.

Con el buso de director técnico, dirigió 13 encuentros oficiales con cuatro victorias, cinco empates y cuatro derrotas. Y si se incluyen los amistosos, la cuenta se amplía a ocho triunfos y seis derrotas.  

Gallardo y Guillermo caminan por veredas opuestas hasta en la forma de parar sus equipos, pero a la hora de analizar el futuro luego del Superclásico llegaron a la misma conclusión. El de River, sostuvo: “Se juega el orgullo, pero este partido no define nada”. El de Boca, argumentó: “No creo que el Superclásico deje secuelas que comprometan el futuro”. Ambos entrenadores abrieron sus paraguas, pero tienen desafíos por delante que deberán cumplir nada mas y nada menos que en un Superclásico.