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Vida y legado del litógrafo suizo César Bacle en el Río de la Plata

Con sus llamativas obras costumbristas, el artista helvético dejó una marca indeleble en la cultura nacional

04 de diciembre, 2023 - 09:24

Fue uno de los grandes artistas extranjeros que tuvo el Río de la Plata a mediados del siglo XIX en tiempos de Rosas y dejó registrada cientos de imágenes que son de gran valor para ilustrar la historia argentina de aquel momento tan convulsionado que vivía el territorio.

Se llamaba César Hipólito Bacle, figura enigmática que emergió en los intrincados senderos de la historia, es un personaje cuya vida se tejió entre las páginas amarillentas, marcando tesoros olvidados que resonarían en los anales del arte, la política y los destinos entrelazados.

Nacido en el idílico Versoix suizo el 16 de febrero de 1794, Bacle trajo consigo una chispa que iluminaría las polvorientas calles de Buenos Aires, marcando el comienzo de un capítulo singular.

Carreta de desembarque, una de las más conocidas obras cuyos vigorosos trazos reflejan aspectos de nuestra historia colonial

Infancia entre mapas y pinceles

Su nombre completo era Michel- César-Hippolyte Bâcle, descendiente de Jacques Bacle de Saint Loup y de Marta, creció inmerso en un mundo de curiosidad, donde los dibujos, mapas y ciencias naturales se entrelazaban en su infancia.

A la temprana edad de 22 años vendió su destino al contraer matrimonio con la pintora Adrienne Pauline Macaire, también conocida como Andrea Bacle. Sin embargo, el espíritu aventurero de Bacle lo llevó más allá de las fronteras suizas, explorando las tierras del interior de África y, fugazmente, gobernando Senegal entre 1817 y 1818.

Estos años de travesías y descubrimientos sembraron las semillas de un destino que lo conduciría después a las costas lejanas del Río de la Plata. desembarco en buenos aires: litografía y revolución En el convulso año de 1828, Bacle anunció su llegada a Buenos Aires a través de la Gaceta Mercantil el 19 de noviembre, marcando el inicio de una década efervescente. Estableció su taller litográfico en la calle de la Catedral N° 17, un santuario de creatividad que se convirtió en el epicentro cultural de la época. La litografía, arte de inmortalizar momentos en tinta y papel, fue su medio para transformar la realidad en obras maestras, capturando la esencia de personajes como Manuel Belgrano, Pascual Echagüe y Gregorio Perdriel. Designado por el gobernador Juan José Viamonte Impresor Litográfico del Estado, su taller se convirtió en una usina de creatividad, publicando obras didácticas como los Principios de Dibujo y una monumental Colección general de marcas de ganado de la Provincia de Buenos Aires. Sus trazos contaban la historia de una nación en formación.

El autor vivió en nuestro país en una época convulsionada y trágica

Años de esplendor y sueños

La imaginación y los sueños de Bacle no conocían límites. En 1829, propuso la creación de un Montepío y un Jardín de Aclimatación, gestos visionarios que resonaban con su deseo de dejar un impacto duradero en la sociedad. Al año siguiente vio la luz el Boletín de Comercio, consolidándose como un referente de la época. Pero la joya de la corona fue Museo Americano o Libro de todo el mundo, una enciclopedia visual que buscaba condensar la diversidad del mundo en sus páginas. Esta obra, distribuida por fascículos, se constituyó en el primer libro ilustrado impreso en una litografía argentina, un monumento al ingenio desbordante de este suizo.

Riqueza de detalles en esta litografía costumbrista de Bacle

Bacle y los vientos de cambio

El destino de Bacle no estuvo exento de turbulencias políticas. En 1832, Juan Manuel de Rosas decretó que los editores extranjeros debían optar por la nacionalidad argentina.

Enfrentándose a la tormenta política, Bacle cerró su periódico y se embarcó hacia la isla de Santa Catalina, Brasil. Su tiempo en la isla fue una etapa de coleccionismo frenético, sumergiéndose en la tarea de reunir minerales, vegetales, animales disecados y objetos indígenas.

Sin embargo, en 1833, al regresar a Buenos Aires, su buque naufragó cerca de la isla de los Lobos, perdiéndose parte de su valioso trabajo.

A pesar de las adversidades, retomó la Litografía del Estado y concluyó en 1835 la colección de Trages y costumbres de la Provincia de Buenos Aires. Colaboradores como Arturo Onslow, Hipólito Moulin y Carlos Enrique Pellegrini dotaron a esta obra de una riqueza gráfica sin precedentes.

En este período, también inauguró la Imprenta del Comercio, confiándole a su hijo mayor, Augusto, la responsabilidad de dar vida a nuevos proyectos. Fue así que el Diario de Anuncios y publicaciones oficiales de Buenos Aires se convirtió en el primer periódico ilustrado del país, estableciendo un estándar que perduraría en el tiempo.

 

Detenciones y acusaciones

En 1835 marcó el inicio de los capítulos finales en la vida del grabador. Gregorio Ibarra, amigo de Rosas, desarrolló la Litografía Argentina, y aunque inicialmente Bacle se limitó a publicar para piano y canto, la creación del periódico Boletín Musical en 1837 podría haberse interpretado como una señal de alerta para las autoridades.

Su proyecto de establecerse en Chile y fundar la imprenta y litografía del Estado fue interrumpido abruptamente en marzo de 1837, cuando fue detenido en el Cuartel del Retiro. Acusaciones de vender planos militares a Bolivia y de interferir en los asuntos de Chile se cernían sobre él.

El vicecónsul francés Aimé Roger defendió su inocencia, pero la sombra de la detención y las acusaciones dejó una marca indeleble en la vida y carrera del pintor suizo.

El 4 de enero de 1838, César Hipólito Bacle falleció en su hogar, marcando así el trágico epílogo de su vida. En tanto, Roger acusó de malos tratos a la custodia del helvético, especialmente a un coronel de apellido Quevedo. Alegaba que después de cerca de seis meses de encierro en un calabozo, el artista fue devuelto a su casa en un estado de salud deplorable.

Al día siguiente, el vicecónsul, los oficiales del navío d'Assas y más de quinientos franceses acompañaron el cortejo fúnebre rindiendo homenaje a un hombre cuya vida se vio empañada por acusaciones y sufrimientos.

En medio de este sombrío panorama, la familia del artista, sumida en la miseria, tomó la dolorosa decisión de embarcarse hacia Europa el 2 de marzo de ese mismo año.

La prisión y posterior muerte del destacado artista se convertirían en una de las causas aducidas para justificar la posterior intervención francesa, arrojando una sombra persistente sobre la vida y el legado de este talentoso litógrafo en las páginas de la historia argentina.

Bacle sigue siendo una figura que ilumina los rincones olvidados de la historia, recordándonos la importancia de la creatividad y la perseverancia en la búsqueda de la expresión artística y la contribución a la sociedad.