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Los ‘Baños de la Exposición’, ícono del progreso en nuestra provincia

Construidos en el lugar en que se realizó una muestra de industria y comercio en 1885, fueron durante muchos años los preferidos para pasar momentos de reposo y relajación

15 de noviembre, 2021 - 07:33

Hace más de ciento treinta años, el lugar donde actualmente se encuentra el edificio del Correo Central, en la Ciudad de Mendoza, fue el sitio en donde las clases más pudientes de nuestra provincia se refugiaban en las horas de la siesta para relajarse con baños a vapor y masajes. 

Eran los elegantes ‘Baños de la Exposición’, como se les denominaba, un espacio que en 1885 había servido para albergar la exposición anual en la que todas las provincias argentinas mostraban su industria y su comercio.

 

Mendoza, una ciudad en alza

En 1885, Mendoza había sido tocada por la varita mágica del progreso. Desde hacía unos años se venía construyendo un novedoso transporte llamado ferrocarril, y que estaba a punto de inaugurarse en esa época, mientras que, en la Ciudad, se estaba trabajando en un innovador sistema de transporte denominado tranvía a caballo. Pero, eso no era todo, ya que en ese aluvión de nuevas tecnologías había algo aún más importante: la luz eléctrica.

Por aquel tiempo, el gobernador era el general Rufino Ortega, quien había sido elegido en 1883, mientras que a nivel nacional el presidente era el general Julio Argentino Roca que el 12 de octubre de 1886 finalizaría su mandato.

A principios de 1884, el gobierno provincial emitió un decreto con el objeto de realizar la Exposición Interprovincial de Industria y Comercio, en la que participaría Roca, y se había propuesto la presencia, no solo del mandatario nacional, sino también de sus ministros. Se dio como fecha para la inauguración del evento los primeros días de abril del año siguiente.

Entre tantas obras que se desarrollaban en Mendoza, se inició en ese año la de los baños públicos en el lugar en donde se haría la exposición.

Calle San Martín 1885

 

El presidente del progreso

A partir de 1884, la construcción de los baños iba a toda marcha para poder concluir en tiempo y forma antes de la fecha fijada para el inicio de la exposición.

Algunos decían que, como los antiguos romanos, los mendocinos tendrían sus baños públicos... Y así fue, ya que perduraron por más de 60 años.

Dos meses antes de su inauguración, el predio y los baños de la exposición estaban listos para recibir a las altas autoridades de la Nación.

Durante el mediodía del 7 de abril de 1885, el presidente Roca llegó en ferrocarril a la flamante estación de la ciudad de Mendoza –ubicada en la actual terminal del metrotranvía– junto a una importante comitiva.

Al bajar del vagón presidencial, el general Roca fue recibido por las autoridades locales, representadas por el gobernador Ortega y sus ministros, quienes permanecieron en el costado izquierdo de la estación, mientras la banda de música de la Policía de Mendoza ejecutaba marchas militares.

Luego de unos minutos, ambos mandatarios subieron a su carruaje y desde allí partieron, seguidos por la comitiva, hacia el centro de la ciudad por la calle Las Heras, en la que cientos de banderas pendían de los edificios. Se cree que este fue uno de los recibimientos más importantes que tuvo un presidente nacional durante el siglo XIX.

La agenda del presidente fue muy apretada, debido a que se aprovechó su presencia para llevar a cabo varias inauguraciones, reuniones y agasajos.

Cuatro después de su llegada, fue inaugurada oficialmente la Feria Interprovincial en el edificio que se encontraba entonces en la intersección de la avenida San Martín y Colón.

Por la noche, cientos de lámparas eléctricas le dieron color por primera vez en la historia a este evento tan trascendente. En ese predio, y con la visita de autoridades de casi todas las provincias, se exhibieron cientos de productos industriales argentinos, entre ellos las novedosas máquinas agrícolas.

La exposición se componía en la parte principal de una rotonda octogonal que comunicaba con tres pabellones destinados a la maquinaria, ubicados al Norte, al Sur y al Oeste. Al costado Este de la rotonda estaban las boleterías y otras oficinas, en los sectores Sur y Norte los almacenes, y al Oeste, animales en exhibición.

El presidente Roca también inauguró el edificio que correspondía a los baños públicos, quedando así concluida la visita a la provincia del político y militar argentino.

En octubre de ese mismo año, los baños fueron extendidos unos cuantos metros más, en donde dejaron listas las piletas, los baños sulfurosos y otros servicios de estética.

Medalla de la Exposición Interprovincial en Mendoza en 1885

 

Un sitio muy particular

El edificio de los ‘Baños de la Exposición’ se hizo muy popular en sus primeros años de vida. En la entrada se habían plantado varios árboles y en el centro remataba una fuente circular. 

Su frente tenía un acceso de tres arcos sostenidos por columnas con volutas de estilo dórico bellamente decoradas y en su interior había dos extensas piletas para practicar natación. También había salas de baños a vapor, las que le daban un toque muy particular. A eso había que sumar los masajes que realizaba el doctor Alfredo Lesseur.

Otra de las características que tenía el lugar era una escuela de natación para niños.

El horario era bastante regular y se podía acceder a los baños a partir de las 10 de la mañana. Es importante destacar que la entrada y la permanencia no eran gratis, ya que los usuarios debían pagar una cuota mensual de $25; la docena de baños unos $7, y si no, $4 por baño.

Con el tiempo se le fueron sumando otros atractivos, como una pista de patinaje y otros juegos que hicieron furor en la alta sociedad de la época.

A principios del siglo XX, los baños públicos comenzaron a pasar de moda y luego de decaer el negocio privado, la Municipalidad de la Capital se encargó de mantener y administrar el lugar. En el verano de 1946, alumnos de diferentes escuelas utilizaban las piletas para nadar, algo así como las actuales escuelas de verano.

Finalmente, el municipio capitalino donó los terrenos para que se construyera allí el nuevo edificio del Correo Central. En 1947, las instalaciones fueron demolidas por la Nación para construir el nuevo palacio de Correos y Telecomunicaciones, que fue inaugurado el 31 de octubre de 1951.

Aquella antigua construcción de los ‘Baños de la Exposición’ fue el último bastión de una época progresista de fines del siglo XIX.