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¿Por qué los astronautas no pueden usar lápices ni bolígrafos en el espacio?

Cuando el hombre viajó al espacio por primera vez en los años 60, surgió la necesidad de encontrar un bolígrafo eficaz para escribir en condiciones de microgravedad

04 de agosto, 2023 - 15:57

En los años 60, cuando los seres humanos emprendieron sus primeros viajes al espacio, surgió un desafío inesperado: los bolígrafos convencionales no eran adecuados para funcionar en entornos de microgravedad.

¿Por qué los astronautas no pueden usar lápices ni bolígrafos en el espacio?

Según la historia, la NASA dedicó seis meses a desarrollar un innovador bolígrafo que pudiera escribir en el espacio, mientras que los cosmonautas rusos, aparentemente más ingeniosos, resolvieron el problema utilizando simplemente un lápiz.

Sin embargo, es importante señalar que esta anécdota es un mito y no representa, con precisión, cómo se abordó este desafío en realidad.

Lo cierto es que tanto la NASA como la Agencia Espacial Soviética (ahora Roscosmos) buscaron soluciones para permitir la escritura en microgravedad. Inicialmente, se emplearon lápices en algunos vuelos espaciales tripulados, pero se descubrió que las partículas de grafito que se liberaban podían causar problemas en el ambiente cerrado de la nave espacial.

Por lo tanto, ambas agencias comenzaron a trabajar en el desarrollo de bolígrafos presurizados que funcionaran sin gravedad, y finalmente se adoptaron bolígrafos especiales en lugar de lápices.

Es cierto que, en las primeras misiones espaciales, los astronautas de la NASA emplearon lápices para escribir en el espacio. Estos lápices eran especiales y estaban contenidos en una cartuchera fabricada por Tycam Engineering Manufacturing Inc. Sin embargo, debido a su alto costo, surgieron preocupaciones sobre si era un gasto innecesario y poco práctico.

En un esfuerzo por encontrar una solución más económica y eficiente, la NASA invirtió tiempo y dinero en investigar la posibilidad de desarrollar un bolígrafo que funcionara adecuadamente en microgravedad.

Después de un largo proceso de investigación y desarrollo, finalmente se logró crear un bolígrafo presurizado que podía escribir en el espacio sin problemas de gravedad.

Es cierto que el proyecto del bolígrafo también supuso un costo significativo, y al final, debido a los altos valores de producción, la NASA decidió no continuar con la fabricación masiva de la ‘pluma atómica’ y en su lugar, se abastecieron con cantidades más limitadas y eficientes para su uso en misiones espaciales posteriores.

En 1965, la empresa privada Fisher Space Pen Co. desarrolló de manera independiente el Fisher Space Pen, un bolígrafo especialmente diseñado para funcionar en el espacio. Este utilizaba un mecanismo de carga presurizada que permitía que la tinta fluyera de manera controlada, sin depender de la gravedad. En lugar de tinta líquida convencional, el instrumento estaba equipado con cartuchos de tinta a presión que contenían una especie de resina viscosa.

El Fisher Space Pen se convirtió en una solución efectiva para los desafíos de la escritura en el espacio. Podía funcionar perfectamente en diversas condiciones, incluyendo temperaturas extremadamente altas o bajas, y también sobre superficies grasientas. Esto hizo que fuera una herramienta valiosa para los astronautas durante sus misiones espaciales, ya que podían utilizarlo de manera confiable en cualquier posición o dirección, incluso boca abajo.

AG7 Fisher Space Pen®, modelo que se utilizó en la misión Apolo 7 en 1968. Crédito: Wikimedia Commons/Cpg100

La agencia de Estados Unidos se mostró asombrada por las capacidades del bolígrafo y decidió someterlo a pruebas exhaustivas, incorporándolo para sus próximas misiones. De esta manera, el Fisher Space Pen fue finalmente seleccionado por los astronautas y debutó en la misión Apolo 7 en 1968, convirtiéndose en una herramienta esencial para sus actividades espaciales desde finales de la década de 1960.

 

¿Lápices o lapiceras “normales” en el espacio?

Las partículas diminutas que pueden alojarse en los equipos sensibles de la nave espacial representan un riesgo significativo, y las emanadas por los lápices son especialmente preocupantes.

El hecho de que los lápices puedan romperse y dejar residuos peligrosos flotando en el interior de la nave es una preocupación importante. El plomo y las astillas de madera inflamable son dos ejemplos de materiales que pueden desprenderse y convertirse en potenciales amenazas. Además, las partículas microscópicas de grafito conductoras de electricidad que se liberan al escribir con el lápiz también pueden causar problemas para los sistemas eléctricos de la nave espacial.

Las gotas de pintura también representan un riesgo similar en el interior de la nave espacial. Además de las partículas sólidas, los líquidos como la tinta de los bolígrafos pueden causar problemas si se filtran o se derraman dentro del equipo sensible.

En particular, los bolígrafos de los años 40 presentaban peligros debido a su diseño y funcionalidad inadecuados. Se comercializó un modelo que goteaba tinta por todas partes, lo que claramente lo hacía inadecuado para su uso en el espacio, donde la flotabilidad y la dispersión de líquidos podrían generar problemas graves.

Es comprensible que las agencias espaciales tomaran medidas para evitar el empleo de bolígrafos y lápices tradicionales en misiones espaciales, y, en cambio, optaron por el desarrollo de bolígrafos especiales, como el famoso Fisher Space Pen.

Con el avance de la tecnología digital, el problema de la escritura en el espacio se resolvió en gran medida gracias a la utilización de la "escritura digital". Se desarrollaron tabletas especiales diseñadas específicamente para su empleo en el entorno espacial, lo que permite a los astronautas tomar notas, hacer dibujos y escribir de manera más eficiente y segura.