"Sleep divorce": beneficios de dormir en camas separadas
Un estudio indica que dormir separados resuelve problemas de sueño. De hecho, 26% de los encuestados asegura dormir mejor en soledad
Por Redacción
Es una vieja práctica que llevaban adelante nuestros abuelos, luego se dejó de lado, pero ahora muchos empiezan a prenderse en esta modalidad. Hasta tiene un nombre que lo etiqueta: "sleep divorce", o "divorcio de dormitorio", y no es otra cosa que la moda matrimonial de dormir separados.
Si bien pasar la noche juntos puede resultar una costumbre, y en algunos casos una costumbre que se disfruta, varias preferencias ponen en duda los beneficios de dormir juntos. Un estudio realizado en Estados Unidos arrojó un resultado para considerar: 63% de las parejas no duermen juntas la mayor parte de la noche.
El documento, confeccionado por el Better Sleep Council de Estados Unidos, detalla que 26% de los encuestados aseguró dormir mejor en soledad, y el 9% admitió dormir en habitaciones separadas. Este mismo trabajo determinó que 20% de los estadounidenses considera la casa ideal con dos dormitorios principales separados.
Dormir bien versus dormir juntos
Aunque cueste creerlo, la modalidad del 'sleep divorce' no es una moda. María Gabriela Simone, psicóloga, detalla que "tiene que ver con poder sentirnos libres, respetarnos y respetar a la pareja".
Simone dice que "el lecho conyugal se basa en el deber matrimonial de compartir la cama, con el objetivo de la relación sexual para la procreación". Así, con los años, se instaló culturalmente la creencia de que "las personas que se aman duermen juntas", algo que no es necesariamente cierto.
“Cuando hablamos de dormir en pareja, todos pensamos en la 'cucharita', en que nos enroscamos, nos mimamos. Y eso es hermoso, pero acá estamos hablando de dormir”, dice la psicóloga, tras enaltecer la importancia del sueño para la salud física y psíquica.
"A la hora de dormir", detalla Simone,"pueden pasar distintas cosas: uno mira tele hasta muy tarde, uno se despierta muy temprano, hay uno que ronca, uno que necesita un poco de luz, uno que es caluroso y otro que es friolento. Cuando las dos personas están pegaditas es inevitable que lo de uno afecte al otro, y eso genera mal dormir”, aseguró.
Los efectos de esta práctica pueden ser nocivos para el resto del día. Entre ellos se pueden mencionar la somnolencia, fatiga, cambios en el estado de ánimo, problemas de memoria y concentración, desgano, irritabilidad y poca productividad.
"Dormir bien tiene que ver con descansar", sostiene la psicóloga. "Es el momento en que uno repara física y psíquicamente al cuerpo y al cerebro. Si no dormimos ni descansamos bien, se generan estragos orgánicos. Con la pareja compartimos la vida cotidiana. Si uno de ellos no durmió ni descansó bien, ¿cómo va a ser el día? ¿Cómo se puede negociar? ¿Cómo empatizar? Si estamos irritables, nada va a estar bien, ni ese día, ni los subsiguientes".