Cascada Santa Ana: la joya escondida de la Patagonia Argentina

Algunos lugares de Argentina son muy conocidos. Cataratas del Iguazú, el glaciar Perito Moreno o el Aconcagua están casi siempre en el itinerario de turistas que llegan de todos los rincones del mundo. Sin embargo, te invitamos a conocer uno que tal vez no tengas en carpeta.

Escondido en Villa La Angostura

Cuando el camino se dirige a la vecina república de Chile, una caminata de tres horas puede parecer muy larga. Pero mientras se avanza por la naturaleza, el ambiente comienza a ingresar en el viajero.

Pero hay que saber que el camino no es simple y tiene varias subidas y bajadas, por lo que requiere un poco de esfuerzo. Claro que este se paga muy bien con uno de los espectáculos más hermosos que tiene la Patagonia argentina. Si se avanza con paciencia, el premio es único: la Cascada Santa Ana y su hermana menor, la Cascada Dora.

Sin embargo, no todo es tan simple. Muchas veces hace falta más de un intento para lograrlo. Lo primero que hay que hacer es llenar un formulario de Parques Nacionales 48 horas antes de la caminata. Luego, el paso fronterizo con Chile tiene que estar abierto y hay horarios para ingresar. Para colmo, la cantidad de ingresos es limitado y siempre existe la posibilidad de olvidarse algún documento. Recién entonces, comienza la verdadera caminata.

El trayecto se puede hacer solo o unirse a algún grupo. Si bien no es un trekking de alta dificultad, puede ser intenso por su terreno cambiante, con desniveles y, algunas veces, resbaloso. Además, hay que cruzar ríos por medio de sogas, por lo que mojarse no se descarta y es recomendable llevar dos pares de calzado. 

El camino a seguir

Si bien la ruta está marcada, hay que andar con cuidado. Se deben seguir unas cruces rojas pintadas en troncos, piedras y otros lugares del trayecto. Alrededor, distintos pájaros hacen compañía mientras el viajero debe agacharse para pasar por un lugar estrecho, o se agarra de ramas o raíces para no resbalar. Además, las ‘estrellitas’ (Asteranthera ovata), unas flores rojas que tapizan los troncos, y los ‘chilcos’ (Fuchsia Magellanica), adornan el camino.

Mientras se acerca a la cascada, el sonido va llenando sus oídos. El torrente es potente y marca claro por dónde continuar. Y de repente, el bosque se abre y nos deja una ladera a la vista y la catarata de casi 40 metros un poco más allá.  

El entorno es verde, lleno de flores y árboles. El olor inunda la nariz y, para muchos que lo han logrado, fue llegar al Edén.

Cosas a tener en cuenta

Primero, no olvidarse de hacer el trámite aduanero. Si se va en vehículo, llevar el seguro del auto, además del DNI o pasaporte y, en caso de ir con menores, la libreta de familia o partida de nacimiento actualizada. Se puede hacer entre las 8 y las 19, así que es importante considerar el horario para el retorno. El registro obligatorio debe realizarse 48 horas antes, llenando un formulario en www.nahuelhuapi.gov.ar.

Antes de cruzar el puente sobre el río Pantojo, un cartel a la derecha marca el comienzo del camino a la cascada. Es importante llevar protector solar, así como sombrero, agua y comida. De más está decir que hay que regresar con todos los residuos.